Con sólo 19 años, hoy encabeza la Vocalía de Interculturalidad de la Feusach, desde donde proyecta integrar talleres de historia mapuche y de mapudungun en las carreras de educación del Plantel; esto, con el fin de promover la interculturalidad con sentido de inclusión, prioritariamente.
A sus 19 años, Cristian Retamal Huenten asegura que se encuentra en un proceso para consolidar su identidad mapuche. Esto, al aclarar que sus primeros 17 años los vivió como un chileno más. “Ser mapuche es algo integral, no solo tener un apellido o hablar mapudungun. Es una persona que tiene conciencia sobre la tierra, pero que también se siente identificado con su historia”, aclara el estudiante de Administración Pública de nuestra Universidad.Con mucho afecto recuerda que su mamá, de manera inconsciente, le mencionaba algunas palabras en mapudungun, lo que cada cierto tiempo le generaba alguna inquietud por acercarse a esa cultura que sentía muy lejana. “Me preguntaba ‘¿Wadkü‐y ta ko?’, y yo le contestaba ‘No, todavía no hierve el agua’. Incluso a veces me contaba historias mapuches”, relata Cristian.Historia oculta por la discriminaciónNació en Santiago y siempre ha vivido en la comuna de Puente Alto. Su papá es “winka” (chileno) y trabaja como maestro constructor y cerrajero. Su mamá, como cajera en un supermercado. Y su hermano mayor, ajeno a cualquier interés por lo mapuche, estudia Química y Farmacia en la Universidad de Chile.“Luego que falleciera mi abuelo, mi mamá se vino a los doce años desde Isla Huapi, en la Región de Los Ríos, a vivir a Santiago. Aquí la recibió su hermana, quien le buscó trabajo y donde estudiar”, explica Cristian. “Vivió muy fuerte el colonialismo, con escuelas donde se enseñaba la 'Pacificación de la Araucanía'. Fue muy discriminada por sus apellidos, Huenten Painemilla”, agrega. Su abuelo, que se desempeñaba como profesor, fue duramente discriminado, por lo que decidió que sus hijos no hablaran el mapudungun.Pero el contacto con su familia del sur se mantiene gracias a que cada verano Cristian viaja a Isla Huapi. “Desde niño lo veía como ir de vacaciones. No me daba cuenta de mi historia mapuche, porque nunca me la mostraron”. Fue recién al terminar su enseñanza básica que comienza a manifestar interés por aprender a hablar correctamente el mapudungun. Sus posibilidades, en ese entonces, eran casi nulas.Búsqueda del “mapuche kïmun”La enseñanza media la realiza en el Liceo Arturo Alessandri, en la comuna de Providencia. “Quería salir de la burbuja de Puente Alto y conocer otras realidades. Muchos me preguntaban por mi apellido, pero yo no podía decir que era mapuche. Seguía siendo un chileno que sabía palabras en mapudungun”, rememora Cristian. Por ello, no dudaba en evadir esas conversaciones al sentir vergüenza por no saber lo suficiente. “Tenía todas las ganas de aprender sobre la cultura, pero aún faltaba mucho para sentirme mapuche”, asegura.Originalmente pensaba estudiar Derecho. Incluso le atraía el ámbito de la biología. Pero a partir de orientaciones familiares decidió buscar otro camino. Fue así que en 2015 ingresó a Administración Pública en la Universidad de Santiago. “Me enamoré de la carrera y de la Universidad. Sabía que aquí encontraría la forma de acceder al “mapuche kimün”, el conocimiento mapuche”, afirma.Un curso de mapudungun, impartido en la Universidad cada viernes, le permitió relacionarse rápidamente con otros estudiantes igualmente interesados en la cultura mapuche. En eso, Cristina Paillal, estudiante de Ingeniería en Minas, sería fundamental, especialmente como impulsora de Mapusach. “Es una instancia que nace de la necesidad de generar un espacio identitario dentro de la Universidad de Santiago, a partir del Wiñol Tripantu (año nuevo) del año pasado”, aclara Cristian. ¿El objetivo esencial? Integrar a estudiantes, académicos y funcionarios mapuches.Lucha cultural y consolidación identitariaCristian comienza a participar activamente en diversas actividades. Por ejemplo, un campeonato de Palin en Con Con, Región de Valparaíso. “A pesar de que teníamos poca experiencia y de que íbamos a conocer gente y adquirir conocimientos, ganamos el torneo”, recuerda con emoción. A eso se suma que hace casi dos meses asumió la Vocalía de Interculturalidad de la Feusach, cargo que desempeñará por un año y medio.Hoy, con el sello de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) otorgado a Mapusach, proyecta que uno de los objetivos es integrar talleres de historia mapuche y de mapudungun en las carreras de educación. “Si un profesor conoce ambos lados puede dar dos visiones a una educación intercultural correcta, con un verdadero sentido de inclusión”, exige el estudiante.Y si se trata de desafíos, asegura que hay quienes piensan que la lucha por su reconocimiento debe darse desde el sur, en La Araucanía, “pero creo que existen varios frentes para eso. De hecho, nuestra Universidad es un punto muy importante en ese sentido”, destaca. “La Universidad de Santiago me ha dado muchas oportunidades para consolidar mi identidad mapuche”, añade con fuerza, sin dejar de mencionar la tristeza que le genera “que las empresas forestales destruyan los lugares elegidos por las machis para conseguir sus hierbas, lo mismo que cuando destruyen tu lengua y tu imagen como mapuche”.Rescatar la historia y revitalizar la lenguaJunto con ingresar a la carrera de Administración Pública, desde 2015 Cristian visita la comunidad “Lafkenche”, en la comuna de La Florida. Ahí ha participado, por ejemplo, en un curso de gastronomía mapuche. Paralelamente, es parte de un curso de Cuentacuentos en la Biblioteca de Santiago. “Estamos en la etapa de leyendas, mitos y relatos. Lo siento como una gran posibilidad para transmitir la cultura mapuche”, reconoce.Y si se trata de agradecimientos, la académica Elisa Loncon, Dra. del Departamento de Educación del Plantel aparece como una persona muy especial para él. “He aprendido de ella que nuestra lengua transmite el conocimiento. Y revitalizar la lengua no es solo 'mapuchizar' ciertas cosas. Es transmitir conocimientos y ayudar a otros. Es generar conciencia de que nuestra lengua se está perdiendo, pero que aún no está acabada”, explica.Su deseo es que otros, al igual que él, logren identificarse y decir “‘yo también quiero ser más que solo un chileno’, y que puedan rescatar su historia y antepasados”. En ese sentido, sus proyecciones son claras. “Estoy seguro que mi carrera me abrirá muchos espacios que me permitan generar proyectos y políticas públicas para ello”, concluye Cristian.