El descubrimiento de la tecnología LED azul ha abierto insospechadas aplicaciones y ha permitido de manera significativa el ahorro de energía; esta fue una de las razones por las que sus descubridores fueron galardonados con el Premio Nobel de Física 2014. El académico de nuestro Plantel, Ernesto Gramsh, valoró el aporte de los científicos Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura.
Tres investigadores japoneses- Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura- fueron distinguidos con el Premio Nobel de Física 2014, según anunciaron esta semana, representantes del Instituto Karolinska. Los científicos crearon diodos capaces de emitir luz azul - que combinada con emisiones de rojos y verdes- deriva en blanca; tal como la de lámparas o pantallas.“Los LED son unos dispositivos semiconductores que en realidad constituyen la base de toda la electrónica moderna”, afirma el Dr. Ernesto Gramsch, académico del Departamento de Física de nuestra Universidad y quien tiene varias investigaciones en torno a este tema. Los diodos, parte fundamental de esta tecnología, se caracterizan por generar luz cuando se les aplica corriente eléctrica.La luz blanca del LED, que el ojo humano percibe, es producto de la suma de los colores – azul, rojo y verde- , que tienen los diodos, explica el académico. Por eso, afirma el Dr. Gramsch que es fundamental para el desarrollo de esta tecnología, el aporte que los inventores japoneses hicieron, pues “para crear la luz blanca era indispensable el color azul”.Los estudios alrededor de la luz LED son de larga data. En los años 60, ya se contaba con diodos de emisiones rojas y verdes. Treinta años más tarde, los científicos japoneses galardonados lograron construir la pieza que faltaba en el rompecabezas: la azul.Si los expertos se demoraron en conseguir resultados favorables - explica el Dr. Gramsch- fue “porque no existían los materiales con las características necesarias para poder crear luz azul”. Lo que ellos hicieron, plantea el académico de la U. de Santiago, fue crear una estructura que simula las propiedades que se necesitan.Aporte al medioambiente“La luz LED se genera con casi la mínima energía”, dice el Dr. Gramsch, quien asegura que su popularidad y masificación se debe, precisamente al ahorro energético que logran. En ese sentido, una lámpara de este tipo puede durar hasta 100 mil horas, mientras que las bombillas incandescentes tienen un rendimiento muy por debajo, alcanzando solo mil.Según el Dr. Gramsch, la invención de los científicos nipones es merecedora del Premio Nobel, ya que “es un descubrimiento muy importante porque sin éste no se habría podido obtener luz blanca a partir de los LED”, lo que impediría “ahorrar energía,tal como se está haciendo ahora”.“La luz LED se usa para transmitir señales”, comenta el Dr. Gramsch. Son parte de la vida cotidiana, pues la podemos apreciar en “las pantallas que están en las calles, por ejemplo”.Materia ConocidaCabe mencionar, que la tecnología LED ha sido objeto de estudio en nuestra universidad. Un equipo encabezado por el Dr. Gramsch elaboró una serie de instrumentos capaces de medir los niveles de contaminación ambiental. Estos funcionan en base a dos LED, uno azul y otro infrarrojo. “El infrarrojo- explica el investigador- permite calcular el nivel de carbono presente en el aire de Santiago”.Alrededor de una decena de proyectos que utilizan LED- financiados tanto por el Fondecyt (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico) como por el Ministerio del Medio Ambiente- ha desarrollado el Dr. Gramsch en nuestra Casa de Estudios, quien declara que “han permitido medir los niveles de carbono por casi diez años”.Tomando en cuenta los altos niveles de polución que presenta la capital, y sus implicancias para la salud de sus habitantes, Ernesto Gramsch afirma que la tecnología galardonada con el Premio Nobel de Física es un verdadero aporte, porque gracias a los LED “hemos podido estudiar la contaminación ambiental en Santiago”.