El día que coordinamos una reunión para conversar, Diego Negrete Olmedo fue reconocido por el Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación por su destacada trayectoria profesional. “Quizá tomé la decisión de dedicarme al área informática muy temprano en mi vida y eso me dio la oportunidad de ir como hormiguita, mes a mes, construyendo una trayectoria que ahora se va consolidando en una carrera que fue reconocida por la misma universidad que me formó y de la cual me siento tremendamente orgulloso”, dice sobre la distinción.
El mismo día, se cumplían dos meses del fallecimiento de su socio Tiago Feldberg Martins, con quien fundó la consultora de tecnología de la información Wodobox, emprendimiento que por esos días fue distinguido como la empresa número uno para profesionales sub-35 en Chile, según el estudio Employers For Youth (EFY) categoría Next 2024, realizado por FirstJob. La investigación proporciona una perspectiva única sobre las preferencias y experiencias de los profesionales en este rango etario
Sobre el premio indica que “es una sensación de estar haciendo las cosas bien”, puesto que “cuando creamos la empresa dijimos que íbamos a hacer una empresa donde la gente se sienta cómoda trabajando. Que los talentos vean este ambiente y digan ‘aquí me quiero quedar, porque me tratan y me siento bien’. Desde el primer día nos enfocamos en atender bien a nuestros clientes, pero también generar un buen clima con nuestros trabajadores, que permitiera desarrollar de mejor manera los talentos de todas (os)”, remarca.
El egresado usachino sostiene que “el emprendimiento es una actividad riesgosa, en el sentido que las posibilidades de fracaso son altas y cuando partes tu vida profesional, siempre sueñas y aspiras a lo máximo”, pero “si yo pude, creo que cualquiera puede. ¡Nunca se debe dejar de soñar!”, enfatiza.
Wodobox surge en 2018 cuando Diego invitó a Tiago Feldberg a crear una empresa que ofreciera servicios de calidad en tecnologías de vanguardia del mercado, especialmente en la gestión del Customer Relationship Management (CRM), que se refiere al conjunto de prácticas, estrategias de negocio y tecnologías enfocadas en la relación con el cliente. Han pasado seis años y la empresa tiene presencia en Chile, Perú y Colombia. Partieron con cuatro personas y ahora son sesenta.
“Fue un acierto”
Diego comenta que su “vida profesional” comenzó alrededor de los ocho años, cuando leía ejemplares de la publicación argentina “Enciclopedia Popular”, la cual “explicaba más o menos cómo sería el futuro”. Desde esa época, recuerda su afición por arreglar o inventar soluciones para enchufes, aspiradoras y cualquier aparato electrónico que pasara por sus manos. No siempre con los mejores resultados, reconoce.
Sin embargo, fue la llegada de un computador el punto de inflexión para el futuro Analista en Computación Científica. El ordenador junto a revistas de programación que le regalaba un tío hizo que a los once años aprendiera a programar. Por eso no fue extraño que en educación media tuviera claro qué estudiar. Ahora solo le restaba saber dónde haría su formación universitaria.
Fue la asistencia a una escuela de verano organizada por la U. de Chile, la que le entregó la clave para saber a qué institución debía dirigirse. “Estaba en tercero medio cuando hice unos talleres para programar en Java. Estando ahí, le conté a un profesor mi historia, mi vocación, y me recomendó que estudiara una carrera más orientada a lo técnico profesional o en una universidad, como la Licenciatura en Ciencias de la Computación de la Usach”, rememora que le aconsejó el académico.
Diego egresó de la Academia de Humanidades, ubicada en Recoleta, en el año 2000. Ingresó en el 2001 a la Universidad de Santiago de Chile. “Fue un acierto, porque me entregó una base de pensamiento abstracto, lógico, de cómo resolver problemas, lo que me ha servido en distintas etapas de mi trayectoria profesional”, comenta sobre su paso por la aulas de nuestra casa de estudios. Etapa de la que recuerda con especial cariño a la profesora Rosa Barrera Capot. “Fue un pilar durante el pregrado y que me entregara ella el reconocimiento, fue emocionante”, sostiene el emprendedor.
A su juicio, las y los jóvenes que les interese la tecnología en su arista empresarial o académica, la carrera de Analista en Computación Científica / Lic. en Ciencia de la Computación del Plantel, entrega las herramientas para desenvolverse en diversos contextos. “Recomiendo estudiar esta carrera a personas que les gusta dar soluciones a complicaciones que surgen en las empresas o en la sociedad, donde la tecnología pueda ser un medio para facilitarnos la vida. Creo que entrega una base que permite destacar como profesional y tener una carrera sólida”, asegura.