Espacios amplios, luminosos, cómodos fueron algunos de los calificativos con que las y los primeros estudiantes que visitaron la Biblioteca Central describieron sus remodeladas dependencias, las que abrieron ayer por primera vez, después de dos años.
El Vicerrector académico, Dr. Julio Romero Figueroa, durante el recorrido por las instalaciones sostuvo que la Biblioteca Central constituye un centro neurálgico del quehacer académico e invitó a la comunidad a conocerla, disfrutarla y cuidarla.
“Invitamos a las y los estudiantes a disfrutar de estas dependencias, núcleo del quehacer académico, que hoy ofrece 1.200 metros cuadrados completamente remodelados. Esperamos que esta obra sea un aporte para su desarrollo, tanto personal como académico”, destacó el Dr. Romero
La autoridad precisó que “el sistema de bibliotecas de nuestra Universidad está integrado por 19 bibliotecas especializadas y por la central, que es el corazón que permite que el conocimiento fluya por toda esta red y que se multiplique, expandiéndose más allá de las arterias de la comunidad universitaria”.
La capacidad de atención de estas renovadas instalaciones es de 900 estudiantes en normalidad y tiene un aforo de 700 en pandemia.
Pasado, presente y futuro
La Biblioteca Central responde a las múltiples necesidades de la comunidad universitaria, con la misión de: “Mantener un compromiso activo en el proceso enseñanza-aprendizaje, y en las actividades de docencia, investigación y extensión, fomentando la creación, difusión, preservación y colaboración en los procesos de generación del conocimiento”.
Su construcción original data de 1974 y, aunque fue construida con otros fines, la edificación se adaptó y fue evolucionando de la mano de nuestra Casa de Estudios, acogiendo a un número de estudiantes que crecía, tal como lo hacían sus requerimientos de información y tecnologías asociadas.
Hoy, la Biblioteca Central alberga 234 mil ejemplares físicos, una monumental base de conocimiento, que se nutre y multiplica permanentemente.
Su remodelación se inició en febrero de 2020, semanas antes que se conociera del “paciente cero” de COVID- 19 en Chile, y culminaron en septiembre del 2021. El primer piso se transformó en una planta libre, ampliando las posibilidades del uso del espacio, en un conjunto que posee climatización, aislación acústica e iluminación acorde a los requerimientos de estudio.
“Se trata de un edificio enfocado en las necesidades de los y las estudiantes, pensado por y para ellos y ellas, y destinado a ser el espacio que nuestra comunidad universitaria merecía”, concluyó el vicerrector Académico.
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“Invitamos a las y los estudiantes a disfrutar de estas dependencias, núcleo del quehacer académico, que hoy ofrece 1.200 m2 completamente remodelados. Esperamos que esta obra sea un aporte para su desarrollo, tanto personal como académico”, destacó el vicerrector Académico, Dr. Julio Romero Figueroa.
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