El experto en urbanismo de la Escuela de Arquitectura, académico Jonás Figueroa, reitera críticas a la planificación de las ciudades.
El incendio de Valparaíso es una demostración de que no hemos sabido resolver con diseño las relaciones espaciales entre las quebradas urbanas y las quebradas forestales. Un tema surgido desde el mismo nacimiento de la ciudad. Todo lo demás son acumulaciones: inundaciones, incendios, escombros, voluntarismos, asistencialismos, abandonos, intenciones, declaraciones, lamentos y pérdidas. Pero, ninguna política de Estado creativa y razonable sobre el tema.Por el contrario, la recientemente aprobada Política Nacional de Desarrollo Urbano, redactada sin la participación de especialistas en planificación y diseño, presume de olvidos y ausencias fundamentales en los asuntos relacionados con el suelo y sus vulnerabilidades naturales.Las cientos de quebradas forestales que se insertan en nuestras ciudades, sumadas a las quebradas urbanas que se insertan en los cerros, son las expresiones de un desastre pronto a estallar. Hemos suplantado la planificación y el diseño por el riesgo, la temeridad, la fatalidad, la hecatombe, la catástrofe.El problema es que este incendio de abril 2014 no es el término del conflicto, sino un aviso para actuar con inteligencia, estrategia y poética territorial en los temas relacionados con la ciudad y su entorno natural. Ayer fue Chaitén, Constitución y Alto Hospicio, hoy, Valparaíso. Mañana, cualquiera de las cientos de ciudades instaladas en la vulnerabilidad.(*) Jonás Figueroa es Profesor Titular de la Carrera de Arquitectura de la U. de Santiago de Chile.