Mejorar la coordinación de los procesos de formación de profesores/as en las diferentes carreras de pedagogía del Plantel, es el objetivo central de la Unidad de Formación Docente (UFD), creada al alero de la Facultad de Humanidades e inaugurada recientemente en una sesión que contó con la exposición de la Dra. Carmen Sotomayor, referente clave en políticas nacionales sobre formación inicial y continua de profesores.
“Contar con esta nueva Unidad de Formación Docente, es un acto de justicia”. Así explicó el decano Marcelo Mella, el inicio de las actividades de la nueva Unidad de Formación Docente (UFD), de la Facultad de Humanidades (FAHU), en una ceremonia realizada el pasado miércoles 12, en el Auditorio del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación.“Aunque como Universidad tenemos una larga tradición de formación de profesores, nos ha costado alcanzar un cierto nivel de articulación institucional que permita responder al gran desafío que nos impone la sociedad actual, de que los educadores que egresan de nuestro Plantel sean verdaderos actores sociales”, sostuvo la autoridad.La Unidad, que funcionará bajo el alero del Vicedecanato de Docencia de la Facultad y estará bajo la coordinación del académico Saúl Contreras, tiene por objetivo mejorar la coherencia y relación de los procesos de formación de profesores y profesoras en las diferentes carreras de pedagogía que se imparten en la Universidad.En esa perspectiva, el decano Mella, enfatizó que la FAHU, al estar inserta en una Universidad estatal y pública, está obligada a instalar una discusión con las otras unidades que imparten carreras de Pedagogía en nuestra Casa de Estudios, para evitar una fragmentación en materia de formación de profesores. Así -señaló-, se respondería mejor al establecimiento de un sello institucional, como también al mejoramiento del diseño del currículo y del funcionamiento de los créditos transferibles, entre otros aspectos claves.Sello de responsabilidad socialEntrega de asesoramiento, avanzar en aseguramiento de la calidad y, sobre todo, lograr la formación de profesionales con sello U. de Santiago, “que se puedan distinguir con respecto a los de otras instituciones”, son algunos de los ejes principales en los que se trabajará en la UFD, según adelantó su coordinador, el académico del Dpto. de Educación, Dr. Saúl Contreras, para quien es imperativo “contar con docentes con fuerte responsabilidad social, comprometidos, capaces de trabajar en contextos de diversidad o con altos índices de vulnerabilidad”.El profesor Contreras subrayó que la UFD se posiciona “como una Unidad útil, colaboradora. No se trata de barrer con el trabajo existente, porque tenemos bastante experiencia y trayectoria, pero nos hacía falta en la Facultad un centro para hacer converger propuestas, modelos, iniciativas”.Tensiones en el aulaLa conferencia inaugural del lanzamiento de la UFD, estuvo a cargo de la experta en educación de alumnos vulnerables, y referente clave en políticas nacionales sobre formación inicial y continua de profesores, Dra. Carmen Sotomayor, experta del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile. La académica compartió antecedentes de la profesión docente en Chile, como el crecimiento acelerado de la matrícula de pedagogía en el país, aumento que se relaciona en forma directa con la proliferación de universidades privadas, muchas sin criterios de selección de estudiantes. “No se ha resguardado la calidad en el ingreso, por tanto tenemos un problema nacional, porque se trata de una profesión delicada, difícil y relevante para el país”, advirtió Sotomayor.Otro punto que abordó en su ponencia “Desafíos actuales de la formación inicial docente”, es la alta motivación que presentan quienes se convierten en profesores, lo que contrasta con el abandono de la profesión, que alcanza a un 20 por ciento el primer año de ejercicio y a un 40 por ciento, al quinto año, especialmente si el trabajo se desarrolla en establecimientos municipales. Los factores que incidirían son las precarias condiciones laborales, económicas y la composición del alumnado.La también doctora en Pedagogía de la Lengua Materna por la Universidad Católica de Lovaina, hizo referencia a estudios de casos que indican que los profesores definen su identidad laboral por el impacto que provocan en la formación integral de sus alumnos. “Los docentes entienden que los chicos tienen que aprender las materias de los currículum escolares, pero sienten que además deben formarlos para la vida y están muy tensionados por eso, porque perciben que solo el primer ámbito es reconocido, presionándoseles por obtener buenos resultado en el Simce u otras mediciones”, comentó Carmen Sotomayor.