Su primera contracción mensual en más de un año tuvo el Índice de Producción Industrial (IPI) en julio de 2018. Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), cayó un 1,6% en doce meses, por el descenso de la minería y la industria manufacturera. La última baja ocurrió en junio de 2017 (1,2%).
Para el economista y académico de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, esta disminución, aunque leve, no debe ser tomada a la ligera. El ingeniero comercial considera la contracción como un signo de que la producción industrial aún no se recupera con solidez, lo que podría afectar las expectativas de crecimiento para la economía nacional.
“La idea de que la economía estaba creciendo sin contrapesos ya no existe y eso va a afectar la compra y producción de bienes”, señala. “Es bueno recordar que en la última crisis mundial, la economía cayó en un 4% y el sector industrial manufacturero disminuyó un 14%. Este es un sector sensible a la demanda y en el caso chileno, pasa lo mismo”, advierte.
El economista descarta que la disminución se relacione con el anuncio de cierre de una serie de empresas en el último tiempo, como Iansa en Linares o Pastas Suazo. A su juicio, el mayor impacto que tienen estas quiebras se produce en el ámbito comunicacional.
Sin embargo, “hay empresas que han estado cerrando y cuyo rubro es la fabricación de remolques. Eso sí ha provocado un ajuste mayor, aunque no ha sido notoriamente abordado. Ahí tenemos un impacto de reducción de la tendencia positiva que venía trayendo la industria manufacturera”, afirma.
Con todo, el académico de la Facultad de Administración y Economía del plantel estatal proyecta una tendencia a la recuperación, debido al incremento de la inversión, que se traduce en más equipos y máquinas para aumentar la producción industrial.
“Lo que se puede esperar es que los puestos de trabajo que se vayan creando no lo hagan en minería y manufacturas, sino que en agricultura, construcción y comercio”, concluye.
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El académico de nuestra Casa de Estudios, Dr. Víctor Salas, considera que la primera contracción mensual del Índice de Producción Industrial (IPI) en más de un año es signo de que la actividad económica aún no se recupera con solidez. “La idea de que la economía estaba creciendo sin contrapesos ya no existe, y eso va a afectar la compra y producción de bienes”, sostiene.
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