Para superar los graves problemas del parque automotriz en Santiago, se debe aplicar una tarificación a los automóviles que circulen por ciertos sectores, enfatiza el académico de la escuela de Arquitectura y experto en transporte urbano, Rodrigo Martin Quijada. Complementa que, además, es imprescindible mejorar el transporte público y crear subcentros, de tal manera que se pueda descongestionar la actual zona céntrica de la capital.
La tasa de crecimiento del parque automotriz bordea el siete por ciento en los últimos años, por lo que -de no tomar medidas urgentes- Santiago podría experimentar un colapso en cuanto al tiempo dedicado a circular. De hecho, ya se verifican algunos problemas serios de congestión. Ante esto, el académico de la escuela de Arquitectura y experto en transporte urbano, Rodrigo Martin Quijada, explica que las medidas pasan por una tarificación vial, mejoras en el transporte público y una distribución distinta de la ciudad.“Necesitamos una estrategia más clara para este tema”, enfatiza, detallando que es imposible que llegue el instante en que se produzca una inmovilidad generaliza; vale decir, quedarse en un punto sin poder trasladarse. Pero esa crisis sí se manifestaría en tener que dedicarle más tiempo al transporte. En otras palabras, se destinarán más horas y minutos para ir de un lado a otro, lo que hará descender la calidad de vida.Para solucionar este tema “se debe mejorar el transporte público entendiendo que Metro y Transantiago tienen que crecer para compensar la movilidad de autos. Sin embargo, el transporte de superficie tiene una cierta capacidad y lo que se debe potenciar es el transporte subterráneo”.Resalta que “se debe aplicar una tarificación vial, lo que significa aplicar peajes al ingreso de ciertos sectores de la ciudad, específicamente en los más congestionados, traduciéndose en un castigo para desmotivar el uso del automóvil”.“En el centro de Santiago se tiene que cambiar la accesibilidad. El ingreso debe reemplazarse con alternativas donde se puede dejar el auto en las zonas periféricas, mejorando e incrementando una zona de estacionamientos en esos lugares, para luego tomar el transporte público”, añade.Planificación urbanaRespecto de una mejor distribución de la ciudad como medida, explica que “ ese tema es más complejo, entendiendo que el movimiento principal de Santiago es de Surponiente a Nororiente en la mañana, y a la inversa en la tarde, por lo que habría que planificar respaldando esta lógica de movimientos".Por lo mismo, “lo anterior tiene un problema más de fondo que es difícil de resolver, porque tiene que ver con la localización de la ciudad, y solo se resuelve con la creación de subcentros y áreas mejor distribuidos, pero que políticamente es mucho más difícil de lograr”.Agrega que “como la ciudad está creciendo, ello es factible. Por ejemplo, pasa en el sector de Piedra Roja en Chicureo, en que prácticamente es la construcción de una nueva comuna, siendo un sector periférico autónomo, con supermercados y colegios, por lo mismo se pueden plantear ciertas políticas de crecimiento urbano que permiten reducir la cantidad de viajes necesarios”.OpcionesEn cuanto al incentivo del uso de las bicicletas, indica que “es posible en parte, pero en la escala de Santiago no son funcionales para ir al trabajo, porque sirven para ir a distancias cercanas, debido a que no le solucionan a una persona que vive en San Bernardo y va a Lo Barnechea, funcionaria fantástico si se aplica el punto anterior donde se redistribuya mejor los centros de trabajo”.Sobre la restricción vehicular como agente desmotivador, explica que “sería estirar demasiado el problema, es posible una medida como esa pero en ausencia de una medida más efectiva”.Además, el experto manifiesta que se hace difícil que las personas opten por usar el transporte público, debido a que “en Chile tenemos el problema que está instalado el concepto que el Transantiago es una catástrofe y eso genera un estado de ánimo negativo respecto a cualquier cosas que se haga con el transporte público; por lo que se debe hacer un cambio cultural para reparar esa situación, generando una relación de la ciudadanía más sana con el transporte público”.Por lo expuesto, resume que se debe aplicar la tarificación que es la más fácil de las medidas y, después, mejorar el transporte público, así como la motivación que se requiere en el ánimo de la gente.El tercer aspecto es tener una visión de ciudad, de establecer subcentros. Vale decir, no depender del gran centro, lo que constituye “la mejor solución, pero la más difícil”, porque se debe entrar en el tema de centralización de las decisiones de Santiago.