Cómo abordar desde la Universidad y desde la formación de los futuros Químicos Farmacéuticos las implicancias que tiene la Ley de Fármacos II ha sido un tema que ha mantenido pendientes a las autoridades de la carrera y de la Facultad de Química y Biología.
En ese sentido y dentro de las iniciativas impulsadas en este último tiempo, está la organización de conversatorios con representantes del ISP, laboratorios farmacéuticos y farmacias independientes, quienes compartieron junto a académicos y estudiantes su visión sobre el proyecto.
El derrotero de la Ley de Fármacos ha sido poco afortunado. La suma de intereses políticos y económicos han hecho que la ley avance a tropiezos en el Congreso teniendo como principales afectados a los ciudadanos en un tema calificado como “sensible” para la jefa de carrera de la Química y Farmacia de la Universidad de Santiago, Dra. Yenniffer Ávalos, “dado el gran gasto de bolsillo que significa la adquisición de medicamentos en Chile”.
“Existen diversos factores que pueden explicar la demora que ha sufrido la tramitación de este proyecto de ley” afirmó la académica de la Facultad de Química y Biología. “Entre ellos podemos mencionar la posible presión de los grandes laboratorios farmacéuticos y las grandes cadenas de farmacias, así como también la falta de conocimiento técnico por parte de los legisladores respecto al medicamento y la industria farmacéutica”, sostuvo.
Al respecto y dentro de lo que ha sido su tramitación, el académico de la carrera de Química y Farmacia, Dr. Leonel Rojo, recuerda lo complejo que ha sido el proyecto debido a su paso por “incontables rechazos, indicaciones, urgencias, comisiones mixtas e informes de expertos”.
“En suma hasta este año 2021 aún no tenemos un proyecto de ley maduro y sólido para llevar a tramitación final. Creo que la suma de intereses, privados y públicos, y la incapacidad política y técnica de velar por el bien común ha hecho tropezar este proyecto muchas veces”, afirmó el académico quien reconoce la dificultad de encontrar una fórmula “que proteja la libertad de elegir y que al mismo tiempo asegure eficacia, calidad y seguridad de los medicamentos”.
Beneficios a sus ciudadanos
A la hora de poner en la balanza los posibles beneficios que traería la aprobación de la ley, ambos especialistas señalaron que una eventual disminución en los precios de los medicamentos sería una de sus principales ventajas.
Sin embargo, el Dr. Rojo comentó que “ha quedado demostrado a través de muchos estudios internacionales que la sola regulación de precios es insuficiente, ya que hace que se disminuya la oferta y a la larga los precios suban por escasez de oferentes para un producto”.
Consideró “insólito que no se discuta la presencia de farmacias a una distancia prudente en poblaciones, pueblos y lugares de menos ingresos, como lo han hecho países como España e Inglaterra, República Dominicana, entre otros”.
Volviendo al terreno de los potenciales beneficios que traería su aprobación, la Dra. Ávalos estimó que un avance importante radicaría en “considerar al medicamento como un bien esencial, avanzar hacia una política de intercambiabilidad universal y favorecer la accesibilidad a los medicamentos” así como también aprovechar la oportunidad de “educar a los profesionales legalmente habilitados para prescribir respecto de bioequivalencia e intercambiabilidad de medicamentos”.
En cuanto a los desaciertos, la jefa de la carrera de Química y Farmacia consideró un error “la eliminación de la prohibición de la integración vertical” y abogó por más de un mecanismo que asegure “ciertos lineamientos para el control de precios de los medicamentos”.
“Quizás falta ver el tema de modo más sistémico considerando la posibilidad de que parte del gasto de bolsillo de los medicamentos esté incluido en un seguro único de salud universal, por ejemplo, a través de un sistema de reembolso” afirmó la académica.
Para el profesor de la misma carrera, Antonio Morris, los riesgos están de parte de una Política de Intercambiabilidad “imposible de cumplir” y el control de precios un tema en discusión “que apunta a establecer una tarifa de dispensación, pero que tal como está enunciada, las farmacias independientes en especial, se verán gravemente afectadas”.
“El beneficio principal está en el reconocimiento de la bioequivalencia como factor de similitud de eficacia, seguridad y calidad de los medicamentos para su intercambiabilidad” indica el académico de la carrera. “También lo que enuncia sobre los dispositivos médicos ya que Chile tiene la regulación más atrasada en este elemento”, declaró.
Aporte desde la Universidad
Una solución mayor, coinciden los académicos Avalos y Rojo está en la opción que tienen los estudiantes de la Universidad de Santiago en cursar el “Minor en Gestión de instituciones de salud pública” lo que les da oportunidad de formación “desde una perspectiva panorámica sobre cómo gestionar bienes y servicios farmacéuticos en un sistema público de salud que busque el bienestar de las personas” afirmaron.
“Nuestra idea es incrementar la conexión de la carrera con el medio externo relevante y con nuestro egresados/” comentó la Dra. Ávalos, “por lo que esperamos organizar nuevos webinarios o conversatorios donde abordemos esta temática tan contingente y relevante para la formación de los/las futuros/as QFs”.
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Con distintos acentos, pero una misma posición, la jefa de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad de Santiago, Dra. Yenniffer Ávalos junto al académico Dr. Leonel Rojo proyectan cuáles serán los principales aciertos y dificultades de dicha la ley enfocándose en aquellos efectos que repercutirán en la ciudadanía después de su tramitación.
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