Opinión del Dr. Rodrigo Rojas-Andrade, académico de la Escuela de Psicología y, especialista en salud mental escolar:

¿Cómo dar contención a la infancia en tiempos de crisis social?

La crisis social que enfrenta nuestro país hace ya más de un mes, ha traído numerosos cambios a nuestro día a día y eso también afecta a los más pequeños del hogar, que pueden desarrollar una serie de síntomas psicológicos que, de no tratarse a tiempo, a través de prevención y contención emocional, pueden tener graves consecuencias en la salud mental. En la siguiente columna de opinión, se abordan consejos útiles para amortiguar los efectos de este proceso.
"Estas acciones, por simples que parezcan pueden ayudar a prevenir que los niños y las niñas se vean afectadas de manera significativa de esta crisis, por lo que es fundamental que las siga si quiere ayudarles".

Las crisis sociales como la que actualmente estamos atravesando como país, provocan una serie de eventos que en muchas ocasiones tienen una connotación traumática dada la gravedad de las pérdidas humanas y daños materiales que generan, así como por la desorganización cotidiana e incertidumbre, ya que no es posible anticipar lo que sucederá, ni la duración de la crisis ni sus caminos de resolución.

Eventos como la represión policial violenta, los incendios, destrucción y saqueo de locales comerciales, el desorden en las calles por las manifestaciones, las noticias de mutilación, violaciones y maltrato o la cancelación de clases y la posibilidad de cerrar el año, pueden provocar profundos y negativos efectos psicológicos no solo en las personas que se ven involucradas directamente, sino también a las personas cercanas y a los testigos, dada la perdida de referentes, de rutinas y estabilidad.

Esta desorganización genera estrés, angustia, temor y rabia, pues desestabilizan todos los sistemas adaptativos de los niños y las niñas acostumbrados a responder a un mundo relativamente estable y seguro. Dependiendo de los factores protectores familiares, comunitarios y personales, así como de la gravedad de los eventos en los que se ven expuestos, pueden desarrollar una serie de síntomas psicológicos que, de no tratarse a tiempo, a través de prevención y contención emocional, pueden tener graves consecuencias en la salud mental.

Algunos de los comportamientos que son esperables en los niños y las niñas que enfrentan crisis sociales son aferrarse demasiado a los padres por ansiedad de separación, presentar miedo a los extraños, dificultad para dormir o rehusarse ir a la cama, jugar de manera compulsiva o repetitiva representando la experiencia de crisis, presentar conductas regresivas como mojar la cama o chuparse el dedo, llorar, gritar o estar más irritable que de costumbre, retraerse o no querer jugar con otros niños o niñas, sentir vergüenza, no poder concentrarse en una tarea o rehusarse ir a la escuela.

Frente a este escenario los cuidadores significativos, especialmente padres, madres y docentes, como tutores de resiliencia, tienen un rol esencial en ayudar a encontrar nuevos significados a las experiencias que dan origen a sus malestares y preocupaciones, disminuyendo con esto el miedo, la angustia y la rabia. Sin embargo, para que los tutores y tutoras de resiliencia sean efectivos en esta tarea, es fundamental que estén tranquilos y preparados para animar a los niños y a las niñas a iniciar una conversación nutritiva que amortigüe efectivamente los efectos de la crisis.   

Algunos consejos útiles pueden ser los siguientes:

1. Enfatice el vínculo amoroso, seguro y de protección a las niñas y los niños. Exprese su amor más de lo habitual, dígale palabras cariñosas, dele muchos abrazos, hágale saber que está allí y que le protege.  Esté disponible para cuando deseen hablar, deje de lado llamadas telefónicas, correos electrónicos u otras actividades. En las noches antes de acostarse, pregúntele como están y como se sienten, que hicieron en la mañana, lean juntos un cuento, compartan momentos en que puedan expresar sus emociones y pensamientos y ayúdelos a identificar lo que necesitan. 

2. Potencie ambientes seguros y estables. Mantenga las rutinas tanto como sea posible, anime a los niños y las niñas a jugar como siempre; si no está yendo a la escuela, cree encuentros de juegos con amigos y amigas. No modifique la hora de dormir y permita que duerman todo el tiempo que necesiten.  Refuerce la idea de que su familia y su comunidad son seguros, dígales que siempre habrá alguien que los podrá ayudar, indíqueles personas a las que puede acudir si necesitan ayuda y usted no está. Dele un objeto suyo, juguete o una foto que pueda tener cuando usted no está y lo necesite.

3. Ayude a buscar nuevas interpretaciones de los eventos que están sucediendo.  Informe a su hijo de manera honesta y de acuerdo a su edad. No le mienta ni le oculte información, ni tampoco sea demasiado gráfico con sus respuestas. Responda las preguntas de manera simple enfatizando siempre las opciones optimistas y esperanzadoras de la situación, puede ser una buena opción señalarle que las cosas cambiarán para mejor y que ellos podrán vivir en un mundo más justo y con más alegría, después de que todo esto pase. Manténgales lejos de las imágenes de los medios de comunicación y limite la información que está transitando en redes sociales. Enséñeles que ser violento o matar gente nunca es aceptable y que muchas veces las personas cometen errores cuando están enojadas o con miedo, por lo que siempre es bueno buscar otras alternativas de solución. Refuerce la idea de que ellos y ellas son buenas personas y hábleles de los héroes reales y ficticios que están ayudando a la gente a salir de esta crisis

4. Sea un buen modelo.  Los niños y las niñas son influenciados por las reacciones de los adultos. Si usted reacciona con miedo, rabia, angustia u otro estado emocional negativo frente a la crisis, ellos pueden adoptar estas mismas respuestas. Por esto, es fundamental que los adultos y las adultas mantengan la calma o compartan con los niños y las niñas estrategias que utilizan para reducir estos malestares. Considere que ellos y ellas que están pasando por momentos de estrés pueden tratar de encontrar formas muy disruptivas para que se les tome atención; por esta razón, sea paciente, empático y comprensivo con estas emociones y dese un tiempo para escucharlos y tratarlos de manera cariñosa.

Estas acciones, por simples que parezcan pueden ayudar a prevenir que los niños y las niñas se vean afectadas de manera significativa de esta crisis, por lo que es fundamental que las siga si quiere ayudarles.  Por último, tenga presente que son sujetos de derecho y deben ser protagonistas del cambio y que al igual que los adultos y las adultas, necesitan apoyo, seguridad y fortalecimiento de sus propios recursos para construir un futuro optimista y más democrático.