Fue una velada tan histórica como desgraciada. En un concierto de cuatro horas y en un teatro enfriado por el invierno vienés, Ludwig van Beethoven (1770-1827) estrenó su Quinta y Sexta sinfonía, su Concierto para piano Nº 4 y su Fantasía coral, todo dirigido e interpretado como solista por él mismo. También se tocaron fragmentos de la Misa en do mayor, parte de un colosal programa que no tuvo suficientes ensayos. La descoordinación fue tan patente, que algunas obras se interrumpieron para comenzar a tocarlas de nuevo.
Esa jornada de diciembre de 1808 fue una de las últimas apariciones públicas de un Beethoven que ya zozobraba con la sordera. A pesar de los contratiempos, pasó a la historia como el debut de algunas de las creaciones más emblemáticas de la historia de la música y, en particular, de un símbolo de música bucólica y apacible: la Sinfonía Nº 6 en fa mayor, conocida sencillamente como la “Pastoral”.
Inspirada en escenas campestres, con títulos que hablan de arroyos y tormentas, esa sinfonía dominará el programa que la Orquesta Usach ofrecerá este miércoles 19 de junio (19:30 horas) en el Teatro Aula Magna Usach, como parte del ciclo sinfónico completo de Beethoven que el elenco programó para esta temporada. El concierto comenzará con el estreno absoluto de una obra encargada al compositor chileno Christian Vásquez y las entradas gratuitas están disponibles en el sistema Portaltickets.
Además, el evento será parte de las actividades que festejan los 65 años de Radio Usach, que lo transmitirá en vivo a través de diversas vías: además de su tradicional señal 94.5 FM, el concierto se podrá seguir en formato audiovisual en www.diariousach.cl, en la señal 50.2 de TV digital y en el canal de Youtube de la emisora.
“Estoy muy ansioso por dirigir la ‘Pastoral’ con la Usach, que es una orquesta que me gusta muchísimo. Voy muy feliz para allá, porque me siento muy cómodo trabajando en el Teatro Aula Magna, no solo por su acústica, sino por lo lindo del lugar”, anticipa el director brasileño Tobías Volkmann, quien regresará a Chile para hacerse cargo del concierto, dos años después de su última colaboración con el elenco.
Actual titular en las orquestas de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina) y la Universidad de Sao Paulo (Brasil), además de la Rio Villarmônica de la que es cofundador, Volkmann indica que la Sinfonía Nº 6 es especial en el catálogo beethoveniano: “Entre la Quinta y la Séptima, dos sinfonías de un estilo heroico muy marcado, tiene un carácter distinto. Es una sinfonía de paisajes, que parece venir de un compositor feliz y realizado, aunque sabemos que Beethoven era un hombre muy conflictuado. Parece la obra de una persona que encontró uno de los pocos momentos de paz en su vida”, explica.
Desde Bremen, nueva música chilena
El estreno de música contemporánea ha sido uno de los focos de las temporadas recientes de la Orquesta Usach, que cada año hace encargos a compositores y compositoras actuales. Justamente, en este concierto se escuchará por primera vez KA-325, comisionada al compositor chileno Christian Vásquez (1969), quien vive en Alemania desde hace casi dos décadas.
“Es una obra con una gran influencia del impresionismo, que también tiene elementos de la música aleatoria”, adelanta el músico, exflautista de la Orquesta Usach entre 2003 y 2006. Aunque el enigmático título hace referencia a la mitología egipcia, el autor prefiere guardar los detalles: “La música es lo que suena y se percibe, entonces el nombre no tiene tanta importancia”, advierte.
Vásquez se radicó en Bremen luego de estudiar ahí con la prestigiosa compositora surcoreana Younghi Pagh-Paan. Desde esa ciudad, ha proyectado su trabajo con el Ensemble New Babylon y el Kommas Ensemble, de los cuales ha sido cofundador, y ha desarrollado un repertorio que ha sido interpretado en países como Suiza y Polonia.
En KA-325, dice, “hay una parte en que la orquesta debe tocar en forma casi improvisada, porque hay modelos que pueden ir repitiendo o combinando de forma más o menos libre, con una temática sonora muy característica del sonido de los pájaros”.
“Además, en la parte final, hay una reminiscencia a la sirena de la Primera Compañía de Bomberos de Rancagua, ciudad donde viví muchos años de mi niñez. Todos los días la escuchaba al mediodía y ya está en otras obras mías, pero nunca con tanta presencia. Es un sonido que empieza a aparecer de a poquito, se queda harto rato y luego baja hasta un tono muy grave. Yo encontraba que era muy bonito”, concluye.
Revisa aquí la entrevista completa al compositor brasileño.