La Vicerrectoría de Postgrado (VIPO), el Departamento de Formación Integral e Inclusión (DFII), de la Vicerrectoría Académica, y el Centro de Estudiantes en Situación de Discapacidad (CEDISC) organizaron un ciclo de charlas y talleres con el objetivo de fomentar la participación, inclusión y reconocimiento de la diversidad estudiantil en los programas de Doctorado y Magíster de nuestra Universidad.
La iniciativa, llamada “Participación estudiantil e inclusión”, comenzó con el webinar “Discapacidad y Educación Superior”, que contó con la presencia del vicerrector de la VIPO, Dr. Cristian Parker; la directora del DFII, Mg. Daniela Alburquerque, y Gonzalo Soto, estudiante de segundo año de la carrera de Derecho del Plantel y ex miembro del consejo de representantes Cedisc, como expositores; además de estudiantes, funcionarias/os, académicas/os y comunidad en general conectada al evento.
La jornada partió con el saludo del Dr. Parker, quien sostuvo que las charlas y talleres disponibles no son accidentales, ya que la condición pública y estatal de nuestra Casa de Estudios, que define su misión al servicio del desarrollo de nuestro país, debe contar con una “formación integral para todas y todos nuestros estudiantes. Esta universalidad debe estar en el centro de nuestra preocupación tanto en pregrado, postgrado y educación continua. Toda nuestra actividad docente tiene que ser inclusiva”, remarcó.
En esa dirección, sostuvo que esta orientación es “una apuesta institucional, por lo tanto, es la forma que tenemos de entender que la educación es un derecho. Esto significa que debemos ser garantes de eso y generar mecanismos de inclusión, pero esto no es un problema de implementación solamente, es un problema general de la Universidad de Santiago (…) académicas/os, funcionarias/os y estudiantes debemos ser inclusivas/os”, destacó.
Con respecto al ciclo y su objetivo, el vicerrector de postgrado dijo que todavía la sociedad chilena está al debe en estas materias, por lo tanto “debemos cambiar nuestra mentalidad, valorando esta diversidad, dejando de lado todos los estereotipos y prejuicios, por lo tanto, nos tenemos que capacitar”.
Agregó que “debemos tener instancias como estas donde conversemos, reflexionemos críticamente, pero también que conozcamos las herramientas que tenemos para superar estas situaciones de discriminación. Es un espacio que queremos generar para reconocer los derechos que tenemos todas/os y para que efectivamente como comunidad de postgrado seamos garantes de esto”, concluyó.
Marco de tratamiento de la discapacidad
Gonzalo Soto, estudiante de la carrera de Derecho, dio cuenta de los modelos que han servido como marco para el tratamiento de la discapacidad. Uno de ellos es el Médico-rehabilitador, el cual alude a ella en términos de “enfermedad” o como “ausencia de salud”. Igualmente, se considera que las personas en situación de discapacidad pueden tener algo que aportar a la comunidad, pero sólo en la medida en que sean rehabilitadas o normalizadas.
“Es un modelo capacitista, es decir si tú no eres capaz de realizar algo estás fuera de este y no sirves; te tienen que curar o rehabilitar (…) Yo hablo desde mi propio puesto y creo no necesitamos una rehabilitación, necesitamos ser reconocidos en esta diferencia; que las políticas públicas estén aptas para recibirnos”, explicó Soto.
Igualmente abordó el modelo social, que se refiere a que no son las limitaciones individuales de las personas en situación de discapacidad las causas del problema, sino las condiciones de la sociedad para prestar los servicios apropiados y garantizar que las necesidades de esas personas estén dentro de la organización social. En segundo lugar, se considera que pueden contribuir a la sociedad en la misma medida que las personas sin discapacidad.
De este último parámetro surgen dos conceptos: la igualdad formal y sustantiva. La primera lucha contra la discriminación directa tratando de manera similar a las personas, sin embargo, no ofrece soluciones a las diferencias, ya que no tiene en cuenta y no acepta los contrastes entre los seres humanos. “A mí me gusta tratar este modelo como una inclusión de “cotillón”, lo que quiere decir que se generan políticas públicas únicamente para decir que somos un país inclusivo y solidario, pero sin serlo”, señaló el estudiante de Derecho.
Mientras que la igualdad sustantiva, complementó, “es el modelo que se debería seguir, ya que aborda la discriminación indirecta y estructural; tiene en cuenta las relaciones de poder, admite que hay un dilema de la diferencia que se basa tanto en las diferencias entre los seres humanos como en reconocerlas con el fin de lograr la igualdad, es decir que habla de inclusión real”, remarcó.
Existen varias normativas internacionales y nacionales sobre los derechos de las personas en situación de discapacidad. Una de ellas es la Convención de los Derechos de las Personas en Situación de Discapacidad, aprobada por la ONU en 2006 y ratificada por el Estado chileno en 2008. Cuando un país ratifica una convención está obligado a modificar o a crear todas las normativas que sean necesarias para responder al mandato suscrito.
En Chile existe la Ley 20.422 que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de las personas con discapacidad y la 21.015 la que incentiva la inclusión de personas en situación de discapacidad al mundo laboral.
Por su parte, nuestra Institución cuenta en el reglamento de pregrado con el artículo 23 BIS, que establece que la máxima autoridad de una Facultad, Programa de Bachillerato o Escuela de Arquitectura “deberá reconocer las necesidades académicas e implementar las medidas de ajuste que solicite una persona en situación de discapacidad, relativas a condiciones de permanencia, avance curricular y/o titulación en la carrera en la que se encuentre matriculada, cualesquiera haya sido la vía de ingreso a la Universidad”
Para tales efectos se “deberán implementar las modificaciones y/o adecuaciones académicas indispensables para garantizar la igualdad de condiciones las/os demás alumnas/os las que se serán establecidas en los respectivos reglamentos complementarios de Facultad, carrera o programa”, señala la normativa.
Historia de exclusión
Sobre cómo ha sido la relación histórica de la sociedad con las personas en situación de discapacidad,la directora del DFII, Mg. Daniela Alburquerque, aseguró que primero se debe aceptar que “se encuentra teñida por una experiencia de exclusión y eso hay que reconocerlo en nuestros propios estigmas y prejuicios, además, de cómo nos vinculamos con el mundo de la discapacidad”.
A juicio de la terapeuta ocupacional, en estas temáticas hay discursos que no están presentes, y son esas ausencias las que generan una idea de normalidad, la cual instala supuestos que se deben cumplir “desde una forma de sentir y pensar el mundo muy cruzado por valores relacionados al capitalismo, al patriarcado y a miradas colonialistas que en el fondo terminan generando una naturalidad en la cual nadie entra. El ejercicio es que todos estamos en un espacio de anormalidad, frente a este mandato y parece que eso puede ser muy bueno. El asunto no tiene que ver con normalizarnos, sino que reconocernos en la diferencia y esa es la invitación que queremos hacer”, recalcó.
A continuación, compartimos las próximas actividades que contempla el ciclo “Participación estudiantil e inclusión”.
-Charla 2: USACH, Discapacidad y Participación Estudiantil (CEDISC): miércoles 16 de junio 2021, 11:30-12:30.
-Taller 1: Redes Sociales y Accesibilidad: jueves 24 de junio 2021, 11:30-12:30.
-Taller 2: Creación de Material Accesible: jueves 01 de julio 2021, 11:30-12:30.
En caso de estar interesada/o/e, puede inscribirse en el siguiente link.
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Con el webinar “Discapacidad y Educación Superior” se iniciaron estas actividades que se desarrollarán hasta los primeros días de julio.El vicerrector de Postgrado, Dr. Cristian Parker, sostuvo que la iniciativa no surgió de forma accidental, sino que es “una apuesta institucional, por lo tanto, es la forma que tenemos de entender que la educación es un derecho”.
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