El lunes 22 de mayo se realizó en el Salón de Honor de la Universidad de Santiago la charla “La Escuela de Artes y Oficios, un actor de relevancia en la historia de la industria aeronáutica nacional”. La actividad abordó el aporte de la EAO y sus estudiantes, en específico dos egresados de la institución, en el desarrollo de la industria aeronáutica de Chile.La charla, organizada en conjunto por la unidad de Vinculación con el Medio de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago, y el Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile, fue dictada por el presidente de esta institución, Norberto Traub Gainsborg.La actividad contó también con la participación de la Vicerrectora de Vinculación con el Medio de la Universidad, Dra. Karina Arias Yurisch; el decano de la Facultad Tecnológica, Dr. Gumercindo Vilca Cáceres; la encargada de Vinculación con el Medio de esta Unidad Mayor, Gloria Garrido; además de miembros de la comunidad universitaria, entre ellos estudiantes, profesores, académicos y miembros del Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas. La importancia de la EAO La Escuela de Artes y Oficios, creada en 1849, contribuyó al desarrollo industrial del país a través de la educación y enseñanza de diversos oficios a los estudiantes que durante el siglo XIX y siglo XX, pasaron por las salas que actualmente utilizan los estudiantes de la Universidad de Santiago.Mecánica, herrería, fundición y modelación de madera serían los primeros oficios que se impartirían en la EAO durante el siglo XIX. Luego, a comienzos del siglo XX la institución dividiría la enseñanza en dos grados distintos, sumando nuevas especialidades. Así sería para el Grado de Oficio en carpintería, fundición, herrería, gasfitería, hojalatería, mecánica y electricidad; y para el Grado de Técnico con especialidad en electrotecnia, mecánica, fundición y química industrial.De esta forma, como explica el decano Gumercindo Vilca, es que la Escuela de Artes y Oficios contribuía al desarrollo nacional en la época.“Cuando se crea la Escuela de Artes y Oficios había un desafío muy importante, y que era cómo nuestro país contribuía al desarrollo para la época que se estaba viviendo, que era la industrialización”, menciona.En tanto la Vicerrectora de Vinculación con el Medio, Karina Arias, señala que estas actividades sirven para poner en evidencia la contribución realizada por la EAO y la Universidad de Santiago a lo largo de toda su trayectoria, además de generar aprendizajes a través del rescate de su labor institucional.“Estos son relatos que ponen en evidencia la contribución que ha hecho la Universidad de Santiago al desarrollo del país, y es por medio de esta experiencia acumulada que nosotros construimos un aprendizaje institucional para relevar nuestras habilidades. Para decir que éste es el rol de la Universidad, de ésta forma se convierte en un agente que transforma al país aportando positivamente, y que nos permite ver cómo podemos hacerlo mejor, fortaleciendo”, detalla. Aportes a la aeronáutica nacional La Escuela de Artes y Oficios contribuyó, a través de sus artesanos y técnicos, al desarrollo de la industria nacional de la época. De esta forma, se encontraban egresados trabajando en importantes empresas del Estado, y una de éstas fue la aeronáutica nacional.Como señala Norberto Traub, presidente del Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile y quien dictó la charla, existieron dos egresados que marcaron un precedente y formaron parte clave de la historia de la aeronáutica chilena.Con la aparición y llegada de las noticias sobre los primeros vuelos en el mundo, los hermanos Wright en 1903 o Luis Alberto Dumontt en 1906, Chile decidiría no quedarse atrás en el desarrollo de esta tecnología.“Cuando llegaron las noticias de los primeros vuelos, en algún minuto en 1909 el Gobierno de Chile, a través de la Comisión Militar, pide que se estudie la implementación de esta nueva tecnología en el país. Para eso el presidente de la comisión del ejército, Arístides Pinto Concha, le va a encargar a un subordinado, Coronel Dartnell, que realice visitas a varios constructores y fábricas, y en ese informe de 1910, Dartnell recomendaría entre todos los tópicos contactar a los técnicos mecánicos que preparaba la Escuela de Artes y Oficios”, explica.Sobre la ayuda que se buscó en estudiantes de la EAO, Traub menciona que esto se debía al poco conocimiento sobre éstas tecnologías por parte de los mecánicos del ejército.“La aviación era algo completamente desconocido, los mecánicos que existían en el ejército eran mecánicos para los camiones, o prácticamente caldereros, basados más en los ferrocarriles. Por lo tanto, comienzan a buscar en Chile de dónde sacar a estos nuevos expertos y cómo prepararlos, y la fama de la EAO estaba ahí presente, por eso les recomiendan que tomen a estos dos egresados de la Escuela”, comenta.Los egresados serían Miguel Ángel Cabezas Soto y Pedro Donoso Mengual, quienes en 1912 se van a incorporar a la comisión que revisa los aviones construidos en el país, y a quienes el mismo ejército de Chile enviará a Francia para que se especialicen en mecánica.Además, como destaca Traub, no sólo se especializarían en mecánica, sino que también se convertirían en los primeros pilotos de origen civil, que luego se incorporarían al ejército.Sin embargo estos dos egresados no serían los únicos que participarían y contribuirían a la historia de la aeronáutica, sino que también se cuentan cerca de otras 25 personas, estudiantes de la Escuela de Artes y Oficios, quienes viajarían a Estados Unidos en 1929, a la fábrica Curtiss-Wright, empresa que entregaría la tecnología suficiente para construir aviones en Chile.“Entre estos estudiantes destaca la presencia de Miguel Cabezas, quien continuaría ligado a la aviación hasta sus últimos días”, señala.Finalmente, respecto al vínculo que existe entre la Facultad Tecnológica y el Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas, Norberto señala que es un vínculo que se construyó a través del académico de la Facultad, Lucio Cañete, y que apunta a realzar y dar a conocer las raíces históricas de Chile, el apoyo constante de la Escuela de Artes y Oficios, y la Universidad de Santiago al desarrollo del país.
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El presidente del Instituto de Investigaciones Histórico Aeronáuticas de Chile (IIHACH), Norberto Traub Gainsborg, resaltó la trascendencia que tuvo la Escuela de Artes y Oficios (EAO) en el desarrollo del sector aeronáutico nacional. Fue a partir de 1909, que el país requirió de especialistas en el ámbito de la aviación para lo cual se recurrió a los técnicos mecánicos que se estaban formando en la EAO. La participación del timonel del IIHACH, se enmarca en la reciente jornada académica, organizada por la Facultad Tecnológica en conjunto con el mencionado Instituto. En la fotografía, el decano Gumercindo Vilca entrega un libro institucional, con la historia de la EAO al presidente Traub.
Redacción