Los resultados preliminares de este proyecto Dicyt Regular fueron presentados por la Dra. Alicia Vargas, académica de la Carrera de Publicidad de la Facultad Tecnológica, en la IX Cumbre Mundial de Comunicación Política, realizada en la Universidad Católica Argentina, Buenos Aires.
Un estudio liderado por nuestra Universidad revela que uno de los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres parlamentarias es su reducida presencia en los medios de comunicación, específicamente en los diarios escritos (El Mercurio, La Tercera, Las Últimas Noticias y La Cuarta), a lo cual se suma el lenguaje sexista utilizado en los contenidos. Los avances de esta investigación fueron presentados por la Dra. Alicia Vargas en la IX Cumbre Mundial de Comunicación Política en la Pontificia Universidad Católica Argentina.La académica de la carrera de Publicidad explica que su ponencia, denominada “Presencia de la mujer política en los medios de comunicación masiva”, surgió a partir de su tesis doctoral, donde pudo corroborar que en toda América Latina son muy pocas las mujeres que participan en política. Lo anterior, estaría determinado, por una parte, porque los propios partidos políticos no apoyan a las mujeres y, por otro lado, porque su militancia partidista es baja, lo que se puede constatar, por ejemplo, en la presidencia de partidos que están a cargo de ellas.De acuerdo a la investigadora se observa una representación política de la mujer asociada principalmente a los conflictos en los que están inmersas. En este sentido, la Dra. Vargas indica que “se percibe una presencia de la hegemonía patriarcal en las lecturas de las portadas de los diarios chilenos”.Lo anterior responde a un fenómeno histórico, donde las mujeres se han visto relegadas y discriminadas respecto de los varones. Argentina y Chile no han sido la excepción, producto de una construcción sociocultural que establece roles específicos para los dos géneros.En esta situación, según explica la Dra. Vargas, los medios de comunicación social, lejos de promover los derechos de las mujeres políticas y la igualdad entre los géneros, contribuyen desde su intencionalidad editorial, a profundizar la discriminación, ya que participan en la construcción de un sentido común dominante que refuerza la subordinación de las mujeres en la sociedad y difunde los mitos de la mujer-madre, la pasividad erótica y el amor romántico, relegándolas al espacio privado, en tanto doméstico, y a los varones al espacio público, un lugar decisional y de poder en la sociedad.Lenguaje inclusivoSegún comenta la académica los medios de comunicación se transforman en un obstáculo para las candidatas al parlamento, pues no permiten visibilizarlas, lo que no se condice con el proceso que vive actualmente el país. “La participación política de la mujer parlamentaria debe corresponder a una etapa de democracia participativa, y los medios de comunicación considerar el uso de sistemas de comunicación estratégicamente adecuados en clave de género, de modo que contribuyan a la construcción de una sociedad democrática del conocimiento, reflexionando en el papel importante que cumplen en los procesos de cambio social, los políticos y políticas”, explica.Ante este panorama, la Dra. Vargas señala que es necesario que los medios de comunicación escritos tengan un lenguaje inclusivo de género que contribuya a enfatizar las estructuras socioculturales y lenguajes que puedan aportar al cambio en nuestra cultura social y que, además, facilite la incorporación de las mujeres a la política y la promoción de sus derechos democráticos. Análisis del discurso En este proyecto, financiado por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt), el corpus discursivo seleccionado corresponde a los criterios de una muestra estructurada, intencional y sincrónica, en que el interés analítico e interpretativo se centra en discursos de contexto donde se considera la discursividad producida en el entorno vinculado a la publicación de los medios de comunicación sobre participación política de la mujer parlamentaria.El análisis se enmarca dentro de los años 2016 y 2017, pudiendo extender al menos un año más.