En noventa años más se visualiza un aumento en las temperaturas y disminución de precipitaciones en el gran Santiago, hecho que provocará alteraciones en el quehacer cotidiano.
A partir de resultados de un estudio realizado por académicos de la Universidad de Santiago, Usach, se proponen diversas medidas para hacer frente a las consecuencias negativas, algunas de las cuales habría que comenzar a implementar.
Existe consenso a nivel mundial: el cambio climático está ocurriendo y el debate se concentra en la contribución del hombre respecto a este suceso. Frente a este escenario, los académicos de la Facultad Tecnológica de la Usach, Lucio Cañete y Carolina Marchant, plantean utilizar la vía homeostática, que se preocupa de ajustar los actuales sistemas de la actividad humana frente a una situación inminente como el cambio climático, más que en revertir sus causas.
A juicio de Cañete, los primeros efectos notorios en Santiago, se producirán a finales del siglo XXI, es decir, en 90 años más. "Esta investigación, iniciada en diciembre del 2010, nos reveló que la temperatura media del año aumentará, en todos los meses y estaciones, y en forma simultánea disminuirán las precipitaciones; en balances netos, esto generará situaciones negativas", explicó.
Sin embargo, este poco auspicioso escenario se puede enfrentar desde ya adoptando una serie de medidas. "El objetivo de esta investigación es minimizar los impactos negativos y maximizar los positivos. Los efectos en cadena que se generarán serán tan importantes, que Santiago se transformará durante el verano, en una ciudad muy desagradable. Entonces, las prevenciones que se pueden implementar desde ahora son fundamentales, sobre todo en la parte estructural, urbanística y arquitectónica, que son la más difíciles de cambiar", advirtió Cañete.
Recurso hídrico
En la misma línea, añadió que también se deben buscar nuevas formas de racionamiento del agua, ya que este recurso se tornará más escaso, incrementando eventualmente el precio de varios servicios que están asociados al agua como insumo base.
Si las proyecciones a finales de siglo son las correctas, el clima de la capital será similar al de la ciudad de Salamanca. "Es como desplazar imaginariamente Santiago hacia el norte y posicionarlo en un valle del Norte Chico. Sin duda un cambio severo", enfatizó el académico Usach. Por tanto, las repercusiones no serán menores: "afectarán sensiblemente al paisaje y a las actividades humanas, tanto en el medio urbano como en la periferia rural".
La combinación de ambas alteraciones climáticas producirá un déficit hídrico y, consecuentemente, una reducción del potencial hidroenergético. Además, disminuirá la componente nival y glacial de la alimentación del río Mapocho, por cuanto las aguas congeladas permanecerán menos tiempo en la cordillera, derritiéndose antes del pleno verano.
No todo es negativo
Aunque las consecuencias del cambio climático causarán más demanda de energía para refrigerar espacios cerrados, durante el invierno no se requerirá una gran inversión para calefaccionarlos. Asimismo, las incomodidades propias de las bajas temperaturas no afectarán de manera drástica a la población.
"Hay que destacar que si el tiempo mejora durante los meses más fríos, también podrían disminuir molestias propias de esta época del año; ejemplo, el número de contagiados por enfermedades respiratorias", sostuvo el investigador.
El académico de la Universidad de Santiago precisó que el estudio consideró, en esta oportunidad, sólo a Santiago por un tema de tiempo, ya que Chile es un país muy largo y posee una gran variabilidad climática; adelantó, no obstante, que está previsto ampliarlo a otras regiones.
Del mismo modo, Cañete anticipó que existen indicios que en algunas regiones el escenario puede ser bastante positivo, "por ejemplo, en la Región de Magallanes y Antártica Chilena disminuirá el frío, los glaciares se van a retirar un poco y quedará tierra descubierta que puede ser ocupada para otros fines. Si las temperaturas se incrementan en el sur, el cambio podría ser positivo en muchos aspectos, comercial y demográfico, entre otros", aseveró.
Finalmente, agregó que ante la necesidad de abordar el problema y discutir probables soluciones, el Departamento de Tecnologías Industriales de la Universidad de Santiago, ofrece el diplomado: ‘Tecnologías para enfrentar el cambio climático’ y "comprende todas las medidas que se pueden implementar para enfrentar este hecho perentorio", concluyó Lucio Cañete.