Se trata de “Recicla”, edificación de 740 metros cuadrados distribuidos en dos pisos, con cinco salones, construido con contenedores marítimos reciclados, acero y materiales recuperados de edificios en demolición, y cuyo principal objetivo, tal como plantean sus responsables, es ayudar a crear conciencia para proyectar el tema del reciclaje dentro del campus.Rol público en prácticas sustentablesJunto con felicitar a la comunidad universitaria, en particular a la Facultad de Administración y Economía, el Ministro Pablo Badenier advierte que esta obra “es una clara muestra del rol público que deben cumplir las instituciones en la promoción y prácticas sustentables y responsables, no solo con el entorno, sino que también con el futuro de nuestro planeta”.Asimismo, resalta que la arquitectura del edificio incorpora nuevas tecnologías para mejorar el desempeño ambiental, como el ahorro energético y la gestión de residuos. “La reutilización de materiales y desechos, que de otra manera habrían llegado a rellenos sanitarios o vertederos clandestinos propios de las grandes ciudades”.Esto, como plantea el ministro, considerando la recientemente promulgada Ley de Fomento al Reciclaje. “Es imperioso cambiar la cultura de lo desechable por una cultura de lo reciclable, por lo que un edificio como este sin duda nos ayuda a profundizar y enriquecer el trabajo que estamos desarrollando con ejemplos muy concretos, factibles y sustentables de cómo se puede construir mejor en nuestro país”, agradece la autoridad.Estándares de calidad internacionalAdemás de agradecer a su equipo en el decanato y a todos quienes participaron en el diseño y construcción del edificio, el Dr. Jorge Friedman recuerda que se trata de un proceso que se inició en 2015. “Desde el principio nos propusimos la idea de crear conciencia y proyectar el tema del reciclaje en nuestro campus, a partir de este nuevo edificio Recicla”, explica.Con salones del más alto estándar acústico, luminosos y climatizados, y que cumplen con todas las normas de ingeniería estructural y arquitectura educativa, así como de seguridad, para el decano es relevante “el diseño inédito y de nivel internacional, con los más altos estándares de calidad. Es un edificio pensado para incorporarse a su entorno”, asegura.Asimismo, no duda en destacar la especial participación de académicos expertos de la Facultad de Ingeniería y de la Escuela de Arquitectura del Plantel. “Una obra como ésta nos demuestra que los talentos de nuestra Universidad de Santiago están al servicio del desarrollo institucional”, comenta con orgullo. Detalles de la construcciónEl edificio posee una superficie de 740 metros cuadrados aproximadamente, los cuales se distribuyen en dos bloques de dos niveles cada uno. Cuenta con tres salas de clases, dos salas de estudios –uno de los cuales se convierte en teatro al aire libre– y espacios techados para uso de los estudiantes.Los arquitectos a cargo del proyecto, Iván Jiménez Maturana y Willy Muñoz Alvarado, académicos de la Escuela de Arquitectura del Plantel, explican que el proyecto demoró un año en ser construido, para lo cual utilizaron containers marítimos dados de baja. “Es importante eliminar la idea de que los contenedores y sistemas modulares son solo para campamentos y construcciones de faena, llevándolos a un estadio distinto”, plantea Muñoz.En el caso de Jiménez, puntualiza que “es el primero de la universidad y de los campus universitarios de Chile con este estándar. Hay otras experiencias, pero son menores. Este es un edificio afianzado y real, no un prototipo”. Además, aclara que utilizaron maderas nobles rescatadas de antiguas casas de Santiago que se encontraban en proceso de demolición. “La madera de las terrazas eran antiguos pilares y vigas de casas que se formatearon para darle un nuevo uso”, detalla.El propio Jiménez agrega que “dentro de este cambio inmobiliario de Santiago, a veces voraz, hay muchos árboles de estas casas en proceso de demolición que iban a ser arrancados y los trajimos. Aquí tenemos liquidámbar, cotoneaster y laureles trasplantados”.Por su parte, Muñoz destaca el uso de termopaneles vidriados y del acero, ya que “son de los materiales más reciclados en la construcción. Por eso, por un lado, está el hecho de que fue construido con materiales reciclados y, por el otro, el potencial de que el edificio se recicle a sí mismo”.Obstáculos y mayor sustentabilidadEn cuanto a los ingenieros que participaron en la iniciativa, Daniel Alvarado y Luis Leiva destacan la manera en que resolvieron las complejidades que implicó un proyecto de vanguardia como éste y una circunstancia en particular.“Justo debajo del edificio pasa un tren que va hacia la Estación Central. Los datos decían que el túnel estaba a 16 metros, pero cuando comenzó la excavación, a menos de un metro nos encontramos con esto. Por lo tanto, las fundaciones, que por lo general están bajo los edificios, debieron desplazarse para esquivar el túnel. Aunque fue una dificultad adicional, se resolvió muy bien”, resaltan.Los realizadores de la obra destacan que los termopaneles permitirán trabajar hasta las 21:00 horas sin luz artificial durante época de verano.Por otra parte, se encuentran en construcción recipientes de reciclaje elaborados también con material reciclado, para que la edificación se instale como referente en materia de sustentabilidad al interior del campus.Finalmente, el arquitecto Iván Jiménez indica que también se instalará a futuro “un envolvente ambiental que permitirá que este edificio tenga un costo de aire acondicionado muy bajo. Tendremos fachadas ventiladas y se producirán corrientes de aire que permitirán un gasto mínimo”.
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Con la participación de autoridades, académicos, estudiantes y funcionarios del Plantel, este martes (14) se inauguró el nuevo edificio de la Facultad de Administración y Economía (FAE), ceremonia que estuvo encabezada por el Rector Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid, el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier Martínez, y el decano Dr. Jorge Friedman Rafael.
Redacción