Se suele decir que la música de Ludwig van Beethoven fue la banda sonora de la Revolución Francesa. El músico alemán vivió en un mundo agitado; de transición y su música reflejó la intensidad de ese momento. Como hijo de su época, fue un fiel defensor de los principios de la libertad, igualdad y fraternidad, y quiso incluso componerle una pieza a Napoleón Bonaparte, que luego desechó, destrozado, cuando el francés se autocoronó emperador.
De esa traición nació la Sinfonía 3, “Heroica” en 1804 y cinco años después, el músico reivindicó su espíritu de agitador con la “Obertura Egmont”, retratando lo que para él era un verdadero héroe encarnado en este conde del Estado de Flandes, quien dio su vida por defender sus ideales y cuya muerte detonó la Independencia de los Países Bajos.
La obertura, una de las más intensas y exuberantes de Beethoven, marca el regreso a los escenarios de la Orquesta Clásica Usach, que la interpretará en un concierto de extensión en la Iglesia Recoleta Domínica, este miércoles 13 de noviembre, a las 18 horas.
Bajo el nombre de “Concierto por el derecho de vivir en paz” el programa incluye la “Sinfonía Concertante para violín y viola” (1779) de Wolfgang Amadeus Mozart, además de obras de autores chilenos: “Andante Apassionato” (1902) de Enrique Soro, precursor de la música orquestal en Chile y creador de la primera sinfonía local, “El gavilán” (1964) de Violeta Parra, una de las principales folcloristas de América del Sur y “El derecho de vivir en paz” (1971), de Víctor Jara, cantautor y director teatral, una de las voces clave de la canción Latinoamericana, asesinado en 1973 por agentes militares.
“Hoy más que nunca es importante hacernos parte de lo que sucede en el país haciendo lo que mejor sabemos, reuniendo a la gente en torno a la música y a la emoción. Algunos considerarán un acto superfluo hacer un concierto, yo creo es necesario hacer que el público piense y sienta”, dice el director invitado en esta ocasión, Víctor Hugo Toro.
Desde hace ocho años el músico chileno es director titular de la Orquesta Sinfónica de Campinas, una de las agrupaciones más importantes de Brasil con 90 años de historia. El director, por cierto, tiene una relación estrecha con la Orquesta Clásica de la Usach, a la que ha dirigido en varias oportunidades, pero además como público desde niño. “Mis padres eran de Estación Central y yo me crié yendo a escuchar conciertos al Aula Magna, me críe con su repertorio de piezas clásicas”, reveló.
Este concierto de extensión -financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio bajo el proyecto “Apoyo a Orquestas Profesionales”-, se realizará por primera vez en la Iglesia Recoleta Domínica, una de las más antiguas de Chile, levantada entre 1853 y 1882 en terrenos que fueron donados a la orden de Santo Domingo por el conquistador Rodrigo de Quiroga y su esposa, Inés de Suárez.
“Es importantísimo que las orquestas puedan salir de sus lugares habituales. Se piensa equivocadamente que hacemos música para una elite y se olvida que, en su tiempo, esta era la música popular que se escuchaba en las calles, los salones y cafés”, comentó Toro.
“Considerando el duro contexto que estamos viviendo, quiero pensar que las personas que se permitan venir a este concierto romperán el miedo y la preocupación por los disturbios, para seguir haciendo sociedad. les queremos dar la mejor experiencia posible”, concluyó.
Diálogos y homenajes
Si Egmont de Beethoven habla de revolución, la “Sinfonía Concertante para violín y viola” de Mozart, refleja el diálogo que pueden alcanzar dos instrumentos tan similares como distintos entre sí, para unirse en una misma melodía. “Es una buena metáfora de este momento en el que debemos sentarnos a conversar como país”, dijo el director. La pieza será interpretada por las solistas Lucía Ocaranza (violín) y Mariel Godoy (viola).
Para cerrar, el concierto se enfocará en tres compositores chilenos claves en sus géneros: Enrique Soro, Violeta Parra y Víctor Jara. “La de Soro es una obra muy sentida, expresiva, un homenaje a los chilenos que han muerto en estas duras semanas y la de Violeta es simplemente una de sus canciones de amor más desgarradoras e intensas, escritas un año antes de su muerte”, resume el director Víctor Hugo Toro.
De Víctor Jara, en tanto, se interpretará” El derecho de vivir en paz” que ha resurgido como uno de las canciones emblemas en las últimas movilizaciones sociales.
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Bajo el nombre de “Concierto por el derecho de vivir en paz” el programa que se interpretará en la Iglesia Recoleta Domínica el miércoles 13 de noviembre, incluye la “Sinfonía Concertante para violín y viola” de Wolfgang Amadeus Mozart, además de obras de autores chilenos: “Andante Apassionato” de Enrique Soro, precursor de la música orquestal en Chile y creador de la primera sinfonía local, “El gavilán” (1964) de Violeta Parra, una de las principales folcloristas de América del Sur y “El derecho de vivir en paz” (1971), de Víctor Jara.
Redacción