Conflicto en Ucrania y tradición japonesa inspiran a estudiantes de Matemática y Computación para realizar intervención por la paz

La exposición que reunió a las comunidades estudiantiles y académicas se montó en el pasillo central de nuestra Universidad (pastos de Ciencia) y buscó, a través de una estrategia de educación matemática adaptada a la actualidad, concientizar en la importancia de la paz en momentos en que la violencia azota al mundo.
La intervención se inspiró en una conversación sobre la guerra en Ucrania ocurrida en una clase de la asignatura Didáctica de la Geometría y la Estadística, que dicta la profesora Claudia Vargas Díaz, y la historia de Sadako Sasaki, una niña de 11 años que sufrió los efectos de la bomba nuclear de Hiroshima y que muriese pocos años después producto de la radiación atómica.

El pasado 30 de marzo un grupo de estudiantes del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación, realizaron la Exposición de las mil grullas por la paz mundial, mediación didáctica matemática que considera los procesos culturales presentes de la sociedad.

La intervención se inspiró en una conversación sobre la guerra en Ucrania ocurrida en una clase de la asignatura Didáctica de la Geometría y la Estadística, que dicta la profesora Claudia Vargas Díaz, y la historia de Sadako Sasaki, una niña de 11 años que sufrió los efectos de la bomba nuclear de Hiroshima y que muriese pocos años después producto de la radiación atómica.

Sadako, tuvo una amiga que le contó la tradición de las mil grullas de papel a través de la técnica de origami, que señalaba que si era capaz de elaborarlas se le concedería un deseo en recompensa por el esfuerzo y la concentración.

Lamentablemente, la joven murió́ en 1955 con 644 grullas a su alrededor. Sus amigos, conmovidos frente a la situación, prometieron terminar las que faltaban como un homenaje a la muchacha. Para que esta historia estuviera presente todos los días se propusieron hacer un monumento, una estatua de Sadako con una grulla que hoy está en el Parque de la Paz de Hiroshima.

Estos hechos suscitaron la reflexión en el curso, lo que en palabras de la académica del DMCC “nos abrió la oportunidad de pensar en una actividad solidaria y llamativa en nuestro quehacer y vida cotidiana en la Universidad: la búsqueda de la paz”, enfatizó la Dra. Vargas Díaz.

Matemáticas contextualizadas

La académica señaló que hace décadas que se habla de una educación matemática contextualizada y con un sentido en el aula escolar. Es por ello, que en la asignatura de Didáctica de la Geometría y la Estadística trabajó en la transformación de un objeto plano (hoja de papel) en un cuerpo en 3 dimensiones.

“En esta transformación estudiamos la geometría emergente, integrando cognición, cultura, contenido y comunicación, a través de ideas básicas del diseño universal de aprendizaje. Les futures profesores están incorporando una nueva manera de enseñar contenidos geométricos que podrían darse de forma interdisciplinar en escuela y liceos”, aseveró.

La Dra. Vargas Díaz añadió que este tipo de aprendizaje lo vienen estudiando durante varios semestres y que ha quedado plasmado en el trabajo que desarrolla el Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática.

Asimismo, se abrió la posibilidad de explorar y autoexplorar otros talentos que quedan invisibles en el aula. “Mis alumnas/os aprenden diversas maneras de comprender el aprendizaje, distanciándolos de la solemnidad de las disertaciones y las maneras tradicionales que replican la educación de siglos pasados”.

De este modo, el objetivo detrás de la exposición de las mil grullas por la paz, fue trabajar en colaboración al estudiantado esta forma de enseñar geometría con un trasfondo humanitario de carácter actual. “En ello doy fe que les estudiantes trabajaron comprometides y con genuina dedicación” expresó la académica.

Cambiando paradigmas

El regreso a lo presencial ha generado el reencuentro en donde con fuerza se produce un diálogo cercano entre estudiantes y académicas/os. En el caso particular de esta asignatura, hay más diálogo, y se usa el espacio universitario al aire libre compartiendo nuevas sinergias y cooperación.

El estudiante Bastián Orellana, enlazando esta exposición con el retorno a la presencialidad, sostuvo que “nosotros podemos valorarla desde el punto de vista del compartir con nuestros compañeros, y el trabajo en equipo. Es algo que no se puede vivir de forma online”

María Ignacia García, calificó la iniciativa como muy beneficiosa tanto para el equipo de trabajo de Didáctica, como para la comunidad que participó en la intervención. “Nosotros teníamos un objetivo claro que era mostrar la geometría a través de las grullas, pero además llevar un mensaje de amor a las personas que fueron parte de la exposición al recibirlas y que empatizaron con nuestro trabajo”, señaló la estudiante.

En cuanto a la respuesta de la comunidad universitaria dijo que fue muy positiva. La exposición exhibió algunas grullas, y las otras fueron cedidas con algunos mensajes. “Al entregarlas, las personas pedían un deseo y sentimos esa emoción. De cierta forma, era transmitir un mensaje geométrico matemático, pero también, sentimientos hacia las personas, siendo una interacción positiva” recalcó.

Nicole Manso Labra, también estudiante de la carrera de Pedagogía en Matemática y Computación, junto a sus compañeras Loreto Moreno Norambuena y Maira Valdenegro Valdenegro, reflexionaron sobre el contexto en donde estuvo inserta la exposición.

“Esto ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, y lo asemejamos a lo que hoy sucede en Ucrania, porque existía esa duda de qué iba a ocurrir con nosotros en caso de que el conflicto escalara. Luego, hubo una reflexión más personal, que apuntó a que esta guerra no solo acontece en un solo país, sino que en varios más en donde se siguen viviendo estas atrocidades a pesar de que estamos en pleno siglo XXI”, expuso.

“Quedó abierta la reflexión que la matemática no es solo una ciencia preocupada de si misma y que está dentro de un aula, sino que está alrededor de todos nosotros”, afirmó la estudiante.

Autor: 
Enzo Borroni Ricardi
Fotografía: 
Cedida