Este es uno de los antecedentes que arroja el proyecto ISAAC, la investigación más importante en el mundo en torno a esta enfermedad. En América Latina este estudio es liderado por el director del Departamento de Medicina Respiratoria Infantil (MRI) de la Universidad, Dr. Javier Mallol.
Se calcula que, en la actualidad, casi 500 millones de personas en el mundo padecen asma. Las estadísticas indican que esta es la enfermedad crónica respiratoria más frecuente en los niños, no solo del país, sino también del resto del orbe. Sólo en Chile, y considerando una incidencia del 15%, deberían haber aproximadamente 390 mil niños, entre 5 y 14 años, que presentaron síntomas de asma en los últimos 12 meses.Tiempo atrás, poco se sabía de la tendencia de esta patología en América Latina y otras regiones en desarrollo del mundo. Pero gracias a los esfuerzos de un equipo de investigadores de distintos países, hace dos décadas se comenzó a trabajar en un ambicioso proyecto que comenzaría a dar luces sobre este relevante tema: el Estudio Internacional de Asma y Alergias en la Infancia, más conocido como ISAAC, por su sigla en inglés.En él han participado más de cien países, se han estudiado aproximadamente dos millones de niños y ha producido cientos de publicaciones con sus hallazgos.El coordinador para América Latina de dicho proyecto es el doctor Javier Mallol, profesor titular de Pediatría y director del Departamento de Medicina Respiratoria Infantil (MRI), de la U. de Santiago de Chile y del Hospital El Pino, quien, junto a su equipo de especialistas nacionales y latinoamericanos, incluyendo estudiantes de Medicina del Plantel, y de otros países de la región, han llevado adelante esta tarea.El especialista cuenta que en una primera etapa el estudio permitió derribar la teoría de que los principales afectados por esta enfermedad eran los habitantes de países o poblaciones de mayores recursos. La investigación dejó en evidencia que la prevalencia de asma en niños de África (15,8%) o América Latina (18,8%), era similar a la de Europa Occidental (15,2%).“Diez años después, el estudio demostró que el asma en los niños estaba aumentando en los países en vías de desarrollo y que en el resto se mantenían las prevalencias. Eso desechó definitivamente la hipótesis de que las personas que viven en localidades con condiciones menos higiénicas estaban protegidas de este problema”, explica el doctor Mallol.Esta investigación ha reforzado el concepto de que el asma es una enfermedad multifactorial, de alta ocurrencia, en la que el ambiente juega un papel fundamental. Se han realizado estudios ecológicos para evaluar los factores que podrían influir en la prevalencias de la enfermedad. Entre varias otras, se estudió el efecto de la contaminación por tráfico, estado socioeconómico, sensibilización alérgica, aspectos étnicos, incluso se estudiaron genes, sin que se encontraran asociaciones concluyentes. Pero factores comunes en la actualidad como el sobrepeso y la obesidad, así como la exposición al humo de tabaco, se asocian con un mayor riesgo de asma en la niñez.“También nos dimos cuenta de que una dieta rica en frutas es protectora para el asma, y que la lactancia materna también protege. Sin embargo, ese efecto protector de la leche materna sólo lo pudimos confirmar en los países en vías de desarrollo. Además, establecimos que hay una relación importante entre el consumo de antibióticos y de paracetamol en el primer año de vida, con una mayor prevalencia de asma a los seis años”, afirma el Dr. Mallol.En estos momentos, lo que se está planteando -adelanta el especialista- es que las infecciones respiratorias virales, en los primeros meses de vida, son los más importantes iniciadores del asma, y por ahí seguiría la ruta investigativa.Para estudiar esas posibles asociaciones y sus efectos, se ha desarrollado el Estudio Internacional de Sibilancias en Lactantes (EISL), que es coordinado por el Dr. Mallol, desde la U. de Santiago de Chile. Este reciente estudio demuestra que un alto porcentaje de lactantes en América Latina (20%), sufre de síntomas de asma en su primer año de vida.La doctora Viviana Aguirre, profesora titular del MRI de la Universidad de Santiago, e integrante del equipo investigador que lidera el doctor Mallol, asegura que otro de los aspectos valiosos en el desarrollo del estudio, ha sido tener acceso a información que caracteriza a cada uno de los países participantes.“Las encuestas preguntan por alimentación, por costumbres y por diversos temas que, en general, nos van indicando cómo se va evolucionando como sociedad en ciertos aspectos a lo largo del tiempo. El estudio también nos ha servido para observar el estado de otras patologías, como la rinitis y la dermatitis alérgica”, resalta.Junto a eso, la especialista destaca que los antecedentes entregados por el estudio también son muy importantes a la hora de crear políticas públicas.Eso lo confirma el especialista en enfermedades respiratorias y asesor en salud respiratoria del Ministerio de Salud, doctor Ricardo Sepúlveda. Para él, uno de los principales aportes del equipo que lleva adelante el ISAAC es haber sido capaces de definir un protocolo estandarizado, aplicable a niños de edades iguales, de modo que los resultados son comparables y que se puede observar cómo se comporta la enfermedad en la medida que pasa el tiempo.“También permitió conocer la historia natural de la enfermedad, la influencia de las intervenciones sanitarias y la evaluación de qué tipo de intervención hacer”, agrega.Para este experto, los datos de ISAAC, sin duda, son en estos días un referente para saber cuál es la prevalencia de asma en Chile, qué número está cubierto y a qué grupos se debiera llegar.En la actualidad, el ISAAC se ha transformado en la Global Asthma Network (GAN), que, además de continuar con los principios científicos del ISAAC, se orientará a la investigación y educación en asma, junto con la promoción de una mayor accesibilidad a tratamientos antiasmáticos eficientes y de buena calidad en todo el mundo.