A través de un proyecto financiado por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT) de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, el experto se ha propuesto investigar tres plazas públicas en las comunas de Providencia, Ñuñoa y Santiago Centro, así como su principal efecto dentro de la sociedad en distintos grupos etarios.Este estudio comenzó cuando el Dr. Muñoz, junto con algunos de sus colegas, empezó a investigar el trabajo de un arquitecto danés experto en espacio público, Jan Gehl; labor reconocida por brindar espacios agradables para el desarrollo de la vida cotidiana de las personas, con la finalidad de contribuir a la felicidad y calidad de vida de cada individuo.“Partimos indagando un poco sobre el tema para luego dirigirnos hacia un camino un poco más científico, y empezamos a hablar de calidad de vida y lo que significa la percepción sensorial de las personas respecto al uso del espacio porque esto tiene que ver con intervención arquitectónica; hay un diseño en temas urbanos, el inmobiliario urbano, la configuración de la ciudad, etc.”, explica el académico.Jan Gehl cruzó el tema del diseño urbano con los aspectos psicológicos de la percepción de las personas con respecto al espacio que ocupan, es por esto que el Doctor en Arquitectura se entusiasmó con el tema, creando esta investigación interdisciplinaria junto a psicólogos y antropólogos.“Con el equipo logramos publicar un artículo Scopus el año 2016 en la revista Austral de Ciencias Sociales sobre este tema, que tiene que ver con la mirada interdisciplinaria”, agrega el Doctor Muñoz.Las tres comunas, anteriormente, mencionadas fueron elegidas por la diferencia de estratos socio económicos que las habitan, partiendo de una hipótesis en la cual se estima que “aquellas personas de sectores más acomodados no usan el espacio público, en cambio los sectores más vulnerables son los que más los usan, eso lo suponemos y lo queremos comparar con información obtenida del estudio”, afirma el investigador.Los adultos mayoresSegún la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión unipolar afecta a un 7% de la población de ancianos, los cuales pueden llegar a demostrar un desempeño más deficiente en comparación con los que padecen enfermedades crónicas como las enfermedades pulmonares, la hipertensión arterial o la diabetes sacarina.Es por esto que el académico, a través de observación de campo no participante y encuestas semiestructuradas, se ha propuesto determinar el uso del espacio público y ver las maneras de cómo mejorarlo, dependiendo de los grupos etarios que lo utilicen, específicamente en la población de adultos mayores.“Vimos un artículo en el diario, el cual hablaba que la soledad urbana en los adultos mayores era más incidente en enfermedades y en causa de muerte que, por ejemplo, el exceso de peso y otras enfermedades, es así que vamos a partir analizándolos todos y luego identificar cuáles son los que usan más el recinto y ahí nos vamos a fijar en el volumen que ocupa el adulto mayor”, agrega el Dr. Muñoz.Este comportamiento puede variar debido a distintos factores, comenta el arquitecto, ya sea por la personalidad del chileno, la desconfianza que se da dentro de los ciudadanos o por la ciudad a estudiar, ya que no es lo mismo un espacio público en Santiago que un espacio público en Chonchi, ejemplifica.Innovación docenteAdemás de esta investigación titulada “Perspectiva Interdisciplinaria de la calidad de vida en los espacios públicos. Grupos etarios y soledad urbana”, el académico se encuentra realizando un proyecto de innovación docente en los talleres de titulación en la Escuela de Arquitectura.“Básicamente, se trata de que el alumno cuando desarrolla la labor académica también cumple una labor de servicio con la comunidad, entonces es una relación donde todos ganan, gana el alumno y gana la comunidad”, profundiza el académico.Por medio de un convenio de prestación de servicios se le entregan proyectos a comunidades organizadas y a municipios que tienen más dificultades de contar con profesionales especializados para financiamiento de ejecución, donde además de los alumnos adquieren grandes herramientas para su desarrollo laboral futuro, le sirve a un tercero.Gracias a esta iniciativa la Escuela de Arquitectura ha obtenido el sello RSU (Responsabilidad Social Universitaria), el cual se ha ido renovando a través de los años y ya se encuentra vigente desde el año 2012.Este proyecto partió del terremoto del 2010 y han realizado trabajos en el incendio de Valparaíso y en otras comunidades con los alumnos que se encuentren cursando cuarto año de la carrera, quienes realizan talleres, y los de sexto año, que realizan sus proyectos de titulación.
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El proyecto DICYT liderado por el académico de la Escuela de Arquitectura, Dr. Carlos Muñoz, indaga en tres plazas públicas de las comunas de Providencia, Ñuñoa y Santiago (Centro), focalizándose en el impacto generado en la sociedad a partir de distintos grupos etarios, especialmente en las personas de la tercera edad. El objetivo de la investigación es crear directrices que ayuden a mejorar el espacio público en la capital, para luego proyectar los resultados al resto del país.
Redacción