Hallar algún vínculo entre el manejo sostenible de bosques con el bienestar humano en zonas rurales, es el objetivo de la investigación adjudicada al Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt iniciación) que lidera el académico del Departamento de Gestión Agraria, Dr. Francisco Zorondo. En el último año del estudio -que comenzó el 2016 enfocándose en las comunas de Pelluhue, Chanco, y Cauquenes- ha hallado inconsistencias en el llamado Plan de Manejo Forestal de Bosque Nativo (PMFBN).
Este es un instrumento que exige la normativa chilena y regula la Corporación Nacional Forestal (CONAF) para sistematizar el aprovechamiento de recursos forestales nativos resguardando la biodiversidad y multifuncionalidad. Sin embargo, el estudio arrojó que no hay diferencias de ecosistemas entre bosques manejados y no manejados: "No estamos logrando la sostenibilidad con estos planes de manejo. Hay algo allí que hay que revisar que no permite mantener mejor la biodiversidad que aquellos bosques que no están con ellos", recalca el biólogo.
Para el investigador, el hecho de que estos instrumentos institucionales no estén funcionando en lugares de la Región del Maule es una situación seria, ya que ahí abundan especies endémicas que están siendo amenazadas por procesos de deforestación: "Las únicas áreas protegidas que están ahí logran proteger alrededor de 200 o 250 hectáreas, que es nada. Es un par de puntos en el paisaje. La única forma de hacerlo es a través de estos planes de manejo, entonces la pregunta para la práctica es si realmente sirven", señala.
El Dr. Zorondo enfatiza que el Plan de Manejo Forestal de Bosque Nativo permite concursar a un Fondo público que otorga una bonificación por hectárea de trabajo, destinada a solventar el costo de las actividades comprendidas. Sin embargo, esto impulsa a que haya una mayor tendencia en postular a las actividades silviculturales de producción maderera, que son mayormente remuneradas frente a aquellas no madereras o de conservación de formaciones xerofíticas y bosques nativos. Para el académico, esta situación es perjudicial para la conservación biológica puesto que "no todas las especies responden bien a ese tratamiento".
Crisis social vinculada a la biodiversidad
La fase inicial del estudio consideró una dimensión social relacionada con las percepciones, actitudes, y calidad de vida de quienes habitan en las zonas rurales, lo que permitió constatar que el bienestar humano se correlaciona a los bosques. De acuerdo al académico, estos últimos representan una fuente importante de ingresos, equivalente a un tercio de la economía familiar: "Debe ser como $50 mil mensuales o menos, pero en la realidad, en términos relativos, las personas perciben ese subsidio natural como importante, porque permite tener recursos para, por ejemplo, enviar a tus hijos al colegio, ir a la posta que queda a kilómetros de distancia en un contexto de ruralidad, comprar el combustible que te va a mantener la chonchona o la estufa prendida por más tiempo. Es decir, permite, por momentos, cubrir parcialmente algunas necesidades básicas en una economía de subsistencia en la ruralidad", destaca.
- ¿Existe alguna arista de su investigación que considere destacar producto del estallido social?
La biodiversidad y sus servicios contribuyen directamente al bienestar social. Una buena gestión ofrecería oportunidades de satisfacer necesidades básicas de las personas, ese es el sentido que subyace a estudiar los planes de manejo y áreas protegidas en mis líneas de investigación. Estos instrumentos aportarían al bienestar humano y, de esta manera, su aplicación efectiva permitiría reducir las brechas de desarrollo e inequidades sociales.
- ¿Cómo podría vincularse el bienestar humano y el manejo sostenible con la crisis social que enfrenta el país?
La crisis nacional es también producto de una crisis ecológica. Hay servicios ecosistémicos cooptados por grupos de poder en los diferentes territorios de Chile. La cooptación de algunos servicios ecosistémicos críticos, como agua, polinización, o acceso a zonas tradicionales de pueblos originarios, deja sin oportunidad de desarrollo humano, incluyendo actividades productivas, a comunidades rurales.
- ¿Implicaría -entonces- consecuencias sociales?
La cooptación de servicios ecosistémicos ha entrampado la pobreza en diferentes territorios de chile, y con ello ha gatillado conflictos sociales. A la vez, un mal manejo de actividades productivas y sus externalidades negativas sobre el medio ambiente también son factores causantes de la crisis social, donde encontramos casos de crisis ecológicas horrendas como las zonas de sacrificio de Puchuncaví-Quinteros, Huasco, y zonas forestales.
- Según su opinión, ¿qué debería considerar la gestión de la biodiversidad para el desarrollo humano?
Una buena gestión de la biodiversidad implica tener un acceso equitativo y socialmente acordado a los activos naturales. Allí, instrumentos como planes de manejo y áreas protegidas pueden contribuir de manera significativa a un desarrollo humano sostenible para Chile.
La importancia de la investigación -para el Dr. Zorondo- es mostrar la gestión ecosistémica que realizan las instituciones públicas, a través de instrumentos como el Plan de Manejo Forestal de Bosque Nativo que, a diferencia de áreas protegidas, actúa en ambientes vinculados con la productividad: "Hoy en día vemos que áreas protegidas como Parques Nacionales o Reservas no son suficientes en Chile para gestionar biodiversidad. Cómo gestionamos la matriz, lo que está afuera, tiene que ver con los planes de manejo forestal", menciona.