“Los buenos estudiantes de sectores vulnerables son personas que poseen proyectos de vida, un adulto que ha sido significativo para ellos, un mayor nivel de autoestima, redes focalizadas, familia estructurada y reconocimiento a nivel escolar. Son el 'chiche' familiar y son capaces de aprender de sus errores”, sostiene el Dr. Mario Morales, quien encabeza un proyecto Dicyt que analiza factores predictivos de éxito en jóvenes de liceos prioritarios, estudio que servirá de base para una propuesta que se presentará al Programa Propedéutico de nuestro plantel.
A pesar de estar insertos en liceos con alta vulnerabilidad social, con malos resultados en pruebas nacionales y serios problemas en las áreas de gestión pedagógica, directiva y convivencia, hay alumnos que logran un buen rendimiento. Sobre cómo logran destacarse y llegar a la Educación Superior, a pesar de las situaciones adversas que los rodean, se preguntó el subdirector de la Escuela de Psicología de la Universidad, Mario Morales.De esta manera, el año 2010, el Dr. en Ciencias de la Educación comenzó a trabajar en un proyecto Dicyt denominado “Factores predictores de éxito en jóvenes de buen rendimiento, provenientes de liceos prioritarios e insertos en contextos laborales, del servicio militar y estudios superiores”.Una de sus conclusiones preliminares es que “los buenos estudiantes de sectores vulnerables son personas que poseen proyectos de vida, un adulto que ha sido significativo para ellos, un mayor nivel de autoestima, redes focalizadas, familia estructurada y reconocimiento a nivel escolar. Son el chiche familiar y son capaces de aprender de sus errores”, sostiene el experto, quien administró en una primera etapa, junto a su equipo, una batería de pruebas psicológicas a una población cercana a 500 estudiantes de cuatro colegios de la Región Metropolitana y dos de Rancagua, establecimientos cuyo índice de vulnerabilidad fluctuaba entre un 93 y 95 por ciento, según el Mineduc.En una segunda fase se seleccionaron 70 alumnos que presentaban un rendimiento escolar alto, situándose en un promedio superior al estándar del grupo total. Además se compararon los puntajes de las pruebas psicológicas de los estudiantes de alto rendimiento con el grupo general. Finalmente, en una tercera etapa, se realizaron entrevistas en profundidad para reconstruir el proceso que los mejores estudiantes desarrollaron para alcanzar su buen rendimiento.A su vez, entre las pruebas administradas se aplicó un test cuyos resultados indican que los buenos estudiantes poseen un nivel intelectual mayor. Además cuentan con un mayor apoyo por parte de los profesores y una familia un poco más estructurada.Autonomía y crecimiento personalPara el académico, los jóvenes destacados tienen, a su vez, un mayor puntaje en pruebas de bienestar psicológicos relativos a la aceptación. “También existen diferencias significativas en el área de proyección: no viven el día, se proyectan a algo específico. Y aunque no existen diferencias en relación a los vínculos entre ambos grupos, generalmente los alumnos de alto rendimiento son personas más ostras, por lo que pueden tener menos amigos”, enfatizó.En relación a la resiliencia, la diferencia radicó en el plano de la satisfacción, relacionada en el cómo logran enfrentar los problemas cotidianos. El investigador plantea que otra diferencia importante tiene que ver con las metas, los proyectos futuros. “Su objetivo es alcanzar la Educación Superior. Además, ellos logran aprender de ciertas situaciones problemáticas, de los errores y, en ese sentido, son más conscientes que el resto de los estudiantes” explicó.Respecto a las entrevistas en profundidad, se han encontrado algunos factores relacionados con el encuentro en su vida escolar con un adulto significativo, situaciones no normativas que les ha tocado enfrentar, una familia más estructurada, deseos de aprender, de querer “ser alguien en la vida”, en el área profesional, tener un buen trabajo y ayudar a su familia.El Dr. Mario Morales, plantea como objetivo principal del proyecto lograr, a través de programas que permitan fortalecer estos aspectos, que los estudiantes potencien los ámbitos en lo que están más débiles y logren avanzar en su calidad académica. Por otra parte, afirma que el desarrollo de estos alumnos depende de que la apertura de las universidades vaya con un acompañamiento al alumno que ingresa. “Que la institución se responsabilice de sus triunfos o fracasos”, afirmó.Con los resultados finales de la investigación, se creará una propuesta para el Propedéutico de nuestro plantel y todos los centros educacionales que cumplen con las políticas ministeriales relacionadas con acompañar a estos jóvenes que provienen de sectores vulnerables en su proceso de inserción en la Educación Superior.