El académico de la Escuela de Periodismo, Rodrigo Osorio, sostiene que las declaraciones del ex Presidente, en las que aludió a que se vive la peor crisis política e institucional que ha tenido Chile en los últimos años, no son de extrañarse. “Que haya este ‘fuego amigo’ no es algo nuevo en Gobiernos debilitados. Pensemos en la aprobación presidencial que tiene Bachelet hace meses: está por los suelos”, indica.
“Esta es la peor crisis política e institucional que ha tenido Chile”. “Yo no sé si el país aguanta año y medio con esta crisis”. Esas fueron algunas de las frases del ex Presidente Ricardo Lagos que generaron intensas repercusiones. No obstante, ¿cuál es la intención del ex Mandatario y hacia dónde apunta con estas declaraciones?Para el cientista político de la Universidad de Santiago, Rodrigo Osorio, no hay dobles lecturas. “Las palabras de Lagos tienen una intención política, pero asociada a su candidatura presidencial. Lo que está haciendo es campaña y lo que quiere decir es que este Gobierno ya terminó, que hay gente mucho mejor capacitada en la Nueva Mayoría para gobernar y que, en este caso, sería él”, sostiene.El académico de la Escuela de Periodismo del plantel estatal complementa su diagnóstico, señalando que “la intención del ex Presidente es enfatizar en que este Gobierno ya está debilitado, viene estándolo desde hace bastante tiempo, que se necesita un nuevo liderazgo para sacar al país adelante y que ese liderazgo tiene que recaer sobre él”.“Por cierto que es un discurso alarmista”, continúa, “pero hay que mirarlo en un contexto de campaña. El discurso de Lagos es ‘si no soy el próximo Presidente, va a producirse una crisis mucho más importante de la que ya existe hoy’”.Para el experto, la imagen tras la entrevista en que realizó estas polémicas declaraciones revela que lo que busca es potenciar su imagen “como el gran solucionador de los problemas que tiene Chile, y en parte es lo que hacen todos los candidatos cuando están en campaña”.“Ricardo Lagos llevaba meses haciendo campaña electoral. Recordemos el episodio con Burgos en La Moneda, cuando Bachelet estaba de viaje. Claramente, es una muestra de campaña electoral que estaba apoyada desde La Moneda con el ex ministro del Interior”, agrega.Sin embargo, ¿qué explica que su opción tome tanta fuerza en este momento y no en las elecciones pasadas, para erigirse como carta presidenciable del oficialismo? Osorio explica que “dentro de la Democracia Cristiana no han sido capaces de levantar a un rostro presidenciable, y en parte por eso es que Lagos se ha empoderado tanto”.“Que haya este ‘fuego amigo’ no es algo nuevo en Gobiernos debilitados. Pensemos en la aprobación presidencial que tiene Bachelet hace meses: está por los suelos. Eso genera o propicia este ataque desde las propias filas”, indica.¿La peor crisis institucional que ha tenido Chile?El ex Jefe de Estado señaló que, en términos de legitimidad, esta era la peor crisis que ha tenido Chile. Al menos, de la que él tuviera recuerdo. ¿Cuánta verdad hay en sus palabras? Para el cientista político, “en ningún caso es esta la peor crisis institucional que ha tenido Chile, y mucho menos estamos en una crisis institucional como dice Lagos. Decir que estamos en una crisis institucional es exagerado. Puede que estemos pasando por problemas políticos asociados a la élite, que es la que no es la que está haciendo bien las cosas”, sostiene.El académico explica esta última aseveración, señalando que “los problemas de colusión y del financiamiento de la política son problemas de la élite y no de la ciudadanía en general. Lo que nos lleva a pensar que no es una crisis institucional, sino problemas políticos puntuales. Pueden ser problemas políticos graves, pero, en ningún caso, que esto lleve a una crisis institucional y de gobernabilidad, ni a un punto de quiebre para la democracia”.Cambio de gabinete: ¿solución a los problemas?Tras las palabras de Lagos, actores del propio oficialismo deslizaron la posibilidad de efectuar un cambio de gabinete. No obstante, según Osorio, “eso solo podría solucionar parte el problema, pero el problema es del Gobierno en sí y no del gabinete en particular”.Aun así, y asumiendo que pudiese efectuarse un ajuste en los ministerios, el académico sostiene que “si hubiese que sacar a alguien, probablemente debiese ser la ministra de Justicia, Javiera Blanco, porque ya está causando mucho ruido. El problema de sacarla es que significa darle la razón a la oposición. Por eso, la Presidenta está en una paradoja. Pese a ello, probablemente, la van a seguir bombardeando desde la oposición”.Además, proyecta que “en los próximos meses tendrán que salir otros ministros que van a querer hacer una campaña electoral o que van a querer competir en las próximas elecciones. Por ejemplo, Marcelo Díaz, y si quiere dar una muestra de renovación de los partidos tradicionales, desde luego que se debe sacar al nuevo ministro del Interior”.¿Cuáles son los inamovibles? Para el académico, Bachelet “no tendría que mover al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, dada la importancia de las reformas que se están aún cursando, para no generar un foco de conflicto con los empresarios y no generar más incertidumbre sobre las reformas”.“Probablemente, a la ministra de Educación tampoco se le deba remover, dado que fue recién presentado uno de los últimos proyectos de la Reforma Educacional y, desde luego, al ministro de Relaciones Exteriores, dado los problemas con nuestros países vecinos”, concluye.