En la Carrera de Ingeniería en Alimentos, la asignatura “Desarrollo de Producto y Evaluación Sensorial”, dictada por la académica Elena Cavieres, relaciona y centraliza los conocimientos adquiridos por los estudiantes durante siete semestres, potenciando el trabajo de equipo, liderazgo y creatividad, en el desarrollo de productos alimenticios que despierten el interés del mercado.
Hace un año, la estudiante Loreto Acevedo postuló a la primera versión del concurso de patentamiento para estudiantes, organizado por la Dirección de Gestión Tecnológica (DGT) de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, con un particular producto: una barra de cereal con champiñones.La idea fue generada en la asignatura “Desarrollo de Producto y Evaluación Sensorial”, impartida por la jefa del Laboratorio de Evaluación Sensorial de Alimentos y académica de la Facultad Tecnológica, Elena Cavieres, programa que se imparte en el octavo nivel de la Carrera de Ingeniería en Alimentos.Esta cátedra ha resultado muy motivadora para los estudiantes, quienes destacan la posibilidad de aplicar los conocimientos adquiridos, y trabajar de manera colaborativa en el desarrollo de productos alimenticios funcionales, con potencial interés para el mercado.De la idea al productoEn una de las últimas clases, seis grupos de estudiantes presentaron propuestas de alimentos para degustar. En esa oportunidad, la DGT estuvo presente, con el fin de incentivar a los estudiantes a presentar sus proyectos en los concursos de patentes y emprendimiento que se realizan en la Universidad.El ayudante de la asignatura, Víctor Escobar, explicó que en esta clase “lo que hacemos es desarrollar la idea de un producto funcional, y saber si tiene la aprobación o no de las personas. Lo primero es la evaluación de parámetros especiales que, dependiendo del producto, evalúa sabor, textura, crocancia o gusto. Probamos tres muestras y luego, al elegir la mejor, se tiene la opción de mejorarla y optimizar la propuesta”.El estudiante Nicolás Senén, cuyo grupo presentó un proyecto de chocolates, destaca el apoyo y la motivación de la profesora Cavieres. “Ella nos incentivó y comenzamos con la preparación de una mezcla que tuviera propiedades más funcionales y, finalmente, realizamos un producto con propiedades antioxidantes y acelerador del metabolismo. Para esta clase, hicimos más de cien piezas de chocolate, las repartimos y tuvieron muy buena aprobación”, indica.A su vez, el estudiante de intercambio proveniente de la Universidad de Guanajuato (México), César Morales, destaca la enseñanza que se imparte en nuestro Plantel, especialmente en esta cátedra: “La profesora Cavieres incentiva a los estudiantes a que implementen sus ideas. El objetivo es crecer y proyectarnos con algún negocio. Las clases son dinámicas y su metodología es muy buena, porque se pierde el temor y se adquiere más confianza”.Según explica la académica esta cátedra nace porque, a su juicio, debe haber un cambio metodológico que permita a los estudiantes alcanzar los aprendizajes requeridos, con los objetivos de la asignatura. “Los pasos que seguimos son estratégicos, van por etapas, con enseñanza y aprendizaje. Así, el curso está divido en 18 pasos antes de alcanzar el prototipo final. Mi apoyo consiste en gestionar esos pasos, con aprendizaje activo”, comenta.Con este método, Elena Cavieres asegura que los estudiantes desarrollan capacidad de liderazgo, adquieren responsabilidad, aprenden a trabajar en equipo, y son capaces de entender qué hacer, de acuerdo al perfil de egreso, el que debe estar relacionado con lo que las empresas requieren. “En general, los estudiantes entienden que este ramo suma todo lo que han tenido antes, no hay otra asignatura que envuelva, centralice y relacione los distintos conocimientos adquiridos. Esta estrategia ha mejorado ostensiblemente la forma de hacer clases, y la idea es que logren los objetivos de la Carrera”, concluye.