Esta fue una de las conclusiones del debate sobre Formación Inicial Docente, iniciativa que lideró la Vicerrectoría Académica, y que logró avanzar significativamente en la elaboración de un perfil de egreso común para las nueve carreras pedagógicas que imparte nuestra Universidad.
Un avance sustantivo respecto de la discusión que se está llevando a cabo al interior de la U. de Santiago en materia de formación inicial de profesores para el sistema escolar chileno, quedó de manifiesto el miércoles (12) en el Debate Formación Inicial Docente, actividad que se enmarca en el proyecto Mecesup “Construcción de un Modelo de Formación Inicial Docente de la Universidad de Santiago para profesionales del Siglo XXI” (USA 1119), de la Vicerrectoría Académica (VRA).En la instancia se logró progresar significativamente en la elaboración de un perfil de egreso común para las nueve carreras pedagógicas que imparte nuestra Universidad.En esta perspectiva, la coordinadora ejecutiva del proyecto Mecesup FID, Dra. Erika Castillo, presentó una síntesis de las discusiones desarrolladas en los talleres de análisis efectuados con las unidades académicas involucradas, los estudiantes y los empleadores.“Lo que hemos recogido a partir de los talleres y los análisis es que a la Universidad, dicho por sus estudiantes, supervisores de práctica y académicos, le importa muchísimo que el egresado de la Universidad sea un sujeto con una calidad competente”, sostuvo la investigadora.La Dra. Castillo aseguró que otro aspecto importante es que la expectativa de los actores es que el profesor formado en la U. de Santiago logre trascender, esto es, “sea un sujeto que cambia situaciones y que mejora vidas, y eso tiene que materializarse y hacerse visible técnicamente, y esa es nuestra responsabilidad, en programas (de estudios), y con expectativas más ajustadas”, expresó.En este sentido, la Dra. Castillo puntualizó que los académicos formadores de profesores deben tomar conciencia y avanzar en cuanto a ser modeladores de una forma de enseñar. “Por lo tanto, dejamos de ser un modelo tradicional de transmisores de una disciplina, sino que en el quehacer mismo nos hacemos cargo del cómo se enseña. Ése es un aspecto central”, aseveró.El debate contó con la participación de la investigadora asociada al Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, Dra. Beatrice Ávalos, quien expuso sobre los modelos internacionales y desafíos locales de la Formación Inicial Docente.La académica, Doctora en Educación por la U. de Saint Louis, fue enfática al señalar que en formación de docentes la didáctica no puede estar separada de la disciplina y que el nuevo profesor debe tener la capacidad de ser un ente colaborador con sus pares, los padres y apoderados y la instituciones comunitarias del lugar en el que se va a desempeñar.Del mismo modo, la Dra. Ávalos enfatizó que los nuevos maestros deben contar “con una competencia reflexiva, que les permita alcanzar un desarrollo profesional continuo”.Por su parte, la vicerrectora Académica, Dra. Fernanda Kri, directora del proyecto Mecesup “Construcción de un Modelo de Formación Inicial Docente de la Universidad de Santiago para profesionales del Siglo XXI”; puso de relieve la importancia de este debate en nuestra Universidad.“Queremos tener un marco general, lineamientos de lo que queremos que sea el profesor formado en la U. de Santiago, independiente de la disciplina o especialidad. Queremos tener una articulación entre las diferentes pedagogías, y un marco de referencia en el cual podamos identificar, independiente de la especialidad del profesor de la U. de Santiago, y no sólo enunciar las características, sino que avanzar en cómo desde el punto de vista curricular, vamos a dar cuenta de esas características”.No obstante, advirtió que “este modelo de Formación Inicial Docente debe dar espacio para toda la diversidad disciplinaria, que es una de las grandes fortalezas que tenemos, y que por ningún motivo queremos perder”.La autoridad superior recalcó que si bien este proyecto se inició en 2009 y empezó a articularse como un proyecto interfacultades hace dos años, la preocupación que ha tenido la U. de Santiago de Chile por mejorar la formación de profesores no es algo de reciente data, concluyó.