El Doctor Mario Tarride, del Departamento de Ingeniería Industrial de nuestra Universidad, desarrolló una línea de investigación que asocia el binomio salud/enfermedad de las personas, desde el paradigma médico científico, con la salud de las organizaciones.
El innovador estudio “Enfermedades Organizacionales: Diagnóstico y Tratamiento", es financiado por el Departamento de Gestión de Proyectos de Investigaciones Científicas de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación y su propósito es buscar un modelo integral que permita diagnosticar y tratar los problemas de las organizaciones.El investigador Mario Tarride explicó que la idea de la investigación era establecer el estado de salud de una organización cualquiera, y “lo primero que hicimos fue desarrollar un modelo y un método para determinar cuándo una organización estaba saludable”, sin embargo frente a las diversas formas para referirse a lo saludable, se hizo necesaria una mirada integradora.Tomando como base la metáfora humana de las organizaciones, se recurrió a la definición de salud de las personas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El académico explica el resultado: “Una organización es saludable en la medida que presente un completo estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo ausencia de enfermedad. Fue necesario, entonces, determinar qué era lo físico, lo mental y lo social en la organización, para lo cual usamos la idea de homomorfismo funcional, cibernético, como método de vinculación”.En consecuencia, se definió que lo físico tiene que ver con la estructura de la organización; lo mental, con lo estratégico; y lo social, con el vínculo con el medio.El investigador recordó que en esta primera etapa del homomorfismo entre ser humano y organización, “nos preguntamos, por ejemplo, a qué correspondía el sistema respiratorio del ser humano en la organización, lo que nos obligó a estudiar materias de la biología humana, permitiéndonos describir partes y subsistemas del cuerpo, que luego asociamos con partes y subsistemas organizacionales. Era necesario describir rigurosamente el funcionamiento de los sistemas constituyentes del cuerpo humano para luego hacer el traslado a la organización”, explicó el profesor Tarride.Relación médico-pacienteEn una segunda etapa, se abordó la relación médico-paciente y analista-organización, buscando la forma en que el médico determina si su paciente está sano. Así, se adecuó el quehacer del analista ante la organización, emulando la relación médico-paciente, con el fin de trasladar ese modo de operar al cuidado y mejoramiento de las organizaciones.En este proyecto, el investigador Mario Tarride, ingeniero industrial y Doctor en Salud Pública, propone dar nombres a las enfermedades organizacionales, usando como referente las patologías de las personas. “Si una organización resulta no estar saludable, esperamos diagnosticarla -indicar qué padece- y tratarla; y para ello es necesario identificar signos y síntomas, realizar exámenes específicos, elaborar y descartar hipótesis diagnósticas, e indicar tratamientos adecuados que permitan sanarla”, detalló el investigador.La idea del investigador es contribuir a enriquecer los métodos de diagnóstico y tratamiento organizacional que hoy existen, usando como referencia el modelo médico alopático (medicina tradicional).