El investigador del IDEA, Dr. Pablo Lacoste, afirma que en lugar de escalar en declaraciones cruzadas, la situación propicia una oportunidad “positiva” para que la cancillería nacional dé a conocer las condiciones ventajosas en que se efectúa el tránsito de carga del vecino país, en alusión a beneficios tarifarios, entre otros. “Con la actitud hostil que desarrolla Bolivia, lo único que logra es perpetuar su enclaustramiento”, sostiene.
Esta semana arribó el canciller boliviano David Choquehuanca a nuestro país para fiscalizar en dos puertos el cumplimiento del libre tránsito para la carga de Bolivia, según establece el Tratado de 1904. El arribo ha generado declaraciones cruzadas entre autoridades de ambos países, a raíz de los protocolos que se consideraron para llevar adelante la visita, y acusaciones de incumplimiento del documento.Para el analista internacional de la Universidad de Santiago, Pablo Lacoste, esta visita configura “una situación extremadamente positiva para mejorar las relaciones entre Chile y Bolivia”. El académico llama a transparentar beneficios a los que se acoge el transporte de carga del vecino país, como el libre tránsito, beneficios tarifarios y amplios plazos para almacenar gratis su carga en Chile.“Esta visita de Choquehuanca es una gran oportunidad que el canciller debe aprovechar”, asegura.“Si el Gobierno de Chile transparenta esta situación y garantiza que se están cumpliendo las leyes rigurosamente, llegaremos a una situación de gran paz y tranquilidad”, sostiene.El académico argentino indica que “el Gobierno debe explicar cómo son las leyes de Chile, cómo se aseguran los derechos que el país le garantizó a Bolivia, y cómo cualquier chileno y boliviano en igualdad de condiciones tiene derecho a usar esa infraestructura de acuerdo a las leyes chilenas que rigen para todos los ciudadanos del mundo que quieran comerciar por esos puertos”.El especialista propone que, en el marco del Tratado de 1904, en vez de garantizar privilegios al transporte de carga boliviano, se homologuen sus derechos a los de cualquier ciudadano nacional. “Lo mismo que la ley exige a un ciudadano chileno, que se la exija a un ciudadano boliviano”, grafica.“El tratado dice que hay que facilitarle el acceso a los puertos, pero esto podría hacerse como si fueran cualquier ciudadano chileno más”, explica. Agrega que “si se propone el respeto de igualdad de derecho de ciudadanos bolivianos y ciudadanos chilenos para el uso de los puertos del Pacífico, en 24 horas se acabó el problema”.“Esto es increíble. La cancillería chilena le ha tenido una enorme paciencia a su par boliviana; le han dado una enorme cantidad de privilegios, ventajas y soluciones; han tenido toda la paciencia de seguir facilitándole las cosas y, a pesar de todo esto, va Choquehuanca a hacer un escándalo al norte. Es insólito, Chile convive con estas situaciones que después se van en su propia contra”, afirma.El especialista sostiene que la actitud de Bolivia con Chile no redundará jamás en un acuerdo para ceder soberanía. “No hay ningún país en el mundo que vaya a tener atribuciones, capacidad o interés en hacer un acto de fuerza para despojar a Chile de su territorio. Eso únicamente puede ocurrir de buena voluntad, como resultado de un largo proceso de construcción de confianza”, señaló.“Con la actitud hostil que desarrolla la estrategia de Bolivia, de usar a Chile para su política interna con acciones agresivas, lo único que logra es perpetuar su enclaustramiento”, sostiene el académico.“Cada vez que Evo Morales realiza estas acciones agresivas contra Chile, pone otro ladrillo en la pared de su propio aislamiento, lo que va en contra de cualquier solución. No habrá mar para Bolivia hasta que no cambie drásticamente su visión y estrategia, y no se construya un ambiente de gran confianza que se consolide en el tiempo entre los pueblos de Bolivia y Chile”, concluye.