“¿Por qué tenemos tan pocas mujeres si quienes hacemos ciencia sabemos que es un camino accesible y atractivo en nuestras vidas?”, fue la pregunta inicial con la cual la Dra. Dora Altbir comenzó su charla "Ciencia, tecnología y género: Un desafío mayor", transmitida por el canal de Youtube de la Facultad de Ciencia, que inauguró las actividades de difusión pública del Círculo de Mujeres en Física y Matemáticas Usach.
“La situación de las mujeres en ciencia es parte de la historia, la que está llena de incursiones exitosas y escaso reconocimiento”, respondió, relatando casos emblemáticos de científicas que han hecho grandes aportes a la humanidad, pero que debido a su género sus méritos fueron cuestionados.
Para acercarse a la realidad chilena, la Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019 mostró una radiografía de las brechas que existen en la participación femenina en la academia, cuyas diferencias aumentan en la medida que lo hace la jerarquía: mientras que el 44% de los profesores asistentes son mujeres, solo un 22% son titulares.
Un problema con más de una causa, señaló, que está marcado por una fuerte influencia cultural. Los sesgos interiorizados son una de esas expresiones culturales, siendo un ejemplo la asociación de las carreras científicas con los hombres. Estas repercuten en la poca visibilización de investigadoras en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática por sus siglas en inglés), referentes esenciales para las nuevas generaciones.
Otra de las causas expuestas por la directora del Cedenna fue la relación de la mujer a labores de cuidado, que se refleja en los estereotipos de lo femenino expresados en juguetes, como las muñecas, y profesiones, como la de enfermería, pero también en la crianza de los hijos, donde ellas absorben todas o gran parte de las labores.
Por eso resaltó que “este es un problema que tenemos que resolver en conjunto entre hombres y mujeres”, motivando a que se deje el concepto de que los hombres ayudan en las tareas de cuidado, y transitar hacia el compartir equitativo de dichas labores.
Influencia cultural que también observó en las instituciones, por lo que señala importante generar climas de trabajo amigables con la maternidad y la familia desde que se está estudiando en la Universidad; entregar mayor estabilidad laboral; impulsar la equidad de género en los cargos de tomas de decisiones para dar visibilidad a más referentes; y flexibilizar el trabajo, orientándolo a los resultados y no a horarios de permanencia.
Su última propuesta fue más un consejo para las mujeres que hoy están desarrollando sus carreras, que en muchos casos se sobreexigen para alcanzar estándares imposibles, dañando su calidad de vida. “No podemos hacer todo bien simultáneamente, es muy importante que prioricemos para que en cada momento nos enfoquemos en lo más relevante, sino vamos a estar angustiadas porque no vamos a hacer todo bien", aconsejó.
“Ojalá logremos convencer a más niñas que las carreras de la ciencia son interesantes, flexibles y compatibles con todos los roles que quieran seguir”, expresó.
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La Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019 dio cuenta de una radiografía de las brechas que existen en la participación femenina en la Academia, cuyas diferencias aumentan en la medida que lo hace la jerarquía: mientras que el 44% de los profesores asistentes son mujeres, solo un 22% son titulares.
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