Plan de Retorno contempla aumentar acceso presencial para la investigación aplicada

El proyecto busca integrar a más investigadoras e investigadores además de quienes ya se encuentran trabajando en los laboratorios habilitados a la fecha, “ya vamos en 132 (laboratorios) y sumando gradual y constantemente a más equipos al trabajo presencial, por lo que, al día de hoy, se han abarcado la mayoría de las líneas de investigación”, señala la vicerrectora de Investigación, Desarrollo e Innovación, María José Galotto.

El Comité Campus seguro se encuentra trabajando en la ampliación del acceso presencial para más personas y, considerando que el trabajo científico tecnológico es una de las áreas que más se afectó con las restricciones de la pandemia, se busca apoyar el retorno de más investigadoras e investigadores al campus de manera presencial a algunas de las actividades que no se habían incorporado en las aperturas anteriores.
“Esperamos proveer a la comunidad de investigadores e investigadoras, las garantías necesarias para que puedan desarrollar sus trabajos de investigación, desarrollo, innovación y transferencia tecnológica de la forma más segura posible, en el contexto de pandemia. Para ello se han actualizado los protocolos de acuerdos a los lineamientos que entregan las autoridades sanitarias en el Plan Paso a Paso”, señala la vicerrectora de Investigación, Desarrollo e Innovación, María José Galotto.
Junto con estas medidas, se trabaja en los protocolos para ampliar los accesos y potenciar los trabajos de investigación, por ejemplo, con pasantías de investigadores de instituciones colaboradoras, sostiene la Dra. Galotto agregando que se espera continuar ampliando el acceso laboratorios, “ya vamos en 132 y sumando gradual y constantemente a más equipos al trabajo presencial, por lo que, al día de hoy, se han abarcado la mayoría de las líneas de investigación”. 
La Dra. Galotto agrega que las personas de la Vridei junto con el Comité Campus Seguro se encuentran trabajando constantemente “para entregar las condiciones necesarias a quienes que se sientan en confianza para desarrollar sus actividades”.
Aprendizajes para el nuevo trabajo
Desde que comenzó la labor del Comité Campus Seguro en agosto del año pasado, se consideró clave buscar soluciones para las investigadoras e investigadores con proyectos comprometidos. Así, en octubre 2020 se habilitó un primer plan piloto para analizar protocolos específicos y se adoptaron metodologías para una nueva forma de trabajar y de vivir.
La decana de la Facultad de Química y Biología, Dra. Leonora Mendoza forma parte del Comité y recuerda que el plan piloto permitió probar los protocolos y preparar nuevas rutinas para investigadoras/es. “El comportamiento de la Facultad de Química y Biología se fue adaptando a una nueva forma de vida, evitando aglomeraciones, transitando rápidamente por el interior del edificio, con un sistema de limpieza exhaustivo en todos los espacios comunes y, sobre todo, con un respeto absoluto a las nuevas normas de seguridad”, sostiene. Así, se cuidaron los aforos y se acomodaron turnos para evitar una paralización durante las nuevas restricciones a la Región Metropolitana en el primer semestre 2021.
“Creo que esta capacidad que tenemos de adaptación viene de nuestra formación científica, que nos ha permitido comprender realmente lo que significa la enfermedad y no basarse en informaciones que provienen de las redes sociales o de personas que no están preparadas para una correcta comunicación científica. Eso ha sido clave para saber cómo comportarnos y cómo convivir con este virus en una época distinta a la que estábamos acostumbrados”, acota la Dra. Mendoza.
Y estas nuevas rutinas han dado buenos resultados. “Hoy estamos incorporando clases presenciales para laboratorios específicos experimentales, dado que nuestras carreras tienen un porcentaje altísimo de formación en la parte experimental”, un ejemplo de eso es que esta semana integraron actividades para la carrera Técnico en Análisis Químico y Físico, con estudiantes que pronto deberán hacer su práctica profesional en empresas y que requieren en forma urgente e intensiva formarse en actividades experimentales.
“Estamos orgullosos, hemos contado con el apoyo de profesoras/es, directoras/es de los Departamentos, del vicedecanato de Docencia, de profesionales, funcionarias y funcionarios para que esto efectivamente resulte, y creemos que podemos ser un pilotaje modelo, para que la Universidad rápidamente en esta nueva forma de vida que tenemos, retorne a su trabajo habitual”, afirma.
Estrictas medidas de seguridad para el bien común
En octubre de 2020 comenzó el plan de Pilotaje de Campus Seguro con cinco laboratorios a los cuales se podía ingresar. Actualmente son 132 a los que está permitido acceder de manera presencial. Académicos/as, postdoctorantes, estudiantes de Doctorado y Magíster, ayudantes de investigación, profesionales y técnicos de Laboratorio, pueden ingresar manteniendo las estrictas normas del protocolo sanitario institucional, mientras que para las visitas de investigadoras/es externas/os en estos momentos se está trabajando en nuevas formalidades para que puedan acceder a las dependencias de la Universidad.
El Centro de Investigaciones Biomédicas y Aplicadas (CIBAP) de la Escuela de Medicina, comenzó su etapa de pilotaje en noviembre de 2020. Si bien las restricciones no les permitían contar con el equipo completo, el número de personas autorizadas podían continuar con las labores críticas, como, por ejemplo, el mantenimiento de las Drosophila melanogaster (mosca de la fruta), “que no son como los otros animales, que se pueden congelar o reproducir. Si no se hacía perdíamos una colonia completa. Entonces no podíamos parar”, explica su directora Dra. Lorena Sulz.
En estos momentos el recinto se encuentra realizando investigación en cuatro de sus áreas y las/os investigadoras/es que no han podido retornar a la presencialidad, “se han dedicado a escribir, por lo que esperamos una gran cantidad de artículos cuando regresen”, señala.
Sobre las estrictas normas sanitarias, la académica de la Escuela de Medicina destaca la trazabilidad, la toma de PCR quincenal, entre otras acciones. Estas medidas fueron reforzadas por reglas internas del CIBAP, porque “tenemos compañeras/os que viven con personas con factores de riesgo, entonces era súper importante para nosotros no tener focos de infección. Hemos sido bastante cuidadosos. Hicimos un protocolo interno de buenas prácticas y de aforo. Tenemos un calendario que tratamos de mantener en regla”, remarca.
Mientras que el laboratorio Simet-Usach (NCh ISO-17025) LE.1188, del Departamento de Ingeniería Metalúrgica, no paró su actividad, por un tiempo importante, durante el cierre total del Campus, debido a que el Minsal lo decretó como recinto esencial, ya que provee servicios al sector de construcción (a través del Minvu) y minero, rubros considerados de primera necesidad. 
Sin embargo, su director, el Dr. Alfredo Artigas, comenta que antes del protocolo interno del Plantel se regían por las directrices que entregaba el gobierno. Tomas de PCR, que las personas que viajaban en automóvil lo hicieran en sus vehículos propios, distanciamiento físico, etc., pero el reglamento institucional ordenó y entregó calma a las/os trabajadores del laboratorio.
“A nosotros nos parece súper bien que se implementara. Las personas estaban asustadas, pero cuando hay algo más estructurado la gente está mucho más tranquila. Por ejemplo, creo que fue clave la decisión de tomar el PCR. También decretar los aforos permitidos, independiente que no tengamos problemas en ese aspecto, nos entregaron el número de personas que podían estar en las áreas, porque siempre teníamos la inquietud de cuántos pueden estar en un lugar. Creo que el protocolo estipuló reglas claras para todos”, concluye.

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