Hace nueve años que Jacqueline Morey Compagnon trabaja en el Planetario de la Universidad de Santiago de Chile. Un proceso en el que se ha desempeñado en distintas labores. Y ahora último, desde el pasado 19 de enero, como su directora ejecutiva. “La astronomía es parte de nuestra cultura cotidiana. De hecho, es el cuarto producto chileno que llega a la prensa internacional en términos positivos”, plantea con entusiasmo.Apasionada también por la pintura, entre sus desafíos se propone potenciar la relación entre arte y astronomía. “Los astrónomos hablan poéticamente de sus descubrimientos, con un lenguaje muy artístico. Son disciplinas que deben estar unidas si queremos inspirar a los niños. Necesitamos calidad, educación e inspiración”, comenta. “A mi educación, en la época de la dictadura, le faltó inspiración”, agrega.Junto con destacar su especial interés por lo público, comenta que siempre ha buscado aportar a través de instituciones relacionadas con la atención a escolares. “Es parte de mi vocación”, afirma. Incluso advierte que la astronomía debería ser parte del currículo en el primer ciclo de enseñanza básica. “El 2020 Chile concentrará el 70% de las instalaciones mundiales para observar el universo”, advierte.“Hoy los niños y niñas quieren saber qué ocurre con el agujero negro que está en el centro de nuestra galaxia. Tienen una mirada muy distinta y son más espontáneos para preguntarle a los astrónomos”, destaca Jacqueline a propósito de su permanente contacto con ellos. “Como Planetario tenemos una responsabilidad histórica de motivar en los niños el interés para estudiar ciencias”, asevera.El 4 de abril cumplió cincuenta años y hace un par de semanas encabezó la celebración del Día de la Astronomía. En su oficina, ubicada en el primer piso del Planetario, tiene un globo terráqueo con el mundo al revés. “En el universo todo es relativo”, advierte. Del Derecho a la Estética Jacqueline es la segunda entre tres hermanas. Su mamá es profesora y su papá empresario del rubro del lavado automotriz. Creció en Santiago, en la comuna de La Reina, cerca de la Plaza Egaña. Gracias a su colegio conoció el Planetario, como parte de las visitas escolares que se programan entre lunes y viernes. Pero hasta entonces, su interés era otro.“Yo quería ser abogado, pero en tercero medio un profesor nos explicó el caso del Chacal de Nahueltoro, en el que se aplica la ley pero no la justicia, y me desilusioné”, recuerda. Considerando sus intereses y aptitudes, le recomendaron estudiar Historia del Arte. “Me ayudó a entender la historia desde otra perspectiva”, explica.Su primera experiencia universitaria la cursó en la Universidad de Chile, a partir de 1984. Tres años después se enfrentaría a un gran obstáculo. “Ya egresada y mientras preparaba mi examen de título, asumió como rector, en 1987, José Luis Federici, lo que significó que la Facultad estuviera permanentemente intervenida por Carabineros, con la dificultad que eso significaba para poder titularme”. El contexto político incluso la llevó a militar en el PPD.Decidió cambiarse a la Universidad Católica, específicamente a la carrera de Licenciatura en Estética. “Me concentré en conseguir mi título”, reconoce. Dejó de lado su activismo político, a pesar de enfrentarse cotidianamente al gremialismo que encabezaba Jaime Guzmán. “Estando en clases en el Campus Oriente, escuchamos los balazos cuando lo mataron”, rememora. Al servicio de lo público Finalmente Jacqueline se tituló en 1992. En ese tiempo colaboraba en la elaboración de tesis de grado de otros estudiantes. También trabajaba como encargada de la galería de arte Nexos, en la comuna de Las Condes. Entremedio, participó de otros estudios, como el seminario titulado “Gestión estratégica, comunicación y acción”, de la Universidad Abierta de Israel, impartido por el Dr. Humberto Maturana. Ya titulada, comenzó a trabajar en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC).“Accedí a un ámbito universitario, a las grandes preocupaciones, aportando a la cultura con un foco de alcance nacional”, destaca. Y agrega: “Entendí que nunca más trabajaría en el mundo privado y que mi objetivo era aportar al Estado a través de sus universidades o instituciones que representaran una mirada a nivel de país”.Cinco años después, y junto con impartir clases universitarias en el área de historia del diseño, inicia un nuevo proceso en el Museo Interactivo Mirador (MIM), donde trabajó durante nueve años. “Me gusta que mis proyectos logren materializarse y dejen una huella”, plantea respecto de cada uno de los lugares en los que ha podido aportar su experiencia.Algo que también ha cultivado en su propia familia, a propósito de sus 21 años de matrimonio y sus dos hijos. Rodrigo, su esposo, trabaja en el ámbito privado de la publicidad. Clemente (19) cursa una beca deportiva en Estados Unidos, donde estudia marketing. Javiera (17) está en cuarto medio y quiere estudiar psicología. Primeros pasos en el Planetario Se incorporó al Plantel a propósito de la inauguración, a fines de 2008, de una sala de extensión cultural en el mall Plaza Alameda, cercano a la Universidad, que se denominó Espacio Ciencia, Arte y Tecnología. “Me encargué de ese lugar, de instalar su imagen corporativa y generar la agenda programática durante los cuatro años que funcionó”, recuerda Jacqueline. “Convocaba a los artistas y revisaba los proyectos, que permitían instalar, de manera creativa, las problemáticas tecnológicas y artísticas desde una mirada innovadora”, detalla.Entre otras destacadas exposiciones, destaca la muestra fotográfica sobre los 160 años de la Universidad de Santiago. “Nos encontramos con imágenes de Roberto Matta pintando el cuadro 'Vivir enfrentando las flechas', que es parte del Salón de Honor de nuestra Universidad. Realizamos una investigación que nos permitió diagnosticar que pintó el mural en el Museo de Arte Contemporáneo, que se demoró tres meses y que efectivamente desde un principio estaba destinado a la Universidad Técnica del Estado”, explica.Cuatro años después, asumió como subdirectora de Educación del Planetario. Entre sus tareas, destacan la elaboración de talleres, mediar entre los monitores y el público visitante y formular proyectos concursables. Además, entre 2013 y 2015, fue coordinadora del Circuito Cultural Santiago Poniente. “El pasado 18 de marzo lo relanzamos nuevamente. Existe una gran generosidad de los integrantes y todos tenemos un sello de lo que debe ser nuestro aporte a la cultura y la sociedad”, valora Jacqueline. Especial énfasis en los escolares La nueva directora ejecutiva encabeza un equipo integrado por 26 personas que se distribuyen, además de la dirección, en las áreas de operaciones, administración y producción. “Son personas muy comprometidas, que llevan muchos años trabajando en el Planetario y que le tienen un amor incondicional”, destaca.Un equipo al que se suma la estrecha colaboración que existe con académicos y estudiantes del Plantel. “Nos nutrimos mucho de nuestros estudiantes de Física, Química y de las pedagogías, con quienes hemos desarrollado actividades y contenidos en conjunto”, comenta. Por ejemplo, a propósito de la elaboración de guías didácticas sobre los audiovisuales, las que se encuentran disponibles de manera digital al servicio del público, especialmente para los profesores que visitan el Planetario.Precisamente respecto de los escolares, se refiere a la convocatoria a nivel nacional en la que Planetario invita a estudiantes entre octavo básico y cuarto medio a participar en un concurso de guiones, El objetivo es que propongan textos asociados a la astronomía, ciencias o ecología, los que serán adaptados como guiones para un corto audiovisual. “Es un concurso que estamos desarrollando junto a la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio y Conicyt. La premiación será en octubre, durante la Semana de la Ciencia”, plantea. Desafíos y proyecciones Charlas de Astronomía, el primer martes de cada mes, y jornadas de observación nocturna, según el calendario astronómico, son parte de las posibilidades que Planetario ofrece al público, junto a los siete audiovisuales, de los cuales cuatro son de producción propia. “Luego de un proceso de renovación tecnológica, hoy podemos producir nuestros propios audiovisuales, generando un área de negocios, lo que nos permite acceder al mercado internacional, posicionar el desarrollo de la astronomía chilena y vender nuestro material”, explica Jacqueline.En ese sentido, actualmente se encuentran trabajando en un convenio con la Asociación de Planetarios de México y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de ese país. “En mayo firmaremos el convenio de colaboración, con la posibilidad de crear producciones en conjunto y acceder al mercado mexicano con nuestros nuevos audiovisuales”, asegura. En lo inmediato, se trata de un intercambio de material que permitirá al Planetario del Plantel proyectar un trabajo de arqueoastronomía maya.Pero no solo eso. Otro de sus desafíos se relaciona con la sustentabilidad. “Aspiro a que tengamos un Planetario 100% ecológico, que nuestra iluminación se genere con paneles solares y con cero emisión de contaminación lumínica”, anticipa. “Como parte de mi gestión debemos lograr un acercamiento con el mundo privado y apelar a la responsabilidad social empresarial”, concluye.
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Con una trayectoria de nueve años ligada al Planetario, desde el 19 de enero pasado Jacqueline Morey se desempeña como directora ejecutiva de este centro de divulgación astronómica. Egresada de Historia del Arte y Licenciada en Estética, destaca su especial interés por lo público y la búsqueda por aportar su experiencia a través de instituciones relacionadas con la atención a escolares. Al mismo tiempo, advierte que la Astronomía debería ser parte del currículo en el primer ciclo de enseñanza básica, asunto que se ha comenzado a trabajar con el Mineduc.
Redacción