172 egresadas/os de Ingeniería Comercial en Administración reciben su título profesional
Algunos de ustedes podrán coincidir conmigo en que una de características de la generación de los años 80 y principios de los 90 quizás, era la permanente exposición a los programas de televisión y también a los comerciales de la época. Otros dirán que todo tiempo pasado fue mejor, incluso en el tratamiento que este medio de comunicación audiovisual tenía de su contenido de entretención y publicitario, pero en fin…hoy este Soy Usach está dedicado a un egresado de publicidad que justamente se interesa por esta profesión mirando la TV desde su juventud. Se trata de Carlos Guerra, quien en los últimos días fue nombrado Director General Creativo de una de las Agencias más importantes del país y con 11 años de trayectoria, Jelly Comunicaciones.
Carlos cuenta con más 24 años de experiencia en el área de la creatividad publicitaria y ha trabajado con marcas como Falabella, Banco Estado, Banco Santander, Nike, Agrosuper, Carozzi, Entel, y CCU, entre otras.
Ha recibido más de 200 premios de la industria publicitaria, entre los que destaca un Cannes Lions, 8 Ojos de Iberoamérica, 63 premios del Festival de Achap, 14 Effies y 22 IAB Awards.
Recuerda que salió del colegio el 93 en Melipilla, donde recibió una base artística que siempre le llamó la atención. Un profesor de arte que venía de Suecia realizó un taller en el que incorporó mucho de la cultura pop y sus alumnos expuestos a la cultura de la televisión se interesaron por el tema. “Yo quería ser arquitecto. Puse 3 opciones en la postulación y la última fue publicidad en la Usach. En esa época me dedicaba a grabar VHS con contenido de TV para mis amigos, pero incorporaba inconscientemente más spot publicitarios que programas”, recuerda como anécdota. ”Finalmente me decidí por publicidad. Me dio miedo optar por arquitectura porque pensé que no contaría con las aptitudes matemáticas. Fue una buena decisión”.
¿Por qué te decidiste por la Universidad de Santiago de Chile?
_ Porque era la única estatal con la carrera. En esa época estaba la Escuela de Cine de Santiago y el Instituto de Mónica Herrera que también la impartían. Me interioricé en la malla y entrando a la Usach me gustó mucho. Siempre me llamó la atención el Campus de la Universidad. A nosotros nos tocó primero estar en la Facultad Tecnológica. En esos años Publicidad era una carrera técnica y duraba dos años. Recuerdo que estando ahí podíamos ingresar a clases de periodismo o psicología. Era toda una experiencia convivir con estudiantes de otras carreras. Eso fue muy importante para mí como profesional.
Remarca que el perfil de nuestra Casa de Estudios “me abrió mucho la mente. Me sentía como en una película gringa con ese tremendo Campus. Además siempre había un trasfondo cultural muy grande que te va formando como persona”.
Carlos Guerra hizo su práctica e inmediatamente fue contratado para trabajar en la agencia Veritas de Jaime Celedón. Allí estuvo tres años. Luego pasó a Zegers DBD durante cuatro meses. Fue director creativo en IDB/FCB cuatro años; siguió en BBDO cinco años y trabajó también en GREY. En 2012 se integró a Draft y después a FCB; fue socio y director general de Bestia Publicidad, hasta que en enero de 2021 llega a Jelly Comunicaciones donde se desempeña como director general creativo.
¿Un director creativo es la cabeza pensante de las piezas publicitarias?
_ No necesariamente, pero uno dirige la comunicación. Te tienes que meter en los proyectos, orientar, elegir ideas, darle forma, sostener reuniones con clientes, etcétera, pero no es el rol sacar ideas, sino que es esa la virtud del equipo creativo que dirige y uno aplica la experiencia para guiar. La publicidad no ha cambiado mucho desde que salí de la Universidad de Santiago, lo que si se modificó es la ejecución y los formatos. Cuando un concepto es bueno, también es permeable a distintos tipos de medios, pantallas o lugares de exposición. La creatividad es resolver problemas. Siento que se idealizan mucho estos títulos de director. La pega de un creativo es contar lo que la empresa ofrece, hacerlo recordable y memorable. La gente se expone a la publicidad. Nuestro trabajo es que sea interesante. Si en algún momento logras meterla en el habla, en la cultura popular es un tremendo gol. En Chile hay buenas ideas y creativos.
Las redes sociales en periodo de pandemia fueron esenciales, ¿no?
_Súper importante. Jelly es una agencia enfocada ciento por ciento al contenido en redes. Uno está todo el día expuesto al Smartphone. Es un canal fundamental. En ese tiempo en que yo estudié las redes sociales no existían, pero la experiencia de usuario te da la intuición de lo que como comunicador puedes colocar. Obviamente hay técnicas, alcances, métricas pero las ideas buenas siempre funcionan. Además Chile está lleno de creativos. Pasa algo en este país y a los 4 minutos hay 300 memes.
¿Se imagina que 10 billones de personas habiten este planeta en 2050? Con una crisis climática como la que hoy vemos ¿cómo podremos alimentarnos? Esa es una de las tantas reflexiones que se hacen en las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Tal vez nuestro entrevistado, Freddy Boehmwald, cuando decidió estudiar Biología y después Licenciatura en Bioquímica en la Universidad Católica de Valparaíso no vislumbraba el escenario que se venía, pero al ingresar al Doctorado en Biotecnología de nuestra Universidad, se abrió a trabajar en ideas innovadoras que apuntaban a buscar soluciones que permitan reconectar al hombre con la naturaleza, tanto así que años después se transformaría en fundador de Done Properly, una Food Tech que propone una nueva forma de alimentarnos.
En sus laboratorios de alto nivel desarrollaron ingredientes mediante la fermentación de distintos microorganismos, incluidos hongos y levaduras. El trabajo con la premiada Mycoproteina, una nueva fuente de proteínas sustentable, ha dado lugar a distintos productos proteicos para sopas, cremas, pan, carne y embutidos. Además crearon un potenciador de sabor natural, que permite reducir el sodio en diversas preparaciones (como el pan) manteniendo la potencia del sabor. ¿Qué le parece?.
Su camino profesional
Freddy siempre quiso ser científico, pero si bien le gustaba la Academia también le llamó la atención el emprendimiento o el desarrollo de nuevas tecnologías. Fue así como comprendió que su camino era la industria.En 2004 la biotecnología era un boom en el mundo, pero en Chile no había tanta oferta. Fue nuestra Universidad la que se atrevió a impartir un doctorado aplicado. “Yo considero a la Usach mi alma mater, porque si bien tengo gratos recuerdos de la Universidad Católica de Valparaíso, fue en la Universidad de Santiago donde comprendí el rol fundamental de la Universidad como catalizador del potencial de las personas y propulsora del avance hacia una sociedad mas justa. Ver a mis amigos y colegas transformarse en grandes profesionales a punta de empuje, talento y muchas veces a pesar de la falta de oportunidades, fue inspirador. Pertenecer a una Universidad que se concibe a sí misma como agente del progreso humano lo digo sin temor, me llena de orgullo”, destaca.
¿Qué importancia le asignas al doctorado que cursaste en nuestro Plantel?
En esa época el doctorado aún no estaba acreditado. Fui la segunda persona en doctorarme. El primero fue Pablo Zamora. Recibimos un tremendo apoyo de la Universidad de Santiago con un postgrado a la antigua donde teníamos que hacer clases, donde nuestra Casa de Estudios nos daba una beca, que a mí me ayudó durante todo el periodo; además los académicos me recibieron con los brazos abiertos, me dieron una oportunidad, permitieron desarrollarme y ser quien soy ahora. Por eso que le tengo tanto cariño. Trabajé con el profesor Gustavo Zuñiga y aprendí mucho de los extremófilos, de las plantas de la Antártica. Luego se incorporó como profesora del doctorado Jenny Blamey, la ayudé a crear su laboratorio y trabajé en la Fundación Biociencia y Swissaustral, una de las primeras compañías de biotecnología industrial en Chile. Hicimos muchos contratos de investigación y desarrollamos una línea de productos que son básicamente enzimas. En esos años me dedique intensamente a la microbiología de ambientes extremos y a la biocatálisis.
¿En qué momento surge Done Properly?
Fue en el Centro de Excelencia UC Davis Chile, luego de que entré al área de bioproductos. Lo que hicimos fue desarrollar microorganismos para el reemplazo de algunos fertilizantes y pesticidas por alternativas biológicas igual de eficientes, pero que no son destructivas con el medio ambiente. Allí conocí a los otros fundadores de Done Properly. Nos dimos cuenta que venía una nueva revolución. Después de los microorganismos para la agricultura, el turno sería para de los alimentos. Sumado al cambio climático, y a las evidencias que la ganadería era uno de los grandes productores de CO2, decidimos buscar alternativas para reemplazar la carne animal. En ese momento Pablo Zamora, quien era director científico del centro, creó Not Company con la filosofía de sacar al animal de la ecuación. Eso fue una inspiración para nosotros, pero quisimos ir un paso más allá: utilizar tecnologías de fermentación para reconectar a las personas con la naturaleza y producir nuevos ingredientes que permitan un sistema de alimentación más saludable y sustentable.
Tenían entre manos algo súper potente…la tecnología de fermentación
Rompimos un poco el marco de las bacterias con las que habíamos trabajado todo ese tiempo para meternos con los hongos. Son el futuro de la microbiología con condiciones nutricionales súper buenas, ya que producen altas cantidades de proteínas, relativamente fáciles de cultivar y uno puede escalar los procesos para transformarlos en industriales. Done Properly es una compañía de Food Tech, que utiliza la fermentación de precisión para crear distintos ingredientes bioprocesados, por ejemplo mycoproteinas, que se pueden utilizar en muchos aspectos como alternativas cárnicas. Es una opción saludable y sustentable para alimentar el mundo del 2050 cuando vamos a estar sobrepasados.
Económicamente la empresa también promete…
La compañía en términos formales se fundó el 2019 y acaba de terminar su fase Seed para entrar en etapa de escalamiento. Estamos en la mitad de la ronda de levantamiento de capital, ampliando instalaciones y terminando la primera planta piloto para producir nuestros ingredientes. Creemos que Chile es un buen lugar para desarrollar tecnología, escalar y abrirse al mundo. Somos 15 personas, pero este equipo se va a duplicar o triplicar en el corto plazo. Obviamente vamos a recurrir a los profesionales de la Usach porque tienen el perfil industrial y la resiliencia que el desafío requiere. Ahora queremos iniciar un proyecto con el profesor Ignacio Poblete para escalar junto a la Universidad algunos de los desarrollos que ha hecho Done Properly. Para mí la Usach no solo fue mi lugar de formación, también me sentí acogido de vuelta. Me ofrece seguir desarrollándome en el futuro y eso es invaluable. Me va a acompañar toda la vida.
Llegar a Santiago cargado con una maleta de sueños es una realidad que muchos jóvenes de regiones viven antes de su ingreso a la Universidad. En el caso de Diego Urzúa, esta mochila era aún más pesada ya que sus padres no contaban con medios y en el colegio tampoco sentía que los profesores los incentivaran para ir tras un futuro más promisorio que trabajar en la región donde nacieron. Sin embargo, y es un agradecido de ello, el sistema estatal le brindó las oportunidades para estudiar tranquilo gracias a las becas que recibió y que lo convirtieron en primera generación de su familia en egresar de la Educación Superior.
Diego proviene de Talca donde hizo su enseñanza media en un colegio municipalizado, pero sus expectativas, producto de una fuerte vocación social, se centraban en estudiar Sociología o Derecho. Un hecho puntual lo llevo a conocer la malla de Administración Pública y con el ímpetu de sus 18 años por cambiar el mundo, dio la PSU el año 2010 e ingresó a la Usach. “En la Universidad aprendí de economía, del mundo de las ciencias sociales, de política pública, y de historia del Estado… Desde allí quería sentir que podía aportar. Postular a la Universidad de Santiago fue mi mejor decisión”. En 2016 defendió su tesis sobre la inclusión laboral de las personas migrantes en Chile, análisis comparado de los acuerdos internacionales que había suscrito el Estado con la ley migratoria del 75. “Tenía un interés muy grande en el tema de derechos humanos y quise abordar esa dimensión desde la política pública”, recuerda.
¿Cómo nace en ti el tema de la innovación social, que posteriormente recorrerá tu trayectoria profesional?
El profesor Mario Radrigán me invitó a participar de un proyecto que estaban realizando varias universidades sobre Escuelas de Formación en Innovación Social. El objetivo era formar estudiantes universitarios que tuvieran interés en desarrollar proyectos. Fue así como me involucré mucho en iniciativas que tenían que ver con vínculos con el territorio, municipalidades, organizaciones de juntas de vecinos, y comenzó a acrecentar mi interés en innovación social con enfoque en derechos humanos.
En 2016 trabajó en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en gestión de proyectos, desde el rol de la administración pública. Se fue acercando al mundo del emprendimiento social y en 2018 le ofrecieron trabajar en la Usach en el Programa de Innovación Abierta, de la Facultad de Ingeniería, donde junto a organizaciones externas a la Usach presentaban desafíos a los estudiantes para que durante un semestre, y a partir de una metodología, se abocaran a abordar problemas y aportar soluciones.
Líder juvenil iberoamericano
Los años de experiencia le permitieron trabajar como mentor de emprendimientos sociales a nivel internacional, fuertemente en Latinoamérica. Participó de una hackaton organizada por MIT y ha apoyado el Rally Latinoamericano de Innovación Abierta.
En este mismo ejercicio de conectar con personas de otros países, este año se le reconoció como miembro oficial de la Red de Jóvenes Líderes/as Iberoamericanos/as. Su objetivo es empoderar a más jóvenes a transformarse en agentes de cambio pensando en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
¿Cómo visualizas el aporte que los estudiantes de la Universidad pueden hacer en lo cotidiano y aportar a un mejor país, como agentes de cambio?
_He estado en proyectos que involucran a liceos públicos en lo Prado y Cerro Navia, con empoderamiento de jóvenes a través de la innovación social; en proyectos con universitarios para que ellos al momento de que egresen pongan sus conocimientos a disposición de los desafíos que afectan directamente a las personas. Yo siempre destaco un desafío que trabajamos con el Directorio de Transporte Metropolitano. Qué más claro de que los profesionales de la Usach, desde sus distintas visiones y carreras, se pongan a disposición de solucionar los problemas que detectamos en el transporte público, para que sea más inclusivo, más accesible y que se haga cargo de la discapacidad o de los problemas de acoso.
Los tiempos están cambiando vertiginosamente, pero nuestra Universidad sigue presente en los grandes temas país. ¿Qué sientes por tu alma mater?
_La Usach ha sido muy importante en mi vida como soporte para entender cómo funciona el sistema y a partir de ello cómo aportar y llevarlo hacia lo que yo considero más justo, más solidario, pero creo también que lo que te entrega el Plantel es ese espacio diverso, consecuente y responsable con lo que está sucediendo en el Chile de hoy. Creo además que este compromiso que la Usach tiene con los estudiantes de regiones es potente y decisivo en la formación que uno recibe. Es esa permanente insistencia en que nuestra formación la tenemos que poner al servicio de las personas. En los pasillos de la Usach se habla de la historia de Chile. Desde esa vereda es imposible que alguien pase por la Universidad de Santiago y no se empape del compromiso de justicia social. Yo pude estudiar gracias a un aparato completo de garantías sociales. No puede ser que alguien que haya estudiado en la Usach jamás haya pensado que iba a haber un estallido social, o que existía tanta desigualdad en el país.
Diego Urzúa actualmente está dedicado a la Academia haciendo clases en innovación social en la Usach y otros planteles. Además presta apoyo en la formación de estudiantes de primer año que lo tienen muy contento, pues dice que transmite que la Universidad no solo busca formar profesionales, sino también transformarlos en agentes de cambio. También destina parte de su tiempo a proyectos relacionados con migración y derechos humanos
Con cerca de 40 exposiciones que abordarán diversas temáticas de relevancia científica, se desarrolla la tercera versión del Congreso de Estudiantes, Investigadores e Investigadoras de Postgrado de la Universidad de Santiago de Chile.
Este año, la actividad se realiza en modalidad virtual bajo el lema "Desde la construcción de comunidad universitaria a la democratización del conocimiento interdisciplinario".
El espacio es organizado por estudiantes y egresados/as de nuestros programas de magísteres y doctorados, además de las especialidades médicas, en conjunto con la Vicerrectoría de Postgrado (VIPO).
Su objetivo es divulgar y visibilizar los trabajos de grado y las investigaciones de los/as estudiantes actuales y graduados/as de postgrados de todas las unidades académicas de nuestra Universidad.
El programa de actividades considera mesas temáticas sobre virtualidad; salud y pandemia; educación y contextos sociales; género, interculturalidad y contextos de violencia; ciencia y salud; contextos internacionales y política; entre otras.
Jornada inaugural
El rector, Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid, valoró que la comunidad de postgrado "se proponga aportar a la construcción del conocimiento científico en un Chile de profundas transformaciones, difundiendo las investigaciones del estudiantado y de los/as investigadores/as de postgrado, tanto con la comunidad de la Universidad de Santiago, como con la sociedad en general".
"Este Congreso, que se viene realizando desde el 2019 en su primera versión, ha buscado aportar al conocimiento interdisciplinario avanzado, desde las diferentes facultades, departamentos, institutos, escuelas y programas de postgrado, así como de las más diversas áreas disciplinares", indicó la máxima autoridad del Plantel durante la ceremonia de inauguración de este lunes 22.
Por su parte, el vicerrector de Postgrado, Dr. Cristián Parker Gumucio, señaló que "no hay duda que estamos viviendo en una sociedad del siglo XXI donde el conocimiento es uno de los factores fundamentales para la construcción de esta".
En ese contexto, dijo el Dr. Parker, las instituciones educativas, y sobre todo las de educación superior, adquieren mucha mayor relevancia sobre todo si, además, consideramos la crisis de las instituciones que atravesamos actualmente.
"Aquí es donde las universidades generan mayor confianza de parte de la ciudadanía y eso es porque somos acreedores de una actividad que precisamente es la producción y reproducción de conocimiento y porque se nos ve desarrollar una labor seria, honesta y que tiene incidencia en la sociedad", enfatizó.
En representación del comité organizador, la graduada del Magíster en Estudios Internacionales, Alejandra Llanos Avendaño, sostuvo que "nuestros esfuerzos han intentado continuar con el legado de compañeros y compañeras de generaciones previas, quienes iniciaron este recorrido de integración, comunicación de conocimiento y creación de identidad como estudiantes de postgrado de la Universidad de Santiago de Chile".
"De esta forma, quisiéramos reconocer y valorar la transmisión histórica de los valores propios de nuestra Universidad, transversales a nuestra formación, y que a su vez se plasman en nuestros intereses y proyectos de investigación como estudiantes de magísteres, doctorados y especialidades médicas", puntualizó.
Modalidad
Al finalizar, la estudiante del Doctorado en Estudios Internacionales, Lucía Castillo Lobos, entregó información de interés respecto a la organización del Congreso y del formato virtual preparado para este año, que involucra dos elementos principales.
En primer lugar, se consideró la creación de un sitio web (https://sites.google.com/usach.cl/2020-congreso-postgrado/inicio) gestionado por el equipo organizador con el fin de difundir material relativo al congreso. En este habrá resúmenes, posters, audios, fotografías y otros materiales relacionados con lo compartido por el grupo de expositores/as.
El segundo aspecto tiene que ver con las mesas temáticas, que este año serán seis. "Estas posibilitarán el encuentro e intercambio de ideas entre estudiantes y graduados/as de postgrado en torno a diferentes perspectivas disciplinares", dijo Lucía Castillo.
Estas reuniones virtuales estarán desplegadas durante dos semanas y permitirán la creación de un diálogo entre expositores/as, participantes y moderadores/as, en un contexto de virtualidad.
Revisa a continuación la ceremonia inaugural: