Se puede estar o no de acuerdo con sus posturas, pero lo que no se puede discutir es que es un referente al momento de hablar del proceso actual que vive nuestro país. La publicación de su libro “El Ejército de Chile y la soberanía popular” y la coyuntura, fueron parte de la entrevista realizada al Premio Nacional de Historia 2006, Dr. Gabriel Salazar, en los estudios de Radio Usach.
En La hora del Museo, programa producido por el Museo Histórico Nacional y transmitido por nuestra emisora, presentó la publicación que aborda la historia del Ejército de Chile y su relación con la ciudadanía desde la Independencia hasta nuestros días.
Para el autor, el texto coincide con momentos en que se exige la redacción de una nueva Carta Magna, donde “los militares sean un ciudadano más, que por tanto deliberemos juntos (…) sean conscientes que defienden una Constitución que emana del pueblo y no la de la elite o del capital extranjero”, entendiendo que los uniformados responden a un documento normativo político redactada por unos pocos.
En ese sentido cree que a la rama castrense “hay que reeducarla o que ella se auto eduque, en el sentido que deben obedecer al verdadero soberano; a la soberanía ciudadanía expresada en una asamblea libre respecto a cómo se construye una Constitución”, afirmó
Con respecto a la salida de los militares a la calle, tras el decreto de estado de emergencia de octubre pasado, el historiador sostuvo que cada vez que surgen crisis de representatividad política, los Gobiernos han ocupado las herramientas que la ley dispone para restablecer el orden público. Pero “cuando la rebelión ciudadana es muy potente, el orden se reestablece con el Ejército en la calle y ellos en la calle solo saben disparar”, sentenció.
De ahí que la presencia en la vía pública de los hombres a cargo del General de División, Javier Iturriaga del Campo, sea un hecho “insólito e histórico”, puesto que “el Ejército ante una crisis de representatividad -la más grande la historia- no ametralló como en Santa María de Iquique; no masacró, ni torturó sistemáticamente como lo hizo con Pinochet, lo que no resta que existieran apremios ilegítimos en esta intervención”, comentó el Premio Nacional de Historia 2006.
Nueva Constitución Política
Quizás la petición que más ha tomado fuerza en estas tres semanas de protestas y movilizaciones, ha sido la participación ciudadana en la redacción de una nueva Constitución Política. Respecto a este tema el historiador sostuvo en el espacio conducido por el periodista Luis Cruz que la " Carta Fundamental es el orden social que rige una comunidad dada y lo lógico es que la comunidad misma sea la que la dicte”. En tanto, que el principal derecho humano de una comunidad viviente –dijo- es darse un orden social y político que estime conveniente, la soberanía es una voluntad colectiva y para construirla debe haber una deliberación libre al interior de una comunidad", precisó.
Luego añadió que es ese escenario el que “nunca los pueblos que viven en el país han podido realizar, porque cada vez que ha sido necesario dictar una Constitución, de una u otra manera, a través de la fuerza ilegítima se ha impedido y reprimido a la ciudadanía; y solo un grupo pequeño ha dictado la Carta Magna en Chile", señaló Salazar.
Pulsión Juvenil
Para muchos las acciones que detonaron el estallido social (evasiones del metro) fueron parte de un acto adolescente que no tenía orgánica, ni un objetivo político y que no tendría mayores consecuencias. Es el caso del Rector de la Universidad Diego Portales, Dr. Carlos Peña, quien en su columna dominical de El Mercurio aseguró que “las nuevas generaciones están huérfanas de orientación (…), y así carentes de orientación ideológica, quedan presas de sus pulsiones”.
Para el coautor de Historia Contemporánea de Chile lo que interesa en el movimiento adolescente no son las propuestas, sino lo que siente y lo que niega. Por ejemplo: “instintivamente en El Mochilazo del año 2001, sacaron una consigna que es un norte revolucionario que estos caballeros parece que no entienden. “La asamblea manda”. ¿Qué significaba eso? Nosotros mandamos. No el Gobierno, no los partidos políticos, no los intelectuales de moda”, sentenció.
Agregó que “los adolescentes plantearon de golpe y porrazo una revolución en la política chilena (…) Si eso no es norte ¿qué es?”, puntualizó.