Según la última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc), aplicada entre septiembre y diciembre de 2016 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se produjo un leve aumento en la cifra de hogares víctima de delitos en el país, pasando de un 26,4 a un 27,3 por ciento; mientras el índice de temor y las incivilidades muestran una baja en igual periodo.Ante este escenario, la Dra. Lucía Dammert, académica de la Facultad de Humanidades, busca identificar cuáles son verdaderamente los factores que incrementan los niveles de inseguridad en nuestro país.La investigadora explica que la sensación de inseguridad es un fenómeno que es socialmente autónomo de la victimización, agregando que en Chile todos los indicadores de seguridad muestran que la gente está cada vez más asustada frente al delito, sin embargo, los mismos indicadores demuestran que ocurren menos delitos.“Lo que quisiera es que este proyecto nos dé algunas luces para interpretar esta brecha entre lo que viene pasando desde hace unos cinco años, donde el temor se empieza a autonomizar respecto a la victimización y empiezan a salir caminos que son difícilmente interpretables desde las encuestas”, profundiza la doctora Dammert.Dentro de otros países existen problemas concretos que generan esta percepción dentro de los ciudadanos, es así como en Argentina, la sensación de inseguridad está mucho más vinculada a la carencia de confianza en la policía que al crecimiento de los hechos delictuales, ejemplifica la especialista.En Chile existen varias posibles causales según la experta. Una de ellas, tiene que ver con que los niveles de temor no tienen que ver con los delitos, robos o hurtos sino más bien porque la vida cotidiana se ha vuelto muy insegura. Balaceras, peleas en las calles, lugares mal alumbrados, espacios públicos abandonados, en fin.“Hay varios estudios en Chile que demuestran que con los procesos de políticas neoliberales de los años ochenta, el ciudadano chileno es especialmente temeroso porque se enfrenta a un vacío importante de protección, o sea, si uno se enferma básicamente va a tener que estar en una situación crítica porque la Isapre no le va a cubrir nada; si uno se jubila no va a servir si uno no tiene plata; o si le pasa algo no va a poder pagar la educación. Entonces, hay tantas cosas que en otros países se les llaman colchones de protección social que acá no hay: eso hace que el chileno sea por una parte más individualista y, por otra, más inseguro”, declara la investigadora.Este proyecto tiene por objetivo salir de la discusión sobre la encuesta e incluir un análisis más cualitativo, realizando grupos focales con gente de determinados territorios de la ciudad de Santiago, identificando por qué los altos niveles de temor, para identificar si este es un fenómeno estructural que tiene que ver con los espacios públicos.“Lo más importante es que este es un estudio que busca un nivel de aplicación en la realidad, no solamente la teoría sino que realmente va a también a uno de los temas de más preocupación en Chile que es la inseguridad, entonces más allá de mirar los datos, los policías, etc., busca ir un poco más allá. En términos metodológicos, cómo superar la parte de las encuestas y entrar a mirarlo cualitativamente para ver realmente qué es lo que está pasando en la fábrica social”, enfatiza la académica. Medios de comunicación Otra variable son los medios de comunicación que presentan, a través de la televisión, un gran número de hechos delictuales, creando una sensación de inseguridad, ya que contribuyen a banalizar la violencia cotidiana.“Digamos que el primer ‘portonazo’ es todo un shock, pero el número 150, dado que lo han pasado tantas veces, es tan repetitivo, que al final la gente asume que es algo que sucede y al final lo que hacemos todos es decir ‘qué hago para que no me roben’, generando la sensación de inseguridad”, sentencia la doctora Dammert.Por último, la académica comenta la relevancia que tienen las políticas públicas en el área. “El principal temor de los chilenos es la seguridad ciudadana y nadie sabe muy bien qué seguir proponiendo, porque todos ya han propuesto penas más duras, políticas que van a bajar la ansiedad a la gente más que a resolver el problema, entonces mientras más sepamos y mientras más discutamos del fenómeno del temor al delito como un fenómeno social propio, que requiere e incluso de políticas públicas propias, va a ser mucho mejor para diversos ámbitos de la función pública”.El estudio se llama “Elementos analíticos para la construcción de una interpretación social del temor al crimen en Chile”, y es financiado por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT) de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación.
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Con un análisis centrado en lo cualitativo, alejado de los resultados de las encuestas y mediante grupos focales con personas de determinados territorios de la ciudad de Santiago, la Dra. busca encontrar los motivos que generan el miedo a la delincuencia dentro de los habitantes del Gran Santiago.
Redacción