En el marco de una nueva conmemoración del 11 de septiembre, el profesor de la carrera de Arquitectura, Pablo Zúñiga Roca les planteó a Marcela Sansarricq, Luna Morales y Alexis Martínez, estudiantes de quinto año del programa de estudios, el desafío de realizar una proyección isométrica de espacios que fueron utilizados como centros de detención y tortura durante la dictadura encabezada por Augusto Pinochet Ugarte.
El grupo aceptó y trabajó con los estadios Nacional y Víctor Jara. Producto de ello, surgió la exposición “Isométricas para no olvidar”, la cual cuenta con dos lienzos de 90x250 centímetros, donde se pueden observar líneas de tiempo, dibujos, entre otros elementos de representación visual.
En la inauguración de la muestra, Pablo Zúñiga comentó que es necesario contar con espacios similares, puesto que “tenemos que entender que los edificios tienen historia, la que no se relaciona de inmediato con un pasado. Por ejemplo, el Estadio Nacional cuenta la escotilla Nº8 (puerta por donde conducían al interior del recinto deportivo ñuñoíno. En 2010 se reabrió tras 37 años), pero la relación histórica aún no es automática. En ese sentido, la exhibición deja un vestigio audiovisual que facilita esa vinculación”.
Para el arquitecto, este ejercicio es importante en la formación de sus estudiantes, porque entrega herramientas paralelas a su disciplina. “Adquieren grados de responsabilidad como profesionales. (…) Comprenden que tenemos herramientas que la mayoría o el común de las personas no tienen acceso. Entienden que la vida tiene este tipo de ejercicios que se relacionan con una responsabilidad social histórica”, afirmó.
Igualmente, precisó que una isométrica es una vista en 30°, que permite visualizar en perspectiva una planta de arquitectura.
Por su parte, la estudiante Marcela Sansarrico Velásquez explicó que los lienzos son “una síntesis visual de las cosas que pasaron y que no necesariamente se visibilizan”. Visto desde su disciplina, agregó que “una podría decir que es un dibujo más”, sin embargo, “para Luna, Daniel y yo, pensar en las escenas que recreamos, es un tema súper sensible”, aseguró.
“La memoria está viva”
La jornada inaugural contó con la presencia de exprisioneros de los estadios Víctor Jara (VJ) y Nacional. Uno de ellos era Sergio Pozo Aguilar (83), quien volvía a nuestra Casa de Estudios tras 51 años. El 11 de septiembre de 1973, Sergio cumplía labores como funcionario del Departamento de Mantención de la UTE. Ese día se presentó a trabajar, pasó la noche en la EAO y durante la mañana del 12, un grupo de militares lo despertó y trasladó violentamente al Estadio Chile (actual VJ), donde pasó cuatro días. Luego lo llevarían al principal recinto deportivo del país.
Junto a la emoción de volver a la institución, indicó que el trabajo realizado por el equipo de estudiantes demuestra que “la memoria está viva. Que no se ha olvidado lo que sufrimos en esos años y del que aún quedan residuos (…) Me gusta que las (os) jóvenes tomen esa posta. Yo tengo mucha confianza en la juventud actual. He visto que están por el camino que nosotros teníamos en ese tiempo”, destacó.