Dirigido por Dra. Maritza Páez:

Sustituyen contaminantes y cancerígenos presentes en el transporte terrestre y aéreo

Un equipo de profesionales del Departamento de Química de los Materiales de la Facultad de Química y Biología, dirigido por la experta en protección contra la corrosión metálica, Dra. Maritza Páez Collio, se encuentra estudiando métodos alternativos de tratamiento de superficies de aluminio y aleaciones de magnesio. Su investigación permite reemplazar las metodologías de protección existentes, reduciendo así los costos ambientales y de salud asociados.
“Soy una convencida que uniendo distintas líneas de trabajo se puede dar solución a problemas complejos y asegurar, en un mediano plazo, el desarrollo sustentable de la industria chilena”, puntualiza.

Sustituir materiales contaminantes y cancerígenos presentes en el transporte terrestre y aéreo es el principal objetivo de la línea de investigación que dirige la Dra. Maritza Páez Collio, académica del Departamento de Química de los Materiales de la Facultad de Química y Biología.

En ese contexto, la Doctora en Ciencias e Ingeniería de la Corrosión, que ha impulsado y dirigido numerosas investigaciones en torno a la corrosión metálica y el anodizado de aluminio desde el año 1992, dirige un nuevo Fondecyt Regular adjudicado el 2018: “New approaches for corrosion protection of magnesium alloys”.

El nuevo proyecto se centra específicamente en proteger las aleaciones de magnesio, que son los nuevos materiales livianos utilizados en el transporte, para reducir el consumo de combustible y la contaminación.

“Estas aleaciones son las que se están utilizando en transporte aéreo y terrestre, donde el cambio de materiales está íntimamente relacionado con la emisión de dióxido de carbono. Mientras más livianos son los vehículos, menos emiten y contaminan”, señala.

Sin embargo, el cambio de materiales supone, a su vez, nuevas metodologías para protegerlos, y evitar su corrosión y descomposición.

Actualmente, se utilizan pre-tratamientos para la posterior aplicación de pinturas o tratamientos completos que, en algunos casos, necesita Cromo VI, compuesto químico altamente carcinogénico que se encuentra prohibido, excepto en la industria aeronáutica.

En ese sentido uno de los desafíos del proyecto es erradicar su uso. En palabras de la Dra. Páez, “aún no ha podido ser eliminado por el riesgo asociado a que algún elemento no cumpla el rol de proteger el metal, que puede significar un accidente severo en rutas entre continentes”.

Para ello desarrollan un tratamiento superficial que incluye radicales hidroxilo, y funcionalizaciones subsecuentes de grafeno y otros compuestos, que permitan mejorar la adhesión, y el crecimiento de un polímero en la superficie de éste.

Investigación

Según explica la científica, actualmente todos los laboratorios que trabajan en corrosión están preocupados de aumentar la protección de los nuevos materiales que se utiliza en superficies de aleaciones de aluminio y magnesio, debido a que las metodologías existentes son muy contaminantes.

Al respecto, la Dra. Páez sostiene que cada nuevo descubrimiento es susceptible de ser patentable, implicando “todo un desafío desarrollar tratamientos superficiales y poder anclar recubrimientos, para que no haya problemas de adhesión y, por lo tanto, no ocurra desprendimiento de la película en el tiempo”, indica.

La investigadora responsable destaca, además, la unión de distintas disciplinas en el proyecto, tales como microbiología, electroquímica, física, química y polímeros.

“Soy una convencida que uniendo distintas líneas de trabajo se puede dar solución a problemas complejos y asegurar, en un mediano plazo, el desarrollo sustentable de la industria chilena”, puntualiza.

En tanto, respecto a la línea de investigación en corrosión y protección de materiales, asegura que “no nos podemos dar lujos cuando se trata de un reactor nuclear, una pieza de una tubería que lleva material muy contaminante. Son situaciones donde debe haber protección sí o sí, ya que el costo asociado a riesgos de derrame de fluidos puede ser muy alto en vidas humanas y medio ambiente”.

Autor: 
Soledad Fuentes Mansilla
Fotografía: 
Hugo Salas