El pasado 16 de enero el Ejecutivo envió al Congreso el proyecto de ley que busca crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Una nueva institucionalidad que incluye un Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, ente asesor de la Presidencia y continuador del actual Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), además de un Comité Interministerial y una Agencia de Investigación y Desarrollo. Esta última, en reemplazo de la actual Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt).En ese contexto, la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado, presidida por el senador Guido Girardi, ya ha realizado dos sesiones para conocer la opinión de distintos sectores sobre el contenido del proyecto. En la segunda, desarrollada este lunes, participaron representantes de algunas universidades del país. En el caso de la Universidad de Santiago de Chile, a través del Rector Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid, y del Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Claudio Martínez Fernández. Nula participación de universidades Si bien considera que el proyecto de ley es un aporte a la discusión sobre la nueva institucionalidad, el Rector Zolezzi advirtió durante el encuentro sobre la escasez en cuanto a política científica. “Más bien intenta dar una orgánica que fundamentalmente reordena lo existente, sin realizar todos los cambios necesarios que el país requiere para incorporarse de lleno en la sociedad del conocimiento”, planteó.Asimismo, no dudó en manifestar sus aprensiones sobre el escaso rol de las instituciones de educación superior en el proyecto. “Me preocupa la baja o nula participación de las universidades en el nuevo sistema que se pretende crear. No es lo mismo la participación de académicos e investigadores que pertenecen a universidades, que la participación de las universidades a través de representantes que resguarden los objetivos institucionales que ellas representan”, explicó.En ese sentido, la autoridad analizó la necesidad de discutir sobre estrategias y políticas destinadas a alcanzar una fase superior de organización del sistema científico y tecnológico del país. “Principalmente debiera permitir superar la actual atomización de fondos, programas y consejos, que en distintos ministerios y servicios parecieran no lograr la coordinación política y estructural necesaria para ser eficientes en sus objetivos”, detalló.Esto, a propósito de lo señalado por la OCDE en su estudio sobre Política de Innovación en Chile de 2008. “También por ser un anhelo de la comunidad científica y académica nacional desde hace muchos años”, agregó, con una advertencia final: “Si las universidades no se incluyen en la ley, entonces no tiene valor”. Otros excluidos: Innovación y transferencia Entre los representantes de las instituciones de educación superior que asistieron a la sesión, surgió un consenso en cuanto a que el proyecto adolece de deficiencias que deben ser corregidas. Asimismo, que la iniciativa debe tramitarse como la mayor celeridad posible.En ese contexto, el Vicerrector Martínez aludió a lo que considera una propuesta insuficiente. “El nuevo sistema de ciencia y tecnología que se pretende implementar se justifica principalmente por tratar de mejorar la interacción entre los diferentes actores que aportan a la cadena de valor, reuniéndolos bajo un único ministerio. Sin embargo, el proyecto no incorpora dos piezas claves: las universidades o primer eslabón de la cadena, y la innovación y transferencia, última etapa del sistema”, aseguró.Considerando que no existen referencias a que la nueva estructura implique un incremento de presupuesto para ciencia y tecnología, aspecto clave para pensar en una mejora del sistema en su conjunto, la autoridad universitaria advirtió que “la propuesta no incluye un cambio significativo a lo existente, pues no crea ni elimina servicios. Básicamente reordena lo existente, cambia de nombres pero no de funciones e, incluso, es conservadora en estos cambios, dejando fuera de las modificaciones a la innovación y la educación superior”.Por ello, aseveró que el tema del financiamiento es fundamental. “Desde 2009, el porcentaje del PIB en ciencia y tecnología no ha variado de 0,37%. De hecho, los problemas que hoy presenta Conicyt se deben principalmente a la falta de financiamiento para que su aparato administrativo pueda gestionar adecuadamente el volumen creciente de actividad que posee”, puntualizó el Vicerrector Martínez. Crisis institucional “Debemos vincular el desarrollo científico a los territorios y sus comunidades, para lo cual son muy importantes las universidades y sus comunidades académicas”, aseguró el senador Girardi durante la sesión. Esto, junto con anticipar la participación de nuevos invitados a la instancia, como representantes del ámbito empresarial, de las Fuerzas Armadas y de la sociedad civil.“Aparentemente este proyecto está confinado a una ciencia para el desarrollo económico. Lo que queremos es un desarrollo científico, tecnológico y de innovación para la sociedad. La mayor reforma es que primero cambiemos la manera de pensar”, propuso el parlamentario. Además, la idea de generar discusiones y debates dentro de las comunidades universitarias, considerando que “los programas de gobierno son miradas muy parciales y de corto plazo”.Por su parte, la Dra. María Cecilia Hidalgo, vicepresidenta de la Academia Chilena de Ciencias, resaltó la urgencia que representa para la comunidad científica nacional la creación de esta nueva institucionalidad. “Estamos enfrentando una situación crítica. En primer lugar, por una crisis en la institucionalidad, en gran parte por el exiguo presupuesto que tenemos. Como país no podemos darnos el lujo de dejar fuera del sistema proyectos calificados de muy bueno y excelente”, explicó.En segundo término, la Premio Nacional de Ciencias Naturales 2006 planteó que “estamos cometiendo el grave error de no permitir que aquellos que se forman como científicos en el extranjero se incorporen a nuestro sistema. Estamos exportando talento a los países desarrollados”.En su rol de presidente del Consejo de Conicyt, el Dr. Mario Hamuy agradeció las propuestas de los asistentes y aclaró que se trata de un proyecto bastante general, pues no pretende entrar en detalles, lo que debería trabajarse a nivel de reglamentos. “De manera que se pueda ir modificando sobre la marcha y permita que este nuevo sistema tenga flexibilidad. Estamos dejando espacio para que la institucionalidad ocurra de la manera más amplia posible”, detalló.Además, el también Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015 confirmó que esta iniciativa no incluye una discusión sobre financiamiento y transferencia de recursos. “Es una materia de la Ley de Presupuestos de cada año”, anticipó. “Este proyecto es el punto de partida para crear todo en conjunto, con una estrategia de largo plazo, para dar estabilidad a las políticas de ciencia, tecnología e innovación”, concluyó.Finalmente, tal como adelantó el senador Girardi, los integrantes de la Comisión de Desafíos del Futuro –que además integran los senadores Francisco Chahuán, Carolina Goic, Juan Antonio Coloma y Alfonso De Urresti– tienen programado votar en abril la idea de legislar, con el objetivo de acelerar el proceso de discusión en ambas Cámaras del Congreso.
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La máxima autoridad de nuestra Universidad, participó, junto al Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación del Plantel, Dr. Claudio Martínez Fernández, en la sesión de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado, instancia en la que expuso sus reparos en torno al proyecto. “Me preocupa la nula participación de las universidades en el nuevo sistema de ciencia y tecnología. Si bien el proyecto es un aporte a la discusión, la propuesta es insuficiente, pues no vislumbro una política científica”, plantea la autoridad y añade: “Si las universidades no son consideradas en la ley, entonces, ésta no tiene valor”.
Redacción