Liceos administrados por U. de Santiago reciben el sello de excelencia del Mineduc

“Lo que crea nuestra Universidad es la formalidad acerca de cómo se presenta un modelo de gestión para los liceos técnico profesionales, quienes incluso, han formado entre ellos una red para compartir sus experiencias y fortalezas”, explica Jorge Torres Ortega, académico de la Facultad Tecnológica que ha liderado este proyecto hace diez años.

 

Desde el año 2006, la Universidad de Santiago de Chile incorporó a sus tareas la administración delegada de establecimientos escolares. Son cuatro recintos en distintos puntos del país, que en los últimos años han logrado importantes reconocimientos por su calidad académica.
En el caso del Liceo Industrial Presidente Pedro Aguirre Cerda de Rancagua, administrado por el Plantel desde 2006, por cuarto año consecutivo recibirá el sello de excelencia académica que entrega el Ministerio de Educación.
Mismo reconocimiento adjudicado, por primera vez, a los Liceos Industriales de Angol y de Nueva Imperial, desde que se encuentran bajo la administración de esta Casa de Estudios, a partir de 2013.
Respecto al Liceo Comercial Eliodoro Domínguez, administrado desde 2012, cabe destacar que se trata del primero de carácter público y gratuito en el país en recibir la certificación de calidad ISO 9001:2008.
“Competimos en el mismo modelo con colegios particulares y establecimientos científico humanistas, pues el Simce no hace diferencias en los indicadores”, advierte el académico de la Facultad Tecnológica del Plantel Jorge Torres Ortega, administrador de los liceos delegados.
Calidad pedagógica consolidada
El Liceo Industrial Presidente Pedro Aguirre Cerda destaca por presentar sólidos mecanismos de aseguramiento de la calidad en la pedagogía, con sistemas evaluativos y un nivel docente consolidado con fortalezas en la formación técnica.
“En Rancagua existen colegios particulares de buen nivel, como también de formación técnica. En ese contexto, nosotros estamos en la vanguardia, tanto en el ámbito tecnológico como en los resultados académicos, lo que genera una mirada distinta dentro de la comunidad”, detalla Jorge Torres.
De hecho, advierte que fue en 2008 cuando se generó una dinámica con un nuevo modelo educativo y prácticas más rigurosas, en conjunto con el director del Departamento de Educación Dr. Saúl Contreras, como ocurre con la selección y evaluación de los profesores. “Es un modelo que también responde a la empleabilidad de los futuros egresados, en función de las necesidades del mercado laboral”, plantea.
Mismos recursos y mejores resultados
En cuanto al Liceo Industrial de Angol, el académico recuerda que al asumir la administración se encontraron con una corporación que dejó el establecimiento prácticamente abandonado. “La comunidad necesitaba acompañamiento, proyectos, una visión distinta, porque es un colegio emblemático dentro de la comuna”, destaca.
En ese contexto, revela que sus integrantes, al contar con el apoyo y compromiso de la Universidad de Santiago de Chile, ayudaron a que la instalación del proyecto fuera más fácil. “Dada la experiencia que teníamos con Rancagua, los cambios en el trabajo y las formas de sistematizar las metodologías de enseñanza, evaluación y perfeccionamiento fueron más rápidos, lo que nos permitió tener buenos resultados en el corto plazo”, explica el académico.
Por ello no duda en asegura que la gente comprendió que el principal interés son los estudiantes. “Ellos mismos destacan el compromiso de la Universidad, pues con los mismos recursos hemos obtenido excelentes resultados, y por algo muy simple. La organización está dentro del liceo y los recursos se reinvierten ahí mismo”, expresa con satisfacción.
Potenciar la identidad comunal
Nueva Imperial es una comuna de tránsito entre la costa y Temuco, lo que hace que se pierda la identidad con el lugar y los pueblos de los alrededores. “Por eso, lograr instalar un liceo estatal y de excelencia ya significa darle una mirada distinta a la comuna”, afirma Jorge Torres.
“Al principio los profesores estaban un poco incrédulos respecto del modelo. Les propusimos que se preocuparan de realizar la mejor clase posible y que nosotros nos preocuparíamos de todo lo demás”, revela el académico.
Cabe destacar que tanto el Liceo de Nueva Imperial como el de Angol cuentan con un internado de cien estudiantes cada uno. “También ha sido un trabajo muy reconfortante lograr generar cambios positivos en ese contexto, incluso generando acuerdos entre la comunidad, los apoderados y la administración, siempre en beneficio de los estudiantes”.
Modelo educativo y red de conocimiento
El proceso ha considerado la implementación de un modelo educativo, donde cada establecimiento desarrolla su propio proyecto estratégico, además de diversos proyectos operativos. “Lo que construye la Universidad es la formalidad de cómo se presenta un modelo de gestión para los liceos técnico profesionales”, explica Jorge Torres, añadiendo que “durante estos diez años hemos formado una red con los establecimiento y de conocimientos entre los cuatro colegios, donde cada uno comparte sus experiencias y fortalezas entre ellos”.
Asimismo, destaca un hecho de gran relevancia. “Nuestros directores, junto con ser buenos profesionales en la gestión, también hacen clases, lo que les permite validarse ante toda la comunidad escolar”, asegura, anticipando que el gran objetivo es que el 2019 los cuatro establecimientos tengan instalado el modelo educativo con sus diez proyectos operativos funcionando. “Son detalles que marcan la diferencia”, concluye.