“Los aportes de Álvaro Menanteau tienen su correlato en una inédita e interesante apertura hacia nuevas expresiones musicales, no sólo en la denominada música docta, sino también en géneros de corte popular. Este conocimiento experto y amplia mirada musical son agradecidos por la audiencia y, además, marcan la diferencia en el dial”, plantea la directora de la radio de la Universidad, Gabriela Martínez Cuevas.
La llegada del Dr. Álvaro Menanteau Aravena a Radio Universidad de Santiago no es una casualidad. Siempre le atrajo ese ámbito. Incluso en la década del '90, recién egresado de la Licenciatura en Música, condujo en la Radio de la U. de Chile y por espacio de un año y medio, el programa “Juventudes musicales”. Mientras tanto, su interés por la investigación en música de Chile y América Latina no cesaba.
Su conocimiento experto, sumado al acercamiento con el quehacer radiofónico, es lo que determinó que la directora de la Radio, Gabriela Martínez Cuevas, seleccionara su currículum de entre las tres opciones que tenía, junto al entonces jefe de la emisora, Óscar Egnen.
“Había que reemplazar en el área de la música docta a Walter Krumbach, quien se acogía a retiro. Por tratarse de un ámbito muy específico, solicité ayuda al connotado compositor y académico de la Facultad de Artes de la U. de Chile Gabriel Matthey, quien presidía el Consejo de Fomento de la Música Nacional y en nuestra emisora ya nos apoyaba en el área. Fue así como recibimos varios CV y seleccionamos tres”, remarca la directora Gabriela Martínez.
Además, insiste en que “somos la única Radio que cuenta con un doctor en musicología. Aspiro a mostrar el 2017 una línea musical muy interesante, que estará enteramente a su cargo. Álvaro tiene un conocimiento experto que no podemos subutilizar, además se ha integrado muy bien al equipo; es tremendamente generoso y está a cargo de producir y conducir tres programas: Sonata Austral, Panorama musical y Concierto nocturno. Los creadores y creadoras tienen en nuestra emisora un espacio donde dialogar, mostrar sus creaciones y, sobre todo, encuentran un lugar que los acoge”.
“Los aportes de Álvaro Menanteau tienen su correlato en una inédita e interesante apertura hacia nuevas expresiones musicales, no sólo en la denominada música docta, sino también en géneros de corte popular. Este conocimiento experto y amplia mirada musical son agradecidos por la audiencia y, además, marcan la diferencia en el dial”, plantea la directora de la radio.
Aportes y conexiones
Con ocho meses de activa participación, el Dr. Menanteau asegura que entre sus intereses está el vincular las actividades musicológicas con algunas carreras de la Universidad. De hecho, anticipa que como integrante de la Sociedad Chilena de Musicología, existe la posibilidad de trabajar en conjunto con la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio del Plantel, pensando, por ejemplo, en una de las versiones del Congreso que desarrolla aquella instancia.
En la misma línea advierte sobre la necesidad de incorporar la musicología a una Universidad completa y compleja como la nuestra. “La U. de Santiago tiene una potente tradición de lo local”, destaca, resaltando la figura de Víctor Jara. “Chile no necesita una gran cantidad de musicólogos. Con la licenciatura y el magíster es suficiente para la formación. Pienso que aquí, habría que introducir la musicología en el área de la investigación, a través de distintas líneas, lo que es compatible con las actuales necesidades del conocimiento”, asegura el Dr. Menanteau, quien imparte clases desde hace 25 años en la Escuela Moderna de Música y Danza.
Como un área del conocimiento asociada a la investigación musical, explica que el musicólogo es como un historiador, que también puede investigar otros ámbitos como la antropología y la filosofía de la música. “El musicólogo posee herramientas para procesar información, lo que le permite escribir artículos, ponencias y libros, además de impartir clases y realizar investigación”, detalla.
Si bien a sus 54 años de edad está un tanto alejado de la interpretación musical, luego de varios años tocando bajo, la semana pasada tuvo la oportunidad de participar en una presentación, invitado por sus estudiantes de la Escuela Moderna como profesor de Historia de la música popular. “Incluso me preguntaron qué tema me gustaría que interpretáramos. Les propuse uno de la Mahavishnu Orchestra, jazz fusion de los años '70, música con la que me crié desde pequeño”, recuerda.
Del Conservatorio a la música popular
Álvaro Menanteau, el menor de cuatro hermanos, vivió en Valdivia entre los siete y los doce años. Su padre, profesor de epistemología, participó en la formación del Departamento de Filosofía de la Universidad Austral. Su madre, trabajaba en el Servicio Agrícola y Ganadero. “Me hubiera encantado estudiar piano en esa época, pero en 1974 tuvimos que irnos de Valdivia por razones económicas”, lamenta.
La música no fue su primera opción al ingresar a la educación superior. Estudió un año ingeniería y luego un año y medio tecnología en sonido. Fue ahí cuando se interesó por aprender teoría musical. Era la década del '80. Finalmente decidió ingresar a la Licenciatura en Música en la Universidad de Chile. Su interés radicaba en el rock, la fusión y la música popular. “En el Conservatorio estaba rodeado de profesores más cercanos a la música clásica, lo que igualmente me permitió aprender sobre esta disciplina”, advierte.
Sin embargo, también conoció a músicos populares, lo que lo llevó a inclinarse por otra corriente. “Un amigo me introdujo en el mundo musical del jazz. Incluso comencé a tocar el bajo. Descubrí el jazz de una manera más práctica y me enfoqué en su historia a nivel nacional”, plantea con entusiasmo.
Jazz en Chile y doctorado en Finlandia
Se iniciaba la década del '90 y Álvaro Menanteau comienza a frecuentar el Club de Jazz de Santiago. “Tocaba con viejos músicos. Yo era el más joven de un octeto que se llamaba Convergencia”, rememora. Ensayo tras ensayo aprendía sobre lenguaje musical, pero también de la historia local del jazz. De hecho, no pasaría mucho tiempo para tomar la decisión de escribir un libro. “Historia del Jazz en Chile”, publicado en 2003, fue el resultado de varios años de investigación y conversaciones.
Se trata de alrededor de 34 entrevistas a músicos de distintas épocas y 120 fotografías que ellos mismos proporcionaron. Entre sus conclusiones, destaca que en el caso de Chile, mientras más antiguos son los músicos, son menos jazzistas y más cercanos a la música popular. Una investigación que lo llevó a estudiar un magíster en Musicología, también en la Universidad de Chile. “Me interesaba la historia y el rol social de la música”, argumenta.
Luego de publicar su libro, recibe un especial ofrecimiento: continuar sus estudios en Finlandia. “Un profesor chileno que trabajaba en el Departamento de Musicología de la Universidad de Helsinki, un formador de musicólogos en Europa, me invitó junto a otros investigadores a estudiar el doctorado en Musicología, porque en Chile no existía”, relata. Un programa que tampoco hoy se imparte en el país y que le abriría nuevas posibilidades.
Un cuarteto familiar ligado a la música
Hace veinte años el Dr. Álvaro Menanteau vive en el mismo lugar, en la comuna de La Reina. “En la casa somos un cuarteto”, comenta. Con su esposa tienen 26 años de matrimonio. “Ella estudió siete años piano clásico durante el colegio. Finalmente se tituló de médica”, relata. En cuanto a sus hijas, la mayor, de 21 años, estudia antropología. La menor, de 19, decidió retirarse de arquitectura y postular a medicina. “La mayor toca ukelele, mientras que la menor, guitarra eléctrica”, cuenta con mucho orgullo.
Sobre su colección de vinilos, cassettes y discos compactos, ni siquiera se atreve a cuantificarla. “Incluso tengo discos en formato 78, que se tocaban con una vitrola”, confiesa. Todo esto, no solo por el gusto. También por sus labores profesionales.
Y si se trata de preferencias musicales, nuevamente surge la figura de Víctor Jara. “Pero el de sus últimos años, entre 1969 y 1973. De hecho, una de las ponencias que presenté en Valdivia hace algunos años era sobre uno de sus trabajos desconocidos, donde él realizó arreglos sinfónicos para melodías que había recopilado en el campo”, destaca.
Junto con resaltar el gran acierto que tuvo el asesinado cantautor para asociarse con músicos que le permitieron crecer musicalmente, también se inclina por la música clásica de concierto. “Aquella que ofrezca un trabajo inteligente con relación a la música tradicional, donde mi compositor favorito es el húngaro Béla Bartók”, aclara, sumando a los ingleses The Beatles. “Se hicieron preguntas que se hacen los artistas de verdad, lo que da paso a la creatividad”, valora.
Expertise en música popular
Siempre abocado a la docencia e investigación, su trabajo en la Escuela Moderna de Música y Danza ha sido determinante en su desarrollo profesional. Ahí imparte tres asignaturas: Historia de la Música Popular, Música Popular en Chile y Música Clásica. Todo esto, como parte de la carrera de Especialista en Arreglos y Composición de Música Popular. “También realicé clases en algunas universidades privadas, pero fueron experiencias que no me dejaron muy satisfecho”, advierte.
Junto con reconocer que la denominación “música popular” es muy ambigua, el Dr. Álvaro Menanteau asegura que se trata de un fenómeno del siglo XX. “Antes existía la música clásica y la tradicional, lo que también llamamos folclore. Lo popular surge entre ambas, con un origen urbano. Hoy se asocia con el rock, la fusión y también con el bolero, la tonada, el tango y la bossa nova”, explica. Por ello, y dada su expertise, es recurrente su participación en encuentros nacionales e internacionales de musicólogos, lo que se suma a su participación en el comité editorial de la Revista Musical Chilena.
De hecho, hace algunas semanas regresó a Valdivia invitado al XIX Encuentro de Música Chilena Contemporánea, que se realiza cada dos años. “Desde hace cinco años voy a dar charlas, principalmente sobre música popular”, comenta, añadiendo que en el Conservatorio de Valdivia son los únicos que se han propuesto introducir música popular y contemporánea en los planes de estudio, para lo cual le han solicitado ayuda. “En Chile, los Conservatorios tienen un retraso de 50 años”, concluye con preocupación.