Concluyen que institucionalidad cultural requiere de profesionales mejor capacitados

Importantes representantes e investigadores nacionales y extranjeros de las políticas culturales en Chile participaron en el seminario organizado por el Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la FAE. La Dra. Norma Muñoz del Campo, quien coordinó este encuentro realizado en el Salón de Honor (miércoles 25) dedicado a reflexionar sobre el significado de gobernar la cultura a partir de la creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, remarcó que “es nuestro deber abrir el debate en este proceso y acotar distintas visiones para que la institucionalidad de la cultura se encuentre con profesionales preparados”.

“Gobernar la cultura: Reflexiones sobre política cultural en Chile a la luz de la creación  del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio”, es el título del seminario que se realizó el pasado 25 de abril en el Salón de Honor de la Universidad de Santiago de Chile.Organizado por el Departamento de Gestión y Políticas Públicas y coordinado por la académica del departamento, Dra. Norma Muñoz del Campo, la actividad contó entre sus exponentes con Arturo Navarro, director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho; Maite de Cea, directora del ICSO-UDP; Soraya Hamdaoui, estudiante de doctorado de la Universidad de York y Paulina Soto Labbé, Dra. En Estudios Americanos IDEA-USACH.La Dra. Muñoz, quién  moderó estas exposiciones, explicó que la propuesta de realizar el seminario tuvo por objetivo reflexionar  acerca del significado de gobernar la cultura en la creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, surgiendo al alero de su línea de investigación sobre: "Cambio de Políticas Públicas y Reformas Institucionales Contemporáneas en Chile".En ese sentido agrega que, “los estudiantes de Administración Pública tienen una nueva unidad en el Estado para ejercer su profesión y es nuestro deber como facultad abrir el debate en este proceso y acotar distintas visiones para que la institucionalidad de la cultura se encuentre con profesionales preparados”.Trasformación de Consejo a MinisterioLa reunión comenzó con el análisis de Arturo Navarro, denominado “De Consejo a Ministerio, luces, sombras y perspectivas”. En éste, el director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho, realizó un completo análisis sobre lo valioso, lo malo y el futuro del nuevo ministerio.“Lo más valioso es que el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) tuvo un carácter participativo, ya que surgió de lo más profundo  del mundo de la cultura, con muchas instancias de debate. Junto con ello, estableció una institucionalidad en el mundo de la cultura  y logró que se destinaran recursos a fondos de cultura, desarrollando convenciones nacionales en las que se discutieron políticas culturales”, expresó Navarro.Junto con ello, Navarro señaló algunas sombras como la imposibilidad de incorporar las instancias del mundo del patrimonio, la escasa posibilidad de comunicar las políticas culturales, la burocracia con duplicidades con la DIBAM, incapacidad de hacer funcionar un comité consultivo a nivel nacional y regional y el desarrollo del sector de fondos de patrimonio sin coordinación con la DIBAM.“Los avances a partir de los resultados de la transformación del ministerio, es la resolución del nudo de competencias y duplicidades entre el CNCA y la DIBAM; resolver los jurados de los premios nacionales de arte que debieran tener dependencia del Consejo Nacional de la Cultura; establecer un ministerio independiente y establecer la presencia de pueblos indígenas  en instancias participativas”, agregó Navarro.Representación IndígenaMaité de Cea, por su parte expuso  el tema  “Representación indígena en el nuevo Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio: el antes y el después de la Consulta Previa”.En ella analizó el modelo chileno de institucionalidad a través de la historia, los antecedentes de la legislación internacional, la bajada a Chile y el lugar de lo indígena en la institucionalidad cultural; analizó la Consulta en Cultura, determinando actores claves, acuerdos obtenidos y la evaluación de la instancia, junto con entregar algunos aprendizajes y desafíos del proceso.“Luego de doce años de reflexión, se aprobó el proyecto de ley que crea el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), la que se transformó en la primera institución dedicada exclusivamente a temas culturales. Buscó en sus inicios agrupar en un solo organismo a todos los sectores que trabajan en el desarrollo cultural y ampliar la participación a los distintos grupos de la sociedad”, expresó de Cea.Para incorporar a los pueblos indígenas en esta institucionalidad cultural, se realizó una consulta previa, en la que se analizaron cualitativamente documentos de sistematización del proceso de consulta indígena en cultura, las actas de la comisión de cultura de la Cámara de Diputados e historia de la ley y se realizaron entrevistas semiestructuradas a integrantes de la comisión de cultura de la Cámara y miembros del Departamento de Pueblos Originarios del CNCA.“Las principales indicaciones de esta consulta, determinaron que se debía mejorar la estabilidad laboral, incluir el carácter multicultural de Chile, considerar al patrimonio no solo como un concepto monumental, desarrollar la industria cultural, realizar una descentralización efectiva y participación ciudadana”, añadió.En consecuencia, agregó de Cea, los pueblos indígenas quedaron representaos en el nuevo ministerio, con la creación del Consejo Asesor de Pueblos Indígenas que incluye a nueve personas pertenecientes a cada uno de los pueblos reconocidos por la ley; en el CNCA existirán dos personas representativas de los pueblos indígenas con destacada trayectoria artística y cultural y en los Consejos Regionales de las Culturas, Artes y Patrimonio habrá una persona representante de los pueblos indígenas.Reflexiones sobre la Política CulturalSoraya Hamdaoui, estudiante de doctorado de la Universidad de York de Inglaterra, presentó el trabajo de su tesis doctoral denominado “Política cultural y recuperación democrática: el caso del FONDART en el Chile post-autoritario (1992-2010)”.En la oportunidad, dio una mirada desde el punto de vista del extranjero. “No se trata de gobernar la cultura, sino que a través de la cultura. La gobernanza cultural  se refiere a que se puede gobernar y conseguir objetivos sociales y políticos a través de la política cultural”, postuló Hamdaoui.La doctoranda, añadió que la política cultural, en la historia del mundo, ha sido utilizada como un instrumento de política internacional.“En algunos países como Francia, se usó como una manera de compensar (en la primera mitad del siglo XX) la pérdida de sus colonias, para resguardar el prestigio. En otros casos la política cultural ha acompañado procesos de estado de bienestar por ejemplo en Inglaterra, y ha sido usada en procesos de revolución, como China, Egipto, Nicaragua y hay casos de política cultural para la reconciliación en el caso de países que han estado en conflicto, como en Bosnia”, precisó.En esa línea, Hamdaoui se preguntó cuál sería la contribución de la política cultural en casos de recuperación de la democracia.“Chile no sólo era un país en transición democrática, sino que también tenía una situación de enclaves autoritarios. Había un tema sobre la memoria que seguía siendo encapsulada por la política de los acuerdos y la sociedad civil seguía siendo atomizada y entonces era interesante saber qué podía hacer la política cultural en ese contexto”, señaló.Finalmente Paulina Soto Labbé, se refirió a “Lo cultural ingobernable y las prioridades de una institucionalidad naciente”.En su presentación, la doctora en Estudios Americanos IDEA-USACH, se refirió a la línea de base para discutir sobre la institucionalidad cultural, refiriéndose al informe “Chile está en deuda con la cultura”, en el que se señala: “no escapan a nuestra consideración las enormes frustraciones que se han ido acumulando a lo largo de estos años en los sectores de la cultura, frente a diversas y legítimas expectativas asociadas al retorno de la democracia, las que, al no verse materializadas en iniciativas y medidas concretas, han conducido al desánimo y la desconfianza”.Al respecto, la investigadora explicó que las políticas públicas y la institucionalidad  cultural generan, en el ámbito del territorio chileno, una réplica de debates y de grandes movimientos que se producen en el mundo en el sector cultural.“Tenemos que mirar los procesos de políticas culturales al menos con tres décadas hacia atrás. La primera institucionalidad cultural en el mundo occidental es de 1959 en Francia, piensen, entonces, lo joven del sector. El ministerio de cultura en Francia, va a tener un gran paradigma que hasta hoy es una de nuestras capas que cimenta las políticas culturales en Chile: el paradigma de la democratización cultural”, recalcó Soto.A juicio de la experta, cuando se recupera la democracia, el paradigma cambia a la participación, instancia en la  que se realizan consultas metodológicas, incluyendo la participación de la ciudadanía en las políticas culturales.

Fotografía
Categoría