Debido a la pandemia por el Coronavirus, la Universidad de Santiago realizará su tradicional Romería para conmemorar un nuevo 11 de septiembre de manera virtual desde las 11.00 horas.
Para participar de esta actividad en recuerdo de las víctimas del régimen militar, los interesados podrán conectarse a través de Youtube o Facebook.
La romería virtual es convocada por la Asociación de Funcionarios (Afusach);la Asociación de Profesionales (ADP); la Asociación de Académicos (Asoacad); las Consejerías Académicas en representación del Estamento Estudiantil y la Vocalía Laboral de la Federación de Estudiantes (Feusach); la Corporación Solidaria UTE-Usach; la Coordinación de Profesores y Profesoras por Horas de Clases y la Asociación de Exonerados Políticos de la Universidad Técnica del Estado.
Reflexión académica
La modalidad online se replicó también en la realización del seminario ‘Unidad Popular 50 años’, organizado por el Departamento de Historia de la Usach. A 47 años del Golpe de Estado, académicos de dicha unidad se refirieron a las eventuales diferencias y similitudes de este episodio y el escenario político actual.
Para la directora del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago y experta en historia política chilena contemporánea, Dra. Cristina Moyano, es casi imposible establecer similitudes entre ambos períodos. Sin embargo, la excepcionalidad de las experiencias pasadas y actuales sí puede tener un rasgo común.
“Son situaciones mayoritariamente diferentes porque, en primer lugar, hoy no estamos viviendo un proceso de polarización aguda de la sociedad, con una debacle gubernamental que haya llevado a Piñera, por ejemplo, a incorporar a los militares al Gobierno, con permanentes cambios de gabinete y con Estados Unidos encima, en un contexto de Guerra Fría”, sostuvo.
“Creo que, quizá, el único punto de comparación que podemos identificar hoy, es que, el 11 de septiembre, Allende iba a llamar a un plebiscito y ese llamado lo iba a hacer desde la Universidad de Santiago, y no se pudo hacer porque vino el Golpe. Pero, de alguna u otra manera, Allende entendió que cuando los conflictos llegan a niveles de polarización y de radicalización que no se pueden resolver por la vía institucional, es importante devolverle la soberanía al pueblo, para refundar un pacto social que te permita redefinir cómo vivir de nuevo juntos”, afirmó.
Añadió que “eso que en el 18 de octubre de 2019 irrumpe con fuerza, junto a una serie de demandas colectivas que tienen que ver con injusticias sociales, corrupción, crisis de legitimidad de la clase política, pobreza, desigualdad, entre otros, salta en forma de estallido social que tiene relación no con la Unidad Popular, sino que con las bases institucionales que dejó instalada la dictadura. Por fin, después de casi 40 años de decretada la Constitución de 1980, nos damos cuenta de que nuestros grandes problemas devienen de esa Carta Magna que se aprueba de manera fraudulenta”.
El optimismo
El historiador experto en historia de la violencia latinoamericana y académico del Departamento de Historia de la U. de Santiago, Igor Goicovic, reconoció los cambios políticos y sociales que se han producido con posterioridad al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Sin embargo, consideró que las condiciones de pobreza, exclusión, marginalidad y represión de los sectores populares no han sufrido modificaciones sustantivas.
Respecto a las principales similitudes del proceso histórico que se llevó a cabo durante el Gobierno de la Unidad Popular y la actual coyuntura política, Goicovic enfatizó en este último factor. “Tanto el Gobierno de Allende como la segunda administración de Sebastián Piñera enfrentaron y enfrentan un importante grado de inestabilidad como resultado de movilizaciones sociales y enfrentamientos tanto sociales como políticos, que estuvieron presentes hace más de 40 años atrás”, sostuvo.
Sin embargo, señaló que una de las principales diferencias es que “quienes apuestan hoy por el cambio y la transformación del régimen político y las relaciones sociales y de poder son los sectores populares. En 1970 y 1973, quienes apostaban por el cambio de régimen político y por la mantención de las condiciones históricas de dominación eran las clases dominantes y las élites de poder”.
El historiador hizo hincapié en que más allá de la inestabilidad política, “nada permite visibilizar la posibilidad de un Golpe de Estado que tenga su origen en las Fuerzas Armadas, porque los mandos de las FF.AA. y de los organismos de seguridad están alineados, como también lo estuvieron en 1973, con las clases dirigentes y, por lo tanto, con el sistema de dominación. Nada permite establecer que estamos ad portas de una crisis institucional tal y como se configuró hacia agosto de 1973”.
Por último, aseguró que pese a que una parte de la sociedad chilena alberga una gran expectativa en la posibilidad de una nueva Constitución, distinta a la de 1980, que modifique tanto el régimen político como las condiciones de explotación, exclusión, discriminación y represión, “tengo la impresión de que esto se transformará en un ritual en el cual muy pocas cosas van a cambiar”.
“En la actual correlación de fuerzas políticas que expresan un fuerte apoyo al Apruebo, lo más probable es que se imponga el mecanismo de Comisión Mixta Constitucional, en el cual los mismos de siempre le impondrán al país un nuevo mecanismo normativo que no cambiará sustantivamente el régimen económico ni tampoco las relaciones sociales y de poder. La gran diferencia es que será una Constitución legitimada en las urnas”, afirmó. “No soy optimista respecto a que la nueva Carta Magna vaya a resolver las inequidades ni la inestabilidad política que actualmente tenemos”, concluyó.
La paradoja
Para Rolando Álvarez, académico del Departamento de Historia de la Usach y experto en historia política de Chile en el Siglo XX, el 11 de septiembre de 1973 constituye un quiebre en la tradición democrática de Chile, que desde la década de 1930 acumulaba gobiernos democráticos ininterrumpidos.
“Creo que este 11 de septiembre encuentra al país es una situación muy distinta, porque Chile está de cara al plebiscito constitucional del 25 de octubre, donde se trata de abrir a una sociedad más inclusiva, democrática y participativa, que es la perspectiva que se abrió a partir de la crisis social que partió el 18 de octubre del año pasado”,sostuvo. “La paradoja sería que si el 11 de septiembre de 1973 es un momento de quiebre de la democracia, hoy creo que hay la posibilidad de construir por primera vez una Constitución política del Estado en democracia”, insistió.
El doctor en historia consideró que una de las similitudes entre 1973 y 2020 es la polarización política. Aunque enfatizó que la historia “nunca se repite”, señaló que sí se pueden encontrar regularidades. “La generación que ha crecido en el periodo del retorno a la democracia estaba acostumbrada a un sistema donde primaban los consensos. Ahora, estamos en presencia de una sociedad que se ha polarizado mucho más, haciendo evidente la diferencia entre las posiciones políticas y de las organizaciones sociales. Hace años atrás, parecía que todo el mundo estaba de acuerdo y que daba lo mismo quién ganaba una elección”, afirmó.
Más en Usach al Día
Docentes de la Universidad de Santiago reflexionaron en torno al contexto en que se produjo el golpe cívico militar y las similitudes o diferencias con la realidad actual, en una jornada simbólica que, en nuestro Plantel, estará marcada hoy por la romería en memoria de las víctimas de la dictadura que, este año, será bajo modalidad online.
Redacción
Categoría