Es una de las primeras chilenas no videntes en cursar estudios universitarios en Estados Unidos. Tras su regreso a Chile, ejerce por 40 años como orientadora vocacional. En el Ciclo Grandes Chilenas del programa Mujeres de Radio U. de Santiago, Cristina Frías - ya jubilada- rememora innumerables episodios de entereza para superar los obstáculos, pero también aprovechar las oportunidades que la vida le brinda. Logra pilotar un avión, practicar esquí acuático y subir altas montañas para deslizarse a través de la nieve con maestría. La entrevista, será emitida este lunes 5 de enero, a las 10 y 00 horas por la 95.4 FM, 124AM y www.radiousach.cl. El espacio es conducido por la periodista Gabriela Martínez.
“Siempre se piensa en la angustia que genera la oscuridad, pero te diría que a la larga, lo que más importan son las cosas que no puedes hacer por ser ciego. Cuando te llega una máquina lavadora o un microondas que no sabes usar, da rabia… Ahí quisiera la ayuda de una voluntaria para que me enseñara. Qué la gente piense en eso, en cómo nos arreglamos para cocinar o ir a comprar ropa para vestirnos… Falta sensibilidad frente a las minusvalías”, así señala en la conversación sostenida en el espacio de Radio U. de Santiago, conducido por la periodista Gabriela Martínez.Cristina Frías habla claro, ha sido una vida donde redobla esfuerzos para superar aquellos desafíos cotidianos y lograr grandes metas, sin auto limitarse por ser ciega. La vida la golpea muy temprano: un accidente en su niñez le arrebata la visión. En algún minuto existió la esperanza de buscar un tratamiento adecuado en Europa, pero la Segunda Guerra Mundial le quita esa opción. Aquél fue el primero de los tantos “quizás” que marca su transitar biográfico.Pero esta mujer llena de determinación, no se lamenta por lo que pudo ser. Por ello, sale adelante y se propone estudiar. La filántropa Helen Vassel es testigo de su espíritu de superación y la apoya con una beca para cursar estudios de bachillerato en el Newton College de Estados Unidos. Muchos podrían pensar que con ello tuvo el camino allanado, pero ciertamente fue un desafío que pone a prueba su entereza. “Lloraba mientras le escribía cartas a mi madre, diciéndole que estaba todo bien”, confiesa en un pasaje de la conversación.Cristina estaba sumida en la tristeza, en medio del choque que significa estar inmersa en otra cultura, sin el apoyo directo de los suyos. Con mucho esfuerzo, poco a poco, se integra gracias al apoyo de toda una red de mujeres voluntarias, quienes en arduas jornadas leen para ella los textos de estudio. Había demostrado talento y capacidad, pero se topa con la dura realidad: ser ciega le impide continuar un doctorado en Harvard.Podría haberse abatido para siempre, pero vuelve a imponerse a esta dura prueba. Regresa a nuestro país, con el objetivo de retribuir con su trabajo las oportunidades que había tenido… Pero Chile la recibe con nuevas dificultades. No existía voluntariado y los libros en Braille eran casi inexistentes. Por si fuera poco, tiene serios problemas para movilizarse con su perro guía. “No me aceptaban en hoteles, cines y, una vez, un cura me echó de la iglesia. Fueron experiencias dolorosas”, recuerda con tristeza.Para Cristina la situación ha cambiado y ahora existe el riesgo de la autocomplacencia. “Los ciegos a veces caemos en una especie de egocentrismo que a mí me molesta mucho. Recordemos que somos una minoría y nosotros debemos adaptarnos al mundo y no al revés”, señala en la entrevista que Ud. puede escuchar este lunes 5 de enero, a las 10Hrs. y 00Hrs. a través de radio Universidad de Santiago (95.4 FM, 124Am y www.radiousach.cl).