Diplomado en Políticas Indígenas, que imparte el Instituto desde hace un mes, reúne a 36 representantes de los 9 pueblos originarios de nuestro país, quienes esperan transmitir conocimientos y contribuir al desarrollo de sus comunidades.
La tercera versión del Diplomado en Políticas Públicas Indígenas que imparte el Instituto de Estudios Avanzados de la U. de Santiago, se diseñó pensando en que quienes lo cursen, puedan colaborar activamente con sus comunidades, por eso, entre las postulaciones fue requisito contar con un título profesional y la edad no estuvo limitada (como en la versión de 2011).Los 35 cupos se completaron rápidamente y el diplomado que ya cumple cerca de un mes de clases, proyecta extenderse hasta enero de 2014.Para Jacqueline Ávila Vilca, perteneciente al pueblo licán-antai, ubicado en la Región de Antofagasta, es importante esta fecha porque a fines de enero debe regresar a San Pedro de Atacama para “florear” a sus animales y “dar las gracias a la madre tierra por alimentarlos”. Luego, vienen más fiestas que no se quiere perder: Candelaria y Carnaval.Llegó en marzo a Santiago y postuló al diplomado para aprovechar la oportunidad de estudiar las políticas públicas que puedan favorecer a su pueblo. “Las cosas no se dan por casualidad y gracias a la Pacha Mama, quedé”, relata.Desde la capital, está en permanente contacto con los concejales de San Pedro de Atacama y ellos están muy contentos de que participe en el diplomado, “porque la idea es que lo transmita a las comunidades y entre todos nos reeduquemos en estas materias”.A Jacqueline le interesa tratar los temas de protección de recursos hídricos ante las necesidades industriales de las mineras en la zona. Pero en lo particular, Jacqueline también está participando en la creación, al amparo de la Conadi, de un Consejo Nacional de Mujeres de Pueblos Originarios, para fomentar las capacitaciones y disminuir la discriminación de género en las ciudades.El profesor de Historia, Matías Huincahue Torres, es de origen mapuche. Trabaja de manera itinerante apoyando a las comunidades de pueblos originarios que existen entre Santiago y la Región de Valparaíso, por eso consideró el diplomado como una muy buena instancia para poder profundizar sus conocimientos. “A nivel académico, me intereso en la perspectiva indígena de la historia”, dice.Gracias a sus avances en este programa, tiene proyectado para el 2014, junto con las Universidades de Playa Ancha y Católica de Valparaíso, discutir y reflexionar sobre la educación intercultural bilingüe, como también profundizar en el marco jurídico actual de modo de facilitar la realización de sus proyectos. El director del diplomado, Cristian Parker, asegura que la forma de abordar y discutir el tema indígena en la sociedad chilena le compete a la Universidad, “por sus valores y misión”. Por eso, cuando la Conadi abrió la licitación para realizar la tercera versión del diplomado, la U. de Santiago se lo adjudicó nuevamente, al igual que la primera vez. Parker sostiene que el diplomado “dice relación con el desafío que tiene Chile de generar políticas de inclusión y participación de las minorías indígenas en toda la sociedad, y superar situaciones de marginación y exclusión”.Parte de ese desafío es generar “un segmento de líderes que construya con políticas públicas, desde las propias organizaciones y unidades. Y generar una capacidad de interlocución entre el Estado y las asociaciones indígenas”.La coordinadora académica del Diplomado, Verónica Wartemberg, agrega que las herramientas entregadas tienen diversos fines para los participantes, “ellos tienen diferentes motivaciones. Casi todos, en el fondo, dicen que lo importante es poder entregar lo que aprenden, a sus comunidades”.El coordinador general del programa, Alberto Moreno, asegura que quienes participan están en contacto permanente y directo con el mundo público a través de las oficinas de asuntos indígenas de los municipios, o trabajan en el área de la salud con población mayor y jóvenes. “Entonces, la idea es replicar estos conocimientos, fortaleciendo el tema de la interculturalidad y el respeto a la diversidad de los diferentes pueblos originarios”, concluye.