Investigadora de la U. de Santiago de Chile se refirió a las expectativas sobre la primera reunión 2+2 tras el resultado de la Corte de La Haya, y agregó que en el tema de la demanda que planea Bolivia contra Chile, “Perú podría abrir un espacio de conversación”.
“Posiblemente Bolivia extreme aún más su posición respecto del juicio de La Haya, para ver si se abre una ventana de oportunidad que conlleve a una decisión mucho más política entre los tres países”.
La especialista en seguridad pública y académica de la Universidad de Santiago de Chile, Lucía Dammert, se refirió a la V Reunión del Comité Permanente de Consulta y Coordinación Política (2+2), protagonizada por los cancilleres de Chile y Perú, Alfredo Moreno y Eda Rivas, respectivamente, con miras a implementar el fallo entregado por la Corte de La Haya sobre la delimitación marítima entre ambos países.La investigadora peruana calificó como “una muy buena iniciativa” la reunión entre los cancilleres, ya que durante muchos años, según explicó, los encuentros para resolver problemas entre ambos países fueron terreno casi exclusivo de las fuerzas militares y la Defensa. Pero desde que se asumió que se debía entrar en el terreno de las relaciones internacionales, se sumaron los cancilleres, lo que “permite avanzar no sólo desde el aspecto de la Defensa, sino también en el ámbito político; y en este sentido, lo que vamos a ver (ahora) es la definición de una agenda o cronograma de los equipos de trabajo”.Lucía Dammert agregó que “no me sorprendería nada que, además aparecieran otros temas, que no están únicamente vinculados con el fallo. Pero, en esta primera reunión en Santiago, esperaría la conformación de comisiones que viabilicen el proceso de la demarcación y los otros puntos que han quedado pendientes”.Nuevos límitesLa académica reconoce que este fallo marcó el modo en que se dirimen los temas fronterizos, al tiempo que subrayó que tiene la “impresión de que la mitad de los juicios que hay en la Corte son de América Latina, lo que demuestra que estamos teniendo muy pocas capacidades para resolver los dilemas entre nosotros”.Por otra parte estima que a pesar de algunos comentarios posteriores al resultado, “no se ha puesto en duda la calidad de la Corte, ni del resultado, pero sí veo que muchos países de la Región, están mirando con detención la actuación de La Haya”.Para la cientista política resulta interesante el hecho que hasta hace al menos cuatro años, se había asentado en América Latina la percepción de que las hipótesis de conflictos entre países eran mínimas y que los temas limítrofes pendientes eran casi inexistentes. “Sin embargo, en la Corte se empiezan a presentar cada vez más situaciones que llevarían a que los países empiecen a definir mejor sus límites”, señaló.El otro vecino“Bolivia está jugando las cartas que tiene que jugar. Es esperable que haga lo que está haciendo ahora que está resuelto el tema entre Chile y Perú”, indicó la académica de la Universidad de Santiago en relación a las declaraciones que ha efectuado el presidente de ese país, Evo Morales, reiterando la intención de demandar a Chile en esa misma Corte con el objetivo de conseguir una salida al mar.“Posiblemente Bolivia extreme aún más su posición respecto del juicio de La Haya, para ver si se abre una ventana de oportunidad que conlleve a una decisión mucho más política entre los tres países. Si eso pasara, probablemente el Gobierno boliviano miraría con buenos ojos intentar avanzar por otro lado”, agregó Lucía Dammert, y explicó que “lo más probable es que la conversación entre por el lado Chile-Perú, de manera que Perú podría abrir un espacio de conversación con Bolivia”.La investigadora cree que otro escenario es esperar a ver si Bolivia presenta la demanda y si la Corte la acepta: “No todo termina en juicio y no sé si Bolivia tiene los medios, las capacidades y el interés para sostener un juicio como el que terminó teniendo Chile con Perú, que duró seis años”.Finalmente, sobre la visita del ex candidato Marco Enríquez Ominami a Bolivia, Dammert opinó que “a mí me gustaría que propusiera mecanismos para avanzar con los países vecinos. Lo demás dependerá del rol del próximo canciller y del gobierno que ingresa a La Moneda el 11 de marzo”.