Este miércoles 1 de enero entró en vigencia la nueva Ley de Pagos de Sobregiros; una iniciativa que permite a los clientes el pago o abono automático de sus líneas de créditos con el saldo disponible en sus cuentas corrientes, si así lo autorizan.
Esta norma legal busca evitar el aumento excesivo de las deudas bancarias, sin embargo, para el académico de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago, Dr. Germán Pinto Perry, se trata de una contribución menor a la reducción de la deuda de los usuarios bancarios.
“Es un imperativo legal un tanto cándido e ilusorio al pensar que esto ayudará significativamente a disminuir los niveles de deudas de las personas, pues la línea de crédito es una de muchas deudas que tenemos hoy en día”, señaló el experto en Derecho Tributario.
Pinto llamó a no olvidar que la línea de crédito es un préstamo asociado a la cuenta corriente que ofrecen los bancos “y se activa cuando hay giros desde la cuenta corriente que no tienen los fondos suficientes para cubrirlos, o por giros directos que hace el comitente de esa línea de créditos. Es una forma fácil y rápida de conseguir dinero en caso de necesidad”.
El académico de la FAE, añadió que “tal vez sea por lo fácil de obtener y lo fácil de pagar, que se nos olvida y no pagamos, aunque tengamos liquidez en la cuenta corriente. Es por ello que el legislador, tal vez desde un punto de vista paternalista, nos obliga por ley a pagar cada vez que tengamos dinero en la cuenta corriente y hayamos girado fondos de ese crédito asociado”.
No obstante, el doctor Pinto sostuvo que es “ilusorio pensar que esta norma ayude, significativamente, a disminuir los niveles de deuda que se evidencian hoy en día en nuestro país, porque el mayor número de deudas viene de las tarjetas de crédito y de las formas de financiamiento del retail, como son las tarjetas de créditos de los supermercados y casas comerciales, las cuales no siempre están vinculadas a una cuenta corriente. Es por ello que esta ley es una herramienta muy limitada para bajar el nivel de deuda”, afirmó.
En tanto, el también académico de la FAE y experto en finanzas corporativas y análisis financiero, Dr. Christian Espinosa, coincidió que el impacto de la medida, para las personas, será muy bajo.
“No lo veo como una medida eficiente para reducir el nivel de endeudamiento de todas las personas. Yo creo que la bancarización que se ha impulsado durante la última década en términos de incorporar a personas con mayor riesgo, está teniendo sus efectos en el alto endeudamiento que se está observando hoy en día”, opinó.
El académico de la Usach explicó que quienes usan las líneas de crédito, “deben acreditar cierto nivel de renta, por lo tanto, es un segmento no tan riesgoso comparado, por ejemplo, a una dueña de casa que no va a tener una cuenta corriente, pero puede tener perfectamente una tarjeta de alguna casa comercial. Por lo tanto, si la intención es reducir el nivel de endeudamiento, en mi opinión se debiera apuntar a controlar los límites de endeudamiento de las personas más con mayor probabilidad de caer en incumplimiento de pago”, sostuvo.
Para esto último, el Dr. Espinosa propuso adoptar disposiciones tales como restringir el número de créditos, el número de instrumentos y la capacidad de endeudamiento de los sectores con mayor riesgo de no pago.
“Por lo tanto esta medida, en mi opinión, no va a tener ningún efecto más allá de regularizar las propias cuentas de los bancos”, concluyó el académico, en referencia a la nueva Ley de Pagos de Sobregiros.