Estudiantes de Arquitectura participaron en Día de los Patrimonios en el Museo de Arte Colonial San Francisco

Los alumnas expusieron la muestra temporal ‘Jardín Secreto’, que consta de láminas con descripciones específicas de 60 especies, entre los que se encuentran árboles, herbáceas y arbustos. El levantamiento de información estuvo a cargo de las/os estudiantes del curso electivo Espacio público y barrio, a cargo de la urbanista Paulina Ahumada.

Este 28 y 29 de mayo de celebró en todo el país el Día de Los Patrimonios. La iniciativa coordinada por el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN), tuvo  como objetivo  permitir a la ciudadanía conocer y disfrutar del patrimonio cultural, histórico y arquitectónico nacional.
Uno de los espacios para recorrer fue el Museo de Arte Colonial San Francisco. El lugar se encuentra ubicado al costado de la iglesia con el nombre del patrono de los animales, ubicada en el Barrio París-Londres, pleno centro de la capital. La edificación es un antiguo convento franciscano que data del siglo XVII.
Este año, a los corredores y salones que poseen colecciones de pinturas, de mueblería, de platería, de esculturas, además de sus frescos y delicados murales, se sumó la exposición temporal ‘Jardín Secreto’, basada en el levantamiento de información que realizaron los alumnos de quinto año de la carrera Arquitectura del Plantel, enmarcado en el curso electivo Espacio público y barrio.
En la etapa previa a la exposición, las/os alumnas/os se dedicaron a establecer qué tipo de especies existen en el jardín del museo, cómo conviven, etc. Igualmente, realizaron un plano para graficar dónde está ubicada cada variedad descrita. De la indagación, se realizaron láminas (con dibujos a mano) que contienen las especificaciones de 60 especies, donde se pueden encontrar árboles, herbáceas y arbustos. Un naranjo, una araucaria, un algarrobo, una enredadera campanilla (recorre gran parte del patio), son parte del ecosistema.
También destaca un ejemplar de alcornoque, de cuyo tronco se extrae el corcho. El árbol que se encuentra en el vergel del antiguo convento, llama la atención por su altura, ya que en condiciones normales no tiene una gran elevación, pero debido a la ubicación del jardín, este ha tenido que alargarse para poder alcanzar luz.
Para Francisca Campos, una de las expositoras, el haber realizado todo el trabajo previo y luego mostrárselo a los visitantes del museo, ha sido una experiencia enriquecedora, puesto que “durante la carrera estamos generando conocimiento y proyectos, pero quedan en el ámbito académico. Entonces, compartir lo aprendido con otras personas e intercambiar saberes con las/os asistente, es increíble. Nos pasó que nombrábamos y explicábamos una planta, por ejemplo, y alguien complementaba que servía para algo más”, comentó.
Además, agregó que tuvo la oportunidad “de escuchar parte del recorrido que se hacía al museo y era súper interesante, pero es distinto cuando tú participas de todo el proceso. Hacer los dibujos, imprimir las láminas, montarlas y luego exponerlas… la verdad es que le agarré un cariño especial a este trabajo y no se me va a olvidar nunca”, sentenció.          
Para la mayoría del grupo de estudiantes que montó la exhibición, esta era la primera vez que muestran su trabajo a personas que no fueran sus compañeras/os y profesoras/es. En el caso de Monserrat Cruz, quien cataloga la experiencia como “sorprendente”.
 “Yo nunca había participado en algo así y poder interactuar con la gente basado en lo que habíamos investigado por tanto tiempo, fue tremendamente beneficioso en lo personal y profesional. Pudimos mostrar el trabajo que habíamos hecho y enseñárselo a las/os niñas/os, a la gente que estaba interesada en saber sobre este tema… fue maravilloso”, aseguró.
Por su parte, Bárbara Canario confesó que antes de la entrada del público tenía “algo de miedo”, porque “llegué y pasó el primer grupo. entonces no entendía nada (ríe). Pero salió súper bien. Es la primera que participo como expositora de algo y lo encontré súper entretenido”.
Sobre la recepción e interés de las y los asistentes, Scarleth Irribarra explicó que se dividían en dos grupos. Por un lado, estaban “las/os niños que se interesaban en los dibujos de las láminas, mientras que los papás y mamás se interesaban más por las plantas que ellas/os conocían y nos hacían preguntas”.   
Con respecto a por qué las personas deberían visitar la exposición, ubicada en el Museo de Arte Colonial San Francisco, Fernando Morales, sostuvo que ayuda a “conocer la parte de la arquitectura y de los espacios que uno vive en el día a día y que no toma en cuenta. Uno no le da importancia a los árboles o hierbas que se plantan… no es tema. Sin embargo, manejar este tipo de información es importante, sobre todo ahora que se viene fuerte el cambio climático y las sequías. Se debe tener una visión a futuro respecto a este tema”, aconsejó.
Espacio público y barrio
La muestra ‘Jardín Secreto’, está enmarcada en el electivo de quinto año de la carrera de Arquitectura del Plantel Espacio público y barrio, impartido por la profesora Paulina Ahumada.
La urbanista comentó que es habitual, en el contexto del curso, hacer una exposición con los trabajos de las/os estudiantes. Antes se había ocupado el hall central del edificio de la Escuela que alberga el plan de estudios, los espacios comunes de un barrio, entre otros sitios. “Se hace un trabajo bastante bonito y me preocupo que se muestre”, comenta.  A diferencia de las intervenciones anteriores, esta es la primera vez que la docente incorpora el levantamiento de arbustos y herbáceas en el curso, ya que anteriormente solo trabajaba con árboles. La situación hizo que se asesorara con una paisajista.
La arquitecta comenta que el curso tiene como objetivo “sensibilizar en cómo intervenir los espacios públicos a partir de la vegetación”. En ese sentido indicó que “el conocimiento botánico, es una cosa muy detallada. Igualmente, yo hago mucho énfasis en que eso se reconozca desde el dibujo a mano (…) cuando tienes que hacerlo de esa manera, debes estar unos 15 minutos al frente de lo que estas observando y eso es un ejercicio de aprendizaje, a mi modo de ver, muy bonito, (…)  esto después influye en cómo uno mira el espacio público, por eso para entenderlo hay que estar ahí, conversar con la gente, ver cómo se mueve, etc.”, puntualizó.
Esta sensibilización a Francisca Campos, estudiante del curso, le surgió luego de realizar la práctica en una municipalidad y comprender la importancia de intervenir y diseñar espacios públicos con responsabilidad.
La exposición estará disponible hasta el 18 de junio en uno de los costados del jardín de la vieja casona. Se puede visitar de lunes a viernes de 09:30 a 18:00 horas y los fines de semana de 09:30 a 14:00 horas. La entrada tiene un precio de mil pesos para público general, mientras que estudiantes y adultos mayores deben cancelar quinientos pesos.
 

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