Hemos desarrollado un sentimiento colectivo de intereses comunes que me hace hablar desde un ‘nosotros’ y me siento agradecida de la riqueza que hemos cultivado… Han florecido puentes de amistad y confianza”, expresó la directora de Bachillerato, Dra. Marcela Orellana Muermann, al cierre del “Diálogo sobre Inclusión e Interculturalidad en la Educación Superior en contexto de diversidad Chile-Perú". El encuentro de tres días concluyó con la presentación del tenor mapuche José Quilapi Aniguir.
Como una actividad que trazó caminos de cordialidad y confianza entre Chile y Perú, finalizó el viernes (21) pasado, el “Diálogo sobre Inclusión e Interculturalidad en la Educación Superior en contexto de diversidad Chile-Perú”, organizado por el Programa de Bachillerato en Ciencias y Humanidades y la Cátedra UNESCO para la inclusión a la Educación Superior Universitaria de nuestra Corporación.La iniciativa consideró tres jornadas de aprendizaje y contó con la participación de una delegación del Centro Universitario Nopoki de Perú, cuyo proyecto -emplazado en la Amazonía peruana-, forma a jóvenes provenientes de las diversas etnias originarias de la zona para que, una vez titulados, sean un motor para el desarrollo local.Para la Dra. Marcela Orellana Muermann, el ciclo de charlas y talleres que incluyó el encuentro, sirvieron para trazar caminos de respeto y empatía entre las diversas culturas que participaron.Enfatizó que al terminar estos días sobre la interculturalidad y la diversidad se sentía muy agradecida. “Hemos desarrollado un sentimiento colectivo de intereses comunes que me hace hablar desde un ‘nosotros’ y me siento agradecida de la riqueza que hemos cultivado… Han florecido puentes de amistad y confianza”,Agregó que “en estas jornadas los jóvenes han tenido la oportunidad de dialogar en torno a la historia, la palabra, la ciencia y la música de cada una de sus culturas a través de talleres que buscaron establecer puentes de amistad y conocimiento”.Asimismo, destacó el emblemático ejemplo de Nopoki como un proyecto universitario que hermana saber con identidad cultural.“Nos mostraron cómo es posible enseñar y convivir en el respecto de cada una de las 15 etnias representadas en su universidad”, declaró.También, resaltó que la participación testimonial de los estudiantes peruanos -Liz Chávez Sánchez, María Elena Rojas Ruiz y Didier López Francis- ha sido sustancial para entender los cambios que nuestro sistema educacional requiere.Ellos “han tenido palabras que confirman el éxito de este proyecto académico, y nos invitan a caminar juntos para cambiar la educación”, dijo.Además, la estudiante aimara, originaria de Bolivia, Paola Tancara Márquez contribuyó a enriquecer el debate y la diversidad multicultural.Todos ellos se reunieron con representantes de la Araucanía, quienes hicieron presente su visión integradora desde la mirada mapuche. Amor por la diversidadEl último día de actividades, incluyó el taller “Diálogo: nuestras experiencias musicales”, a cargo del profesor de música Javier Bossart Rojas, cuyo fin consistió en otorgar las herramientas básicas para entender el fenómeno de la música, y hacer una conexión con la creación artística de los pueblos originarios.Mi intención -afirmó Bossart- fue “comunicarles la maravilla del mundo sonoro, desde cómo nace el sonido, hasta cuando lo escuchamos”.“Quería que experimentaran que dentro de ellos está esa posibilidad”, relató el profesor Bossart.Ello, en alusión a que los jóvenes y académicos que participaron en el taller pudieron conocer y manipular instrumentos musicales de las cuatro familias: viento, cuerda, membrana y autorresonadores, como la quena, el charango, el bombo y la quijada, provenientes de las culturas ancestrales americanas, y tocarlos al son de ‘Koonex, Koonex’, característica pieza musical maya.Sobre la realización de este encuentro, Bossart confesó estar admirado por el espíritu que ha primado. “Lo que más valoro y admiro, es que se necesita amar a la diversidad para realizar una iniciativa así”, expresó“Claramente esto no se hace por una retribución económica, ni cierta fama que pueda adquirir la universidad, sino que se ve que son personas que sinceramente quieren llegar a las minorías, a aquellas personas que nadie más tomaría en cuenta”, reflexionó.“Lo considero muy valiosos, porque este tipo de instancias no se hacen a menudo en otras universidades”, concluyó.Se está haciendo historiaLos tres días concluyeron con la actuación del reconocido tenor mapuche, José Quilapi Aniguir, quien ofreció lo más destacado de su repertorio, que mezcla el canto de su etnia -o Ül – y el lírico, en una puesta en escena colmada de sincretismo cultural.“El canto mapuche se llama Ül, y se ocupa de manera cotidiana. Cada hombre o mujer lo puede cantar haciendo la comida, tejiendo o haciendo dormir a un niño”, reseñó el artista.“Huincahonal”, “Rosa Blanca”, “Canto de Machi”, “Nayen” (Amada), “Los Cantos de José Loi” y “Wenülfe”, fueron parte del cancionero popular con el cual José Quilapi logró conmover a cerca del medio centenar de personas que asistió a la velada.Congraciado por el aplauso caluroso y cerrado del auditorio, el tenor reconoció el aporte significativo de nuestra Universidad -tildándolo como histórico- tras cobijar la reunión multicultural que unió a Chile y Perú en un diálogo fraternal e inédito.“Agradezco a quienes organizaron este maravilloso encuentro, ya que con esto se está haciendo historia. Estamos en un momento de cambio y ha sido maravilloso conocer a los hermanos peruanos”, declaró.En esa línea subrayó que la instancia “no hace más que representar el corazón que siempre ha tenido la universidad”, finalizó.