Nuestra comunidad ya cuenta con su primer Decálogo Institucional de Buenas Prácticas en materias de género e inclusión generado desde el propio funcionariado, porque las jornadas de trabajo grupal realizadas el segundo semestre del año pasado por distintas unidades en el marco del Bono PEI 2023, dieron frutos al generar un valioso material con diversas iniciativas propuestas por la propia gente, que sirvieron como base para la confección de la declaración general.
Pero ¿cómo se confeccionó el Decálogo? La Vicerrectora de Finanzas y Logística, Dra. Karina Arias Yurisch, explica que el Bono PEI 2023 fue una actualización del Bono de Excelencia y que se implementó con una mirada más integrada del funcionamiento de nuestra Universidad, considerando la “formación de las personas y el desarrollo de los ejes estratégicos de nuestro Plan Estratégico Institucional, desde la práctica cotidiana de los mismos equipos de funcionarias y funcionarios”.
“El Decálogo Institucional de Buenas Prácticas en Género e Inclusión es resultado de una labor colaborativa de distintos equipos de personas al interior de la Universidad lo cual permitió compilar en un solo trabajo, una mirada institucional que centra las bases de una buena práctica en materia de género e inclusión”, agregó.
El Jefe Departamento de Desarrollo de Personas, Leonardo Vega Sepúlveda, señala que “el esfuerzo y la tarea efectuada por cada uno de los equipos de trabajo, mediante sus jornadas de reflexión y cursos de formación, se ven hoy reflejados en la construcción de este Decálogo Institucional, el cual constituye una guía en términos muy sencillos y prácticos, que mediante la propuesta de conductas y acciones, nos posiciona cada vez más en el camino de la inclusión y el enfoque de derechos”.
Cerca de dos mil funcionarias y funcionarios
La selección de las diez recomendaciones se realizó a través de la recopilación, sistematización y análisis de los decálogos de buenas prácticas en Género e Inclusión que elaboró cada unidad administrativa en el marco del Bono PEI 2023.
“Este proceso permitió la sensibilización y capacitación de cerca de 2000 funcionarias y funcionarios de nuestra universidad, quienes trabajaron en el análisis de las políticas institucionales (Política de Igualdad de Género y Diversidad y Política de Inclusión y Derecho a la Diferencia) y el reconocimiento de la diversidad de personas, de corporalidades y realidades que conviven en el espacio universitario”, señala la Dra. Yenniffer Ávalos Carrasco, directora de Género, Equidad y Diversidad, perteneciente a la Vicerrectoría de Calidad de Vida, Género, Equidad y Diversidad (Vicaviged).
Daniela Alburquerque González, directora del Departamento de Inclusión y Derecho a la Diferencia también de la Vicaviged, relata que este Decálogo “es resultado de un análisis cualitativo y cuantitativo de todos los decálogos trabajados por las funcionarias y los funcionarios de la Universidad de Santiago que participaron del proceso del Bono PEI 2023” y que la selección se hizo enfatizando “aquellas áreas más frecuentes representadas en los trabajos, considerando además las más significativas y asociadas a las políticas y procesos que estamos viviendo como universidad”.
¿Qué implicancias tendrá el Decálogo para el quehacer universitario?
La dra. Yenniffer Ávalos valora que “el trabajo del 2023 permitió la reflexión y problematización de las temáticas de Género e Inclusión, así como las implicancias en la promoción de espacios laborales y académicos diversos y libres de discriminación y violencia, que propicien la plena participación de todas las personas y promuevan el pleno ejercicio de los derechos de toda la comunidad”.
“Es una experiencia única a nivel nacional e histórica, ya que a través de este trabajo colaborativo se condensó el compromiso institucional con la igualdad de género y diversidad, pero desde las bases”, resaltó Ávalos.
Por su parte, Daniela Alburquerque expresó que se espera “que el resultado le permita al funcionariado sentirse identificado con sus aspiraciones para nuestra comunidad en el derecho a la diferencia, que construya lazos para las transformaciones necesarias y que permita consolidar prácticas inclusivas. Creo que este proceso debe reconocerse como un ejercicio destacado de participación”.