Chile despertó. Quizás esta ha sido la frase que más se ha repetido a un mes del inicio de las movilizaciones que provocaron el acuerdo parlamentario para cambiar la Constitución Política. Un despertar, en el que los medios de comunicación y las redes sociales (rrss) juegan un rol fundamental, para bien o para mal, al encargarse de mantener a la ciudadanía informada.
Verdades, mentiras, omisiones, despidos y renuncias han sido parte de la agitación que ha provocado las manifestaciones en el plano mediático.
Para el Dr. René Jara, director de la Escuela de Periodismo de nuestro Plantel, “bajo el actual escenario comunicacional está en juego la legitimación de los medios comerciales por parte de la ciudadanía y cómo utilizó canales de información alternativos para dar a conocer situaciones, en donde la prensa no podía acceder o no mostraba”.
Jara advierte dos temas importantes. Uno es la deslegitimación importante de lo que sería la institucionalidad mediática, es decir, los medios de comunicación más tradicionales, y en ese espectro fundamentalmente la televisión ha sido puesta en cuestión. Segundo, lo que me parece relevante, es la emergencia de canales de contrainformación en un contexto de protesta”, afirmó el especialista en tecnologías aplicadas al voto.
Para el periodista, esta otra mirada de los hechos antiguamente estaba liderada por las vanguardias políticas, pero en la actual crisis han sido “los ciudadanos los que han captado con sus cámaras y celulares, millones de imágenes de la protesta. Llegan a lugares que los medios tradicionales no pueden arribar, por que no tienen ese nivel de ubicuidad, es decir no están situados en todos lados”.
Con respecto a la veracidad de la información que se entrega a través de estos canales, cree que es complejo chequearla, puesto que “no están sometidos a una gramática de orden, de control, por lo tanto es mucho más difícil verificar la fuente de este formato”, afirmó.
Advierte que a partir del plebiscito comenzarán “a montarse muchas técnicas de propagación. Entre ellas, bots y otras que darán paso a una “guerrilla”, en el sentido de informaciones y contrainformaciones, a propósito del sentido de la Asamblea Constituyente”, sentenció Jara.
Uso responsable de redes sociales
"Hoy un taxista me dijo que vive en Puente Alto en un barrio malo, un vecino que delinque le dijo que les pagaban por incendios y saqueos; ¿quién les paga pregunté?! Los comunistas me dijo, entre 20 a 40 mil pesos. La historia se cuenta sola…".
Este texto fue publicado, de forma idéntica, en distintas cuentas de twitter, provocando que muchos usuarios denunciaran que un bot estaría detrás del escrito. El mecanismo es un argot tecnológico que simula ser una persona en una red social y que es creado con un fin determinado, completamente distinto al normal o habitual de un usuario que busca interactuar o convivir con otros.
Su utilización tomó relevancia mundial con el escándalo de Cambridge Analityca, en donde se descubrió que Facebook cedió información privada de usuarios a esta consultora, en condiciones inciertas; datos que luego utilizó para construir discursos y campañas políticas. En este caso en específico, la candidatura era de Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos.
La Dra. Pamela Figueroa, académica de la Facultad de Humanidades de nuestra Universidad, cree que esta situación y otras donde se ha utilizado este método “es indebido y atenta contra la democracia, porque uno de sus principios es contar con una información transparente, fidedigna y confiable”.
Pese a ello asegura que “las redes sociales con lo bueno y lo malo, son parte de la sociedad actual; entonces hay ir aprendiendo a lidiar con eso, hay que saber utilizarlas de manera democrática y eso significa tener mucho cuidado con la información que se maneja”, afirmó la cientista política.
En esa línea, consideró que la utilización de estas herramientas, en el actual escenario nacional, ha sido positiva y negativa. Lo bueno es que ha podido reunir a gente que no se conocía en las manifestaciones y seguir el minuto a minuto, por ejemplo, la discusión del acuerdo parlamentario para una nueva constitución.
Lo malo- añade- es que han existido discursos de odio, noticias falsas o intentos de manipular a la opinión pública para que tome posición en un tema específico. Por eso sostiene que “lo importante es hablar sobre el buen uso de las redes sociales, educarnos cívicamente con respecto a estas y utilizarlas como medio de información, que es el aspecto positivo que tienen”.
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Discursos de odio, capacidad para aglutinar personas, contrainformación ciudadana, son parte del actuar que ha tenido la industria mediática y las miles de personas que han participado en las manifestaciones que comenzaron el 18 de octubre pasado.
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