El agujero de ozono es estacional y se abre desde la segunda quincena de agosto hasta mediados de noviembre. Para analizar el fenómeno mientras ocurre, investigadores del Grupo de Investigación Antárctica de la Universidad de Santiago lanzaron este miércoles la segunda ‘ozonosonda’ de la temporada.
El lanzamiento lo realizaron desde la plataforma de investigación que tiene la U. de Santiago, anexa a la Base Escudero del Instituto Antártico Chileno (Inach), ubicada en la Isla Rey Jorge, en el extremo norte de la Península Antártica, alrededor de mil 200 kilómetros al sur de Punta Arenas.
De acuerdo al líder del grupo de investigación y académico del Departamento de Física de la Usach, Dr. Raúl Cordero, la idea de lanzar ozonosondas cada dos días es medir la concentración de ozono cada tres o cuatro metros, hasta alcanzar los 30 kilómetros de altura.
“El año pasado lanzamos radiosondas, que solo medían variables meteorológicas y llegaban a los 20 kilómetros de altura”, afirma. “Las ozonosondas no son muy comunes… Estas son las segundas que se están lanzando en Chile en quince años”, destaca.
Según el Dr. Cordero, uno de los principales atractivos de esta campaña científica, la primera realizada por chilenos durante el invierno en la Antártica en al menos una década, es el año en que están realizando las mediciones.
“Este año es especial y por eso estamos haciendo este monitoreo. Esperamos quince años a que el agujero de ozono presente un cierre más anticipado de lo habitual, debido al calentamiento estratosférico súbito, un evento muy raro en el hemisferio sur que solo se registró con esta intensidad en 2002”, explica.
De acuerdo al académico, la repercusión más directa de este calentamiento puede ocurrir en el agujero de ozono, pero también podrían registrarse otras consecuencias adicionales fuera de la Antártica, relacionadas con las precipitaciones y las temperaturas en zonas habitadas del cono sur.
“La temperatura durante la primavera puede bajar en la zona centro sur y sur de Chile y Argentina, y pueden haber lluvias sobre lo regular que quizá ayuden a paliar la sequía”, adelanta.
El investigador señala que estos lanzamientos los realizan en el marco de proyectos Fondecyt e iniciativas con el Instituto Antártico Chileno, Inach, a las que se sumó un estudio de este año, de carácter internacional con Alemania y Argentina, para analizar la dinámica de la baja estratósfera y la alta tropósfera.
“Los alemanes traerán un avión que comenzará sus vuelos la próxima semana en la Antártica, mediciones que son paralelas a las que nosotros estamos realizando con globos. Mientras, los argentinos también lanzarán ozonosondas desde la base trasandina Marambio”, proyecta.