Tras dos años de ejecución, se realizó el cierre del proyecto "Desarrollo de nano-biofertilizantes en base a cultivos de cianobacterias autóctonas fijadoras de nitrógeno", que fue liderado por la Dra. Claudia Ortiz Calderón, investigadora del Departamento de Biología y Directora responsable del Laboratorio de Bioquímica Vegetal y Fitorremediación, ambos en la Facultad de Química y Biología.La iniciativa fue financiada por Fondef-ANID y recibió la colaboración de las empresas Ayslab, laboratorio de análisis agropecuario de vasta trayectoria en este ámbito, y de Xilema, dedicada a la comercialización de productos para el control biológico comercial en la agricultura en Chile.A nivel interno, recibió el apoyo de la Facultad de Química y Biología, como también de la Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Creación (Vriic), a través de su Dirección de Gestión Tecnológica (DGT).El encuentro inició con un saludo a cargo del Dr. Alexis Aspée Lamas, vicedecano de Investigación y Postgrado de la Facultad de Química y Biología, quien destacó la importancia del proyecto para la sociedad. Luego, Mónica Santelices Arufe, gerenta técnica y de desarrollo de Ayslab, resaltó el trabajo conjunto que se logró con la Usach.Impactos ambientales y económicos del productoTras las presentaciones, la Dra. Claudia Ortiz abordó los aspectos y resultados más relevantes que tuvo el proyecto, cuyo foco fue desarrollar un nanobiofertilizante elaborado, a partir de concentrados de sobrenadantes de cultivos de cianobacterias fotosintéticas, fijadoras de nitrógeno y productoras de sustancias poliméricas extracelulares (EPS) aisladas desde suelos del norte de Chile, combinados con matrices mesoporosos de sílice de tamaño nanométrico.La investigadora subrayó que la propuesta surgió como respuesta frente a la necesidad actual de producir grandes cantidades de cultivos, mientras que en paralelo, van disminuyendo rápidamente las tierras agrícolas fértiles. Enfatizó, que entre las soluciones más comunes que buscan contrarrestar este problema, está la utilización de fertilizantes, “lo cual genera más degradación del suelo, más contaminación de recursos hídricos y más costos asociados”. Como consecuencia de lo anterior, los productores agrícolas están recurriendo al uso de los nanofertilizantes, los cuales poseen diversos beneficios como “usar aplicaciones en volúmenes bajos de concentración; bajas cantidades son eficaces y son desarrollados con nanotecnología”, enfatizó la Dra. Claudia Ortiz. Por lo mismo, se han convertido en una alternativa eficiente para mejorar la fertilidad del suelo, la productividad y la calidad de los cultivos.En relación a los resultados, la investigadora comentó que se consiguió obtener un producto con concentraciones de nitrógeno y una tasa de liberación conocidas, el cual fue probado a nivel de laboratorio. La solución fue aplicada en forma líquida a una concentración de 500 ppm, logrando estimular hasta un 25% el crecimiento del tallo en tomate y el tallo de inflorescencia en trigo, respecto a urea como fuente de nitrógeno, donde ambos estuvieron bajo déficit hídrico.Entre otros temas que abordó la académica, también se refirió a los impactos positivos ambientales y económicos del producto, que se reflejan en un menor uso de los fertilizantes tradicionales así como en mejoras en los costos de producción para usuarias y usuarios, en la eficiencia del agua gracias a la estimulación en el desarrollo de las raíces y en la respuesta de las plantas frente al déficit hídrico, entre otros más.Asimismo, como parte de los resultados de esta investigación se busca proteger su propiedad intelectual, por lo cual ya se presentó la solicitud de patente de invención “Procedimiento para obtener una composición nanobiofertilizante; composición nanobiofertilizante y su uso".Más información sobre el Laboratorio de Bioquímica Vegetal y Fitorremediación aquí:
Más en Usach al Día
El producto forma parte de los resultados del proyecto de investigación “Desarrollo de nanobiofertilizantes en base a cultivos de cianobacterias autóctonas fijadoras de nitrógeno", cuya ejecución fue apoyada por las empresas Ayslab y Xilema, la Facultad de Química y Biología, y la DGT.
Redacción
Fotografía
Categoría